As¨ª fue el accidente de Juanjo Garra
Manuel Gonz¨¢lez, compa?ero de expedici¨®n del catal¨¢n, detalla la versi¨®n aut¨¦ntica de la tragedia del alpinista en el Dhaulagiri
Dos d¨ªas despu¨¦s del fallecimiento del alpinista catal¨¢n Juanjo Garra en el Dhaulagiri, su compa?ero de expedici¨®n, el andaluz Manuel Gonz¨¢lez ¡®Lolo¡¯, reconoce en conversaci¨®n telef¨®nica desde Katmand¨² (capital de Nepal), que empieza a ¡°asimilar realmente lo sucedido. Han sido unos d¨ªas terribles, fren¨¦ticos y angustiosos¡±. La escasa perspectiva que ha podido alcanzar en estas horas posteriores al desmantelamiento del operativo de rescate de Garra le permite a ¡®Lolo¡¯ considerar necesario que se explique al detalle en qu¨¦ circunstancias se produjo el accidente y cu¨¢les fueron los pasos seguidos para intentar salvar la vida del alpinista catal¨¢n. ¡®Lolo¡¯ se trata de unas leves congelaciones en el pie derecho, mientras Keshab Gurung, el sherpa que arriesg¨® su vida para no abandonar a Juanjo Garra, se recupera en el hospital, aquejado tambi¨¦n de leves congelaciones y un principio de edema cerebral.
Keshab Gurung, el sherpa que ayud¨® a Juanjo Garra
Imagen de Keshab Gurung, el sherpa que permaneci¨® tres d¨ªas a 8.000 metros junto al alpinista catal¨¢n Juango Garra. Keshab tiene 38 a?os y es de la localidad de Gorkha Laprak, en la regi¨®n del Manaslu. Est¨¢ casado y tiene dos hijas de 7 y 9 a?os de edad. En su curr¨ªculo figuran dos ascensiones al Manaslu, dos al Everest, una al Shisha Pangma y otra al Annapurna I. Trabaja para la agencia Bochi Bochi Trek, as¨ª como de freelance.
Contrariamente a las informaciones difundidas a trav¨¦s del Blog de Garra, el pasado d¨ªa 23, nadie hizo cima en el Dhaulagiri. El accidente sufrido por el catal¨¢n espant¨® a los grupos japon¨¦s e indio que ese d¨ªa trataban de alcanzar el punto culminante del Dhaulagiri. ¡°A las 23 horas (d¨ªa 22), empez¨® el intento a cima, de los equipos japon¨¦s, indio y espa?ol: en total 6 escaladores y 6 porteadores de altura. Durante las primeras horas de la escalada, el equipo espa?ol en el que figur¨¢bamos Juanjo, Keshab y yo, fijamos las cuerdas de la traves¨ªa en la zona mixta de roca, hielo y nieve. Se unieron a esta tarea los porteadores de altura de los otros equipos. No se fij¨® la parte final de nieve por falta de cuerdas¡±, explica ¡®Lolo¡¯.
As¨ª, trabajando en equipo, la comitiva se plant¨® a las dos de la tarde justo bajo la cima:
¡°Fui informando al Campo Base por radiotel¨¦fono, desde las ocho de la ma?ana, de c¨®mo discurr¨ªa la ascensi¨®n. Sobre las 14 horas Enrique nos facilit¨® la descripci¨®n exacta de cu¨¢l era el corredor correcto para llegar a la cima. Arriba se decidi¨® rodear hasta la arista al no disponer de cuerdas suficientes para instalar en el corredor, que presentaba una cornisa de nieve¡±, recuerda con exactitud ¡®Lolo¡¯.
Muy cerca de alcanzar la cima el alpinista andaluz asisti¨® a la ca¨ªda conjunta de Garra y Keshab. Las informaciones que llegaron a Espa?a se?alaban que un tropez¨®n de Keshab, durante el descenso y tras pisar la cima, propici¨® la fractura de tobillo del catal¨¢n. Pero no fue as¨ª: ¡°En el ¨²ltimo sector bajo la pared de roca, antes de girar a la derecha para remontar en direcci¨®n a la arista de cima, se produce una ca¨ªda. Juanjo y Keshab se hab¨ªan encordado en corto (a unos 3 metros el uno del otro). Keshab comenz¨® a superar una plancha de hielo, con Juanjo sigui¨¦ndole hasta que sufri¨® un resbal¨®n que arrastr¨® a Keshab. Ambos se deslizaron pendiente abajo hasta que consiguieron parar en una zona de nieve. Juanjo se rompi¨®, as¨ª, tobillo y peron¨¦¡±, se?ala ¡®Lolo¡¯, quien inform¨® del accidente a las 15 horas.
En ese momento, los grupos indio y japon¨¦s decidieron dar por finalizado su ataque a cima y emprendieron el descenso. Un sherpa del grupo indio se qued¨® con ¡®Lolo¡¯, Keshab y Juanjo. Juntos, intentaron realizar varias maniobras de cuerda para devolver a Juanjo hasta la huella de subida. No hubo manera de recolocar a Garra en la huella. El sherpa del equipo indio se march¨® y Keshab y Lolo consiguieron bajar unos metros a Juanjo. Entonces empez¨® a oscurecer y a nevar levemente.
Aislados a 8.000 metros, ¡®Lolo¡¯ tom¨® una de las decisiones m¨¢s comprometidas de su vida y decidi¨® que la mejor manera de ayudar a su compa?ero pasaba por dejarlo en el lugar del accidente, descender hasta el campo 3 (7.300 m) y regresar al d¨ªa siguiente con una tienda, hornillo y combustible para fundir nieve e hidratarle y coordinar la ayuda externa para su rescate.
Contrariamente a lo difundido a trav¨¦s del Blog de Garra, el d¨ªa 23, nadie holl¨® el Dhaulagiri
Con todo, a medio camino del campo 3, Keshab decidi¨® de forma unilateral dar media vuelta y regresar junto a Garra. Lo hizo sin avisar siquiera a ¡®Lolo¡¯: ¡°Cre¨ªa posible cargarlo sobre su espalda y bajarlo¡±, explica el andaluz.
Sin visibilidad, y con la huella tapada por la nieve reciente, ¡®Lolo¡¯ decide vivaquear a 7.500 metros. Por la ma?ana, encuentra el camino de regreso al campo 3 e inicia las labores de auxilio que implicar¨ªan a muchas personas: cuatro sherpas, los espa?oles Ferr¨¢n Latorre, Alex Txik¨®n y Jorge Egocheaga, el alem¨¢n Dominic Moller, los pilotos de helic¨®ptero italianos Maurizio Folini y Simone Moro. ¡°Lo que han hecho estas personas merece un monumento¡±, recuerda ¡®Lolo¡¯.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.