Jelena Gencic, forjadora de gigantes del tenis mundial
La entrenadora descubri¨® a Novak Djokovic, Goran Ivanisevic y Monica Seles
¡°La vida te da y te quita cosas. Jelena fue mi primera entrenadora y mi segunda madre. Me ense?¨® muchas cosas que son parte de m¨ª, parte de mi car¨¢cter, de quien soy hoy. Siento la responsabilidad de continuar su legado. Trabajaba con ni?os de entre 5 y 13 a?os. Nunca se cas¨®. Nunca tuvo hijos. El tenis era todo lo que tuvo en su vida¡±.
Quien habla cariacontecido es Novak Djokovic, el n¨²mero uno mundial del tenis, que sufri¨® la p¨¦rdida el pasado 1 de mayo de Jelena Gencic (Belgrado, 1936-2013), la entrenadora que se lo ense?¨® todo a ¨¦l, a Goran Ivanisevic y a Monica Seles, todos ellos campeones de grandes torneos originarios de la extinta Yugoslavia. Las lecciones que dio Gencic como t¨¦cnica, sin embargo, tienden a ocultar sus logros personales, su vida como deportista, los ¨¦xitos que consigui¨® por s¨ª misma y no a trav¨¦s de otros. Fue una gran jugadora de balonmano que lleg¨® a ganar el bronce mundial con la selecci¨®n de Yugoslavia. Tenista, represent¨® a su pa¨ªs en la Copa Federaci¨®n, la versi¨®n femenina de la Copa Davis. Universitaria, fue directora de TV Belgrado. Nunca dej¨® de lado su gran pasi¨®n y su gran virtud: la capacidad de identificar entre decenas de ni?os al jovencito con el talento innato, la fortaleza mental y la coordinaci¨®n natural para ser un campe¨®n en el futuro.
Gencic descubri¨® a un Nole de cinco a?os en Kopaonik, un complejo tur¨ªstico en las monta?as en el que la familia Djokovic ten¨ªa un restaurante. Durante ocho a?os, la entrenadora fue una presencia diaria en la vida del futuro campe¨®n. Ella le ense?¨® su famoso rev¨¦s paralelo. Ella aliment¨® su cerebro con sue?os de grandes t¨ªtulos. Ella le introdujo en el mundo de Chaikovski, le meti¨® el gusanillo de los idiomas, le habl¨® de arte, m¨²sica cl¨¢sica y literatura de la misma manera que lo hab¨ªa hecho con ella su abuelo, el primer cirujano de Yugoslavia. Durante la guerra civil de su pa¨ªs, Gencic fue quien eligi¨® las pistas de entrenamiento en funci¨®n de d¨®nde hab¨ªan sido el d¨ªa anterior los bombardeos de la OTAN, razonando que los aviones de la coalici¨®n no volver¨ªan a elegir el mismo objetivo. As¨ª fue esculpiendo a un tenista que ha ganado seis grandes, y que esta semana busca en Par¨ªs el ¨²nico que le falta, Roland Garros. Djokovic no se entiende sin Gencic y Gencic no se entend¨ªa sin Djokovic.
Ense?¨® a Nole su rev¨¦s paralelo
Una imagen lo resume todo. Poco despu¨¦s de ganar a Rafael Nadal la final de Wimbledon 2011 y de coronarse como n¨²mero uno, el campe¨®n serbio se present¨® en una casa humilde con la Copa. En las escaleras esperaba Gencic, la mujer que le hab¨ªa hecho practicar con un vaso de pl¨¢stico una hipot¨¦tica ceremonia como campe¨®n en la catedral de la hierba. Los ensayos ya no eran necesarios. Su ni?o hab¨ªa cumplido el sue?o.
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