El desaf¨ªo de Evaristo
Neymar se enfrenta al reto de triunfar en el Bar?a como brasile?o y sin paso previo por un club europeo, logro solo conseguido por el delantero a finales de la d¨¦cada de los a?os 50
Un centro-chut de Olivella no alcanz¨® a despejarlo Santamar¨ªa y, en una plancha inmortaliza por una fotograf¨ªa y, por extensi¨®n, por la memoria colectiva, Evaristo guio el esf¨¦rico a la red para eliminar por primera vez al Real Madrid de la Copa de Europa. Era 1960, la consagraci¨®n de un delantero brasile?o con la zamarra del Bar?a. Pasados los a?os, un ramillete de canarinhos no solo han triunfado en el Camp Nou, sino que han dotado al equipo de quiebro y gol, de la magia que presume con orgullo el aficionado cul¨¦, toda vez que Romario, Ronaldo y Rivaldo redefinieron el concepto de pegada, y Ronaldinho atornill¨® con su sonrisa y virtuosismo el jogo bonito. Pero la historia revela que solo Evaristo logr¨® la bendici¨®n del aficionado azulgrana sin hacer escala, sin pasar previamente por un club europeo. Todo un desaf¨ªo para Neymar.
La relaci¨®n del Bar?a con el futebol es original ¨Cfue el primer club espa?ol en fichar a un brasile?o- y abundante, puesto que tras la cuarentena de ingleses, hasta un total de 26 (sin contar a Neymar) brasile?os se han vestido de azulgrana, por los 21 argentinos. Pero tambi¨¦n es un matrimonio de vaivenes, por m¨¢s que su ¨¦poca moderna se explique con la aparici¨®n continuada de al menos un jugador brasile?o en el equipo desde 1993, cuando lleg¨® Romario del PSV. Y quiz¨¢ su p¨ªcara filosof¨ªa ¨C¡°en Eindhoven abr¨ªa la ventana y me gustaba lo que hab¨ªa m¨¢s dentro; en Barcelona, me gustaba m¨¢s lo de fuera¡±, lleg¨® a soltar- no iba tan desencaminada, hasta el punto de que no es extra?o ver a un futbolista brasile?o mezclado en la jarana barcelonesa al tiempo que tambi¨¦n festeja goles. Bien lo sabe el presidente Sandro Rosell, principal valedor de Ronaldinho y ahora de Neymar. Fuera de toda duda su t¨¦cnica y habilidad para descontar rivales y autografiar redes, resiste la duda de si superar¨¢ la prueba de cruzar el charco sin escalas, directo al Camp Nou. A casi todos se les resisti¨®.
Basile?os del Bar?a en la Liga
1.- Fausto Dos Santos (1931-32)
2.- Jaguar¨¦ Bezerra (1931-32)
3.- Lucidio Batista (1947-49)
4.- Evaristo de Macedo (1957-62)
5.- Walter Machado (1966-67)
6.- Marinho P¨¦rez (1974-76)
7.- Silvio, ¡®Bio¡¯, Modesto (1978-79)
8.- Roberto ¡®Dinamita¡¯ (1980)
9.- Cleo (1982)
10.- Aloisio Pires (1988-1990)
11.- Romario (1993-95)
12.- Giovanni Silva (1996-99)
13.- Ronaldo (1996-97)
14.- Sony Anderson (1997-99)
15.- Rivaldo (1997-2002)
16.- Thiago Motta (2000-07)
17.- Fabio Rochemback (2001-03)
16.- Geovanni (2001-2002)
17.- Ronaldinho (2003-2008)
18.- Belletti (2004-07)
19.- Sylvinho (2004-09)
20.- Edmilson (2004-08)
21.- Henrique (2008)
22.- Keirrison (2008)
23.- Dani Alves (2008-??)
24.- Maxwell (2009-2012)
25.- Adriano (2010-??)
26.- Neymar (2013-??)
