Alba, el lateral del barrio
El jugador catal¨¢n celebra que fichar por el Bar?a le permiti¨® regresar a L¡¯Hospitalet, donde creci¨®
Jordi Alba, (L¡¯Hospitalet del Llobregat, 1989) supo un d¨ªa antes de la final de la Eurocopa, en Kiev, que volv¨ªa a casa. O sea, que fichaba por el Bar?a, y algo m¨¢s: que literalmente volv¨ªa a casa de sus padres, al barrio donde naci¨®, a L¡¯ Hospitalet, al barrio donde fue al colegio ¡ªal Balaguer¡ª, donde las vecinas le reconocen por las calles, donde hizo los primeros amigos, esos con los que sigue saliendo, normalmente al cine o a cenar los viernes si juega los domingos, a la habitaci¨®n donde so?¨® con ser futbolista antes de marcharse al Valencia. Porque Alba, pese a ser famoso y millonario, tuvo claro que no pensaba irse a vivir a un lujoso apartamento de la zona alta, a una casa adosada en las afueras de Barcelona, sino que su sitio estaba donde creci¨®, en la habitaci¨®n que abandon¨® buscando el sue?o de ser profesional camino de la escuela de Paterna y que la vida le devolvi¨® el a?o pasado. Por eso, m¨¢s all¨¢ de haber ganado la primera Liga, de haber cumplido el sue?o de enfundarse la camiseta del Barcelona, estar de nuevo en el barrio, en casa, comiendo las ensaladas que le prepara su madre, jugando a la play con su hermano David, tambi¨¦n futbolista ¡ªde f¨²tbol sala, acaba de ascender a Segunda con el Bellsport L¡¯Hospitalet¡ª es el mejor premio que le puede dar la vida.
¡°Si a eso le pones la guinda de venir a la Confederaciones con Espa?a, ?qu¨¦ m¨¢s puedo pedir?¡±, se pregunta. Y ¨¦l mismo se responde: ¡°Hay una cosa que debo cambiar. En el campo tengo que contenerme¡±. Y es que, a veces, se le va la pinza: ¡°Soy muy impulsivo y al final no soy nadie. Despu¨¦s de lo que pas¨® el d¨ªa del Bayern [le tir¨® un balonazo a Robben en la cara] dije ¡®basta, no lo volver¨¦ a hacer, ya lo ver¨¢s¡¯. S¨¦ que perjudico al equipo, y que la tensi¨®n del partido no puede ser excusa. He de aprender de los errores y ese aspecto lo tengo que mejorar. As¨ª que dije basta y se ha acabado, no volver¨¢ a pasar. No ver¨¦is m¨¢s reacciones m¨ªas as¨ª¡±. Su madre, a quien nunca le preocup¨® otra cosa que criar buenas personas, ser¨¢ la primera que lo agradecer¨¢.
A Jordi y David, los hermanos Alba, no es raro verles por el barrio, al norte de L¡¯ Hospitalet. Cada vez que puede, el lateral de La Roja va a por el pan a la vuelta del entrenamiento, donde lo compraba a la vuelta del colegio. ¡°Ha cambiado poco el barrio¡±, dice. ¡°Sigue siendo un barrio de emigrantes, lo que pasa es que antes eran de Andaluc¨ªa o de Extremadura y ahora vienen de China o de Pakist¨¢n, pero sigue siendo multicultural¡±, reconoce Miguel, su padre. Tampoco Jordi ha cambiado. ¡°Soy un chico de barrio, tampoco voy a cambiar ahora porque juegue en el Barcelona, ?no? Ahora me conocen m¨¢s, pero sigo teniendo los amigos de toda la vida, a la gente del cole, la gente de las tiendas, los vecinos¡ Voy al cine, ceno en el centro comercial con ellos. No s¨¦, lo que hace cualquier chaval del barrio¡±, explica vestido con un ch¨¢ndal que solo llevan 23 futbolistas en Espa?a, el de la selecci¨®n absoluta.
Nadie dir¨ªa que en esa casa de barrio vive un futbolista de ¨¦lite cuando a primera hora la familia sale del portal. David se va a trabajar a La Cordala, un centro de ni?os con disminuci¨®n ps¨ªquica, y Jordi se sube al coche con su padre y se va a la ciudad deportiva del Barcelona. Le lleva porque no tiene carnet de conducir. ¡°Me da mucho respeto conducir. Empec¨¦ las pr¨¢cticas y lo dej¨¦ cuando jugaba en el N¨¤stic, y me caduc¨®. Igual el a?o que viene me pongo y me lo saco, supongo que lo necesito, pero me gusta que me lleve mi padre, porque as¨ª hablamos¡±, explica. De f¨²tbol, poco. Pese a tener dos hijos que le pegan al bal¨®n, ni al administrativo, ni a su mujer, profesora de ni?os con S¨ªndrome de Down, les gusta mucho el f¨²tbol. ¡°Ahora entienden un poco m¨¢s, pero no te creas¡±, dice Jordi.
Desde el principio tuvo claro que no vivir¨ªa en un lujoso apartamento
Jordi, que de peque?o iba al campo a menudo, gracias al pase que les daban a los chavales de las categor¨ªas inferiores del Barcelona, recuerda especialmente el gol de Rivaldo al Valencia que clasific¨® al Barcelona para la Champions el ¨²ltimo minuto de la temporada 2000-01. ¡°Yo estaba en el campo ese d¨ªa y no veas c¨®mo grit¨¦ el gol¡±. Ahora juega con Messi, con el que adem¨¢s ha hecho buenas migas. ¡°La gente me pregunta c¨®mo es y yo siempre les digo lo mismo: un tipo sencillo, como nosotros, podr¨ªa haber nacido en nuestro barrio de lo normal que es. Hicimos buenas migas desde el principio, es un chaval muy humilde y sencillo¡±.
Para su juego, no cree que haya mucha diferencia entre el Barcelona y la selecci¨®n. As¨ª que se siente muy c¨®modo jugando en La Roja. ¡°Mi juego no cambia porque en los dos equipos siempre tenemos el bal¨®n, queremos atacar, Tito no me pide nada muy diferente a lo que me exige Del Bosque. Me corto igual subiendo en el Bar?a que en la selecci¨®n¡±, aunque es cierto que como Arbeloa sube menos que Alves, con Espa?a tiene m¨¢s recorrido. Dice que para ser lateral ¡°hay que tener cabeza, hay que elegir cu¨¢ndo te activas¡±. Y aprovecha para se?alar a Del Bosque como un t¨¦cnico trascendental en su carrera. ¡°Me dio mucha confianza, es un entrenador clave en mi vida. Llevaba solo unos meses jugando de lateral, me llev¨® a un partido a la selecci¨®n y me cit¨® para la Eurocopa. Y all¨ª, un d¨ªa antes de la final, me enter¨¦ de que fichaba por el Bar?a¡±. De que volv¨ªa a casa, al barrio, donde el 1 de julio empieza su primer campus. No ha querido montarlo en otro sitio que no fuera all¨ª, en L¡¯Hospitalet, donde empez¨® a so?ar con llegar un d¨ªa a estar donde est¨¢ ahora: en el Bar?a, en casa y en la selecci¨®n espa?ola.
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