LeBron, la mutaci¨®n de una estrella

¡°Ahora soy 20, 40 o 50 veces mejor que entonces¡±. As¨ª lo afirm¨® LeBron James durante los d¨ªas previos al inicio de la final de la NBA entre Miami y San Antonio. La frase ven¨ªa a cuento de la final que perdi¨® en 2007 cuando lideraba a Cleveland Cavaliers y fueron barridos (4-0) por los Spurs, el mismo rival que ha tenido enfrente ahora.

A sus 28 a?os, LeBron empieza a estar en la ¨®rbita de los elegidos, de aquellos que, adem¨¢s de poseer un talento fuera de lo com¨²n, han sabido entender la necesidad de rodearse de un buen equipo, adecuadamente gestionado (Erik Spoelstra como entrenador y Pat Riley como director deportivo), y poner todo de su parte para que cada uno sus compa?eros rindan al m¨¢ximo.

Desde el punto de vista t¨¦cnico, la mejora de LeBron ha sido constante, pero experiment¨® un aceler¨®n, un cambio decisivo en 2011. Tras perder la final ante Dallas (4-2), El Rey se encerr¨® durante dos semanas en su casa y repas¨® los partidos que frustraron su objetivo en su primera temporada con los Heat. Comprendi¨® por fin lo que varios entrenadores le hab¨ªan sugerido. ¡°Debo trabajar mi juego en el poste¡±, se dijo. Lo hizo. Se fue a trabajar con el legendario p¨ªvot Hakeem Olajuwon, y perfeccion¨® una de las pocas facetas que faltaban en su extenso repertorio.

Desde entonces puede jugar de p¨ªvot y as¨ª lo ha hecho, incluso en varios pasajes de la final contra los Spurs. LeBron puede actuar perfectamente en las cinco posiciones de la cancha con un rendimiento sobresaliente. Desde ese punto de vista no hay un jugador al que se pueda comparar en este momento. Magic Johnson fue uno de los pocos que fue capaz de jugar a un alto nivel en todas las posiciones.

La principal diferencia entre el LeBron de 2007 y el de ahora, es su mayor eficiencia en los tiros en suspensi¨®n. Entonces lanzaba m¨¢s (1.332) y su porcentaje era peor (33.8%). Ahora selecciona mejor (975) y anota m¨¢s (42.4%). Durante los playoffs, Lebron ha demostrado que se equivocaban aquellos que aseguraban que pierde eficacia cuando dribla, penetra y lanza por su izquierda, y entre ellos se cuenta Michael Jordan. El 6 de los Heat lo rebati¨® con hechos. Anot¨® una canasta decisiva ante Orlando penetrando por la izquierda y volvi¨® a resolver de la misma forma ante Indiana en el primer partido de la final de la Conferencia Este.

La gesti¨®n de los egos siempre es crucial en una competici¨®n como la NBA. LeBron ha tenido que entenderse y complementarse con Wade, el capit¨¢n de los Heat, el jugador que ya hab¨ªa ganado el primer t¨ªtulo de esta franquicia en 2006, formando pareja con Shaquille O¡¯Neal, y con Chris Bosh, el p¨ªvot que form¨® la triple alianza en South Beach tras abandonar Toronto.

Los Spurs se han encontrado a un LeBron mucho m¨¢s maduro, que entiende mucho mejor el juego y que se ha rodeado por jugadores con m¨¢s talento y experiencia. Sin Ray Allen, el letal triplista que est¨¢ a punto de cumplir 38 a?os, es posible que ni siquiera hubieran llegado al s¨¦ptimo partido de la final. Su triple a falta de cinco segundos para el final del sexto duelo result¨® providencial para forzar la pr¨®rroga y la victoria. Su aportaci¨®n va mucho m¨¢s all¨¢ de aquel triple, como las de Miller, o Battier e incluso la del ¨²ltimo en llegar, Chris Andersen, un p¨ªvot que ha apuntalado al grupo en el interior de la zona. Y junto a ellos, jugadores que llevaban ya varios a?os en Miami, como Chalmers o Haslem.

En 2007, los compa?eros m¨¢s destacados de LeBron en los Cavaliers eran Larry Hughes, Ilgauskas, Donyell Marshall, Drew Gooden y tres jugadores entonces muy j¨®venes, el p¨ªvot brasile?o Varejao, el alero montenegrino Pavlovic y el base-escolta novato de Texas, Daniel Gibson. Con ese equipo, LeBron naufrag¨® ante los Spurs en 2007. Ten¨ªa 22 a?os. Seis temporadas despu¨¦s, con otro equipo y con otro n¨²mero (del 23 al 6), ha conseguido su segundo anillo.