Tras una gira en 1931 del Vasco de Gama y un encuentro en Les Corts [antiguo estadio azulgrana], el Bar?a se qued¨® prendado de dos figuras altas y atl¨¦ticas, de dos dandis con cigarrillo en mano y un talento sobrenatural para el f¨²tbol. Era el bravuc¨®n de Jaguar¨¦ Bezerra, portero que como explica Jordi Punt¨ª en Cuando nunca perd¨ªamos atrapaba el esf¨¦rico con una mano y lo hac¨ªa girar sobre el ¨ªndice, de nariz chata porque se la rompieron de un puntapi¨¦ al tirarse por el cuero. Y era el delantero Fausto Dos Santos, la Maravilla Negra, como le conoc¨ªan en su pa¨ªs; la Ara?a Negra, como se le conoci¨® aqu¨ª porque el caricaturista Castanys le dibuj¨® con cuatro piernas por su malabarismos con la pelota. Pero se negaron a nacionalizarse y la federaci¨®n les neg¨® jugar de forma oficial, por lo que disputaron unos cuantos amistosos y se acab¨® lo que se daba. Algo parecido le ocurri¨® a Lucio Da Silva, 16 a?os m¨¢s tarde, goleador del Palmeiras que se perdi¨® en la Barcelona de vedettes y algarab¨ªa. Dur¨® tres encuentros. Desprop¨®sitos que revocar¨ªa Evaristo, con 114 duelos ligueros y 78 goles, un francotirador con las dos piernas y sensacional con la cabeza, r¨¢pido y tambi¨¦n t¨¦cnico. Pero la federaci¨®n presion¨® al Bar?a para que jugara el Mundial del 62 con Espa?a, y se neg¨®. Ocasi¨®n para el Madrid, que lo contrat¨® sin esa exigencia.
Pero Evaristo fue un espejismo como demostr¨® el caso Walter Machado, fichado por el presidente Enric Llaudet para¡ jugar amistosos, puesto que las fronteras no conoc¨ªan aperturismo alguno. ¡°Siempre hab¨ªa querido tener un ch¨®fer negro¡±, se?al¨® Llaudet, con lo que levant¨® una polvareda silenciada con el gesto de llevarle ¨¦l en coche del aeropuerto al club. El Bar?a pag¨® por el jugador 72.000 euros y lo vendi¨® sin partido alguno por 42.000. Un fiasco repetido en los a?os 80, con el genial e irrepetible Roberto Dinamita ¨Cm¨¢ximo goleador hist¨®rico del Vasco, con 698 dianas-, que lleg¨® en mala hora, porque Krankl se enzarz¨® en una pelea con el t¨¦cnico Quimet Rif¨¦ y el fr¨ªo, adem¨¢s de una enfermedad de su mujer, y las feroces cr¨ªticas de la prensa le pudieron. 10 partidos y siete semanas despu¨¦s, el club perdi¨® 180.000 euros. Roberto se march¨®. ¡°El equipo estaba destrozado. Ni con Pel¨¦ este equipo hubiera funcionado¡±, se?al¨® en su adi¨®s. Una mera an¨¦cdota comparado con el fichaje de Cleo, que se qued¨® en un solo amistoso, negado por el t¨¦cnico Udo Lattek, y que debi¨® de casarse para acallar los rumores de homosexual, con Josep Llu¨ªs N¨²?ez hizo de padrino de la boda.
A mitad de camino, en cualquier caso, se quedaron: Bio, que se gan¨® el cari?o de la grada y recordado por el penalti decisivo sobre el Anderlecht que vali¨® para llegar a la final ante el Basilea en 1979; Marinho, un central que dej¨® buen gusto pero no acab¨® de cuajar, con 20 duelos; y Aloisio, central en los primeros a?os de Cruyff. A partir de ah¨ª, entre muchos futbolistas de aderezo pero sin ning¨²n descalabro, llegaron los europeos Romario y sus 30 goles prometidos, el letal Rivaldo, el Fen¨®meno Ronaldo y el mago Ronaldinho. Todos ellos incluidos en el santoral azulgrana porque han marcado el sino del Bar?a y porque explican en parte el exigente gusto del Camp Nou por el buen f¨²tbol. Romario, de arrancada feroz y punteo excelso, aup¨® al equipo de Cruyff. Ronaldo, en su mejor momento por fuerza, velocidad y chut, firm¨® un curso perfecto. Ambos reconocidos como los mejores del planeta, al igual que Ronnie, que vitamin¨® con su sonrisa, gesto surfero y quiebro a un Bar?a deprimido. Tambi¨¦n Rivaldo, a pesar de su cara larga, mantuvo al club en sus espaldas, con una zurda letal.
Los ¨²ltimos en venir directamente desde Brasil, sin embargo, fueron Henrique y Keirrison, que costaron unos 25 millones y solo se pusieron la el¨¢stica azulgrana en amistosos. Ahora Neymar, el 9 de Brasil, tiene la palabra.
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