Una victoria sofocante
Espa?a padece m¨¢s de la cuenta ante Nigeria en una t¨®rrida tarde en Fortaleza, donde ya le espera Italia el jueves en semifinales
En la caldera del estadio Castelao de Fortaleza, por encima de los 30 grados y con un 66% de humedad, Espa?a sud¨® de lo lindo para superar a Nigeria, un rival con m¨¢s dep¨®sito f¨ªsico que le tuvo en vilo durante una hora, lo que tard¨® la Roja en suspirar tras el 2-0, con Fernando Torres como autor reci¨¦n salido del banquillo. Hasta entonces, Espa?a estuvo en el alambre, amenazada de forma inesperada por un adversario algo ca¨®tico, pero atrevido y sin complejos. Durante un largo trecho logr¨® desnaturalizar al equipo de Del Bosque, menos coordinado de lo habitual, permisivo en las dos ¨¢reas. Por en¨¦sima vez, el t¨¦cnico salmantino acert¨® con las sustituciones y Espa?a sell¨® otra victoria, esta vez con sofocos, por la respuesta del rival y el horno de Fortaleza, donde se medir¨¢ con Italia en las semifinales el pr¨®ximo jueves. Fue adem¨¢s el encuentro oficial n¨²mero 28 de la selecci¨®n sin perder, un registro que supera el de Francia en 1999.
NIGERIA, 0; ESPA?A, 3
Nigeria: Enyeama; Ambrose, Omeruo (Egwuekwe, m. 12), Oboabona, Echiejile; Ogude, Obi Mikel, Mba (Igu, m. 63); Ideye, Musa y Akpala (Muhammad, m. 71). No utilizados: Eijide, Agbim; Kwambe, Ujah, Babatunde, Eze, Oduamadi, Benjamin y Onazi.
Espa?a: Vald¨¦s; Arbeloa, Sergio Ramos, Piqu¨¦, Jordi Alba; Busquets; Pedro (Villa, m. 75), Xavi, Iniesta, Cesc (Silva, m. 54); y Soldado (Fernando Torres, m. 60). No utilizados: Iker Casillas, Reina; Albiol, Javi Mart¨ªnez, Azpilicueta, Mata, Monreal, Cazorla y Navas.
Goles: 1-0. M. 3. Jordi Alba. 2-0. M. 62. Torres. 3-0. M. 89: Jordi Alba.
?rbitro: Joel Aguilar (El Salvador).
44.000 espectadores en el estadio Castelao de Fortaleza. Espa?a jugar¨¢ las semifinales contra Italia el jueves. Brasil y Uruguay disputar¨¢n la otra el mi¨¦rcoles.
El reto con Italia ser¨¢ un buen term¨®metro para medir al p¨²blico brasile?o, que ayer, como en los dos encuentros previos, abuche¨® todo lo que pudo a Espa?a. Una forma de aupar al d¨¦bil. Tambi¨¦n respeto al campe¨®n e inquietud por Brasil. Es lo que se ha ganado esta Espa?a, que no hace mucho tiempo solo hubiera despertado cierta indiferencia, una presa f¨¢cil para los grandes en cualquier torneo. Tanto ha cambiado el cuento que hace apenas 15 a?os se enfrent¨® a su oponente de ayer en el Mundial de Francia. Aquel d¨ªa se alinearon como titulares seis defensas: Ferrer, Alkorta, Hierro, Sergi, Nadal e Iv¨¢n Campo. Resultado: derrota por 3-2. Qu¨¦ lejano parece ahora, por m¨¢s que en Fortaleza no se viera la mejor versi¨®n de la Roja, pero s¨ª su estilo innegociable, en las buenas y en las malas.
El equipo de Del Bosque arranc¨® con su mejor cara, con un tanto fulgurante de Jordi Alba. Una trenza precisa y veloz entre Xavi, Cesc, Pedro e Iniesta fue culminada por el lateral azulgrana, que asalt¨® el ¨¢rea y busc¨® y busc¨® hasta perfilarse hacia su pierna izquierda. La jugada, patrimonio de la Roja, presagiaba la versi¨®n espa?ola ante Uruguay. Un espejismo. Pronto, muy pronto, los espa?oles cayeron en el enredo nigeriano, un conjunto nada ortodoxo, que lo mismo descuelga a cuatro delanteros que defiende con la mirada. La anarqu¨ªa africana contagi¨® a Espa?a, irreconocible, con las l¨ªneas dislocadas, sin gobierno. Un partido de ida y vuelta, a la carrera, nada que ver con ese equipo que anestesia con la pelota y apenas concede ocasiones.
Falto de firmeza en todas las zonas, Vald¨¦s, muy atento con los pies, preciso con las manos y con pu?os de hierro, no tuvo una tarde para sestear. A la fuerza y siempre de forma muy directa, Nigeria se plant¨® con enorme facilidad en el ¨¢rea espa?ola, donde Ramos y Piqu¨¦ sufr¨ªan en cada combate con los herc¨²leos jugadores africanos. Cada pelota que llegaba a la periferia de Vald¨¦s era un peligro. Obi Mikel tuvo el empate, pero Ramos hizo de muro con la porter¨ªa de par en par. Cosa extra?a, Espa?a no ten¨ªa el mando de costumbre (un 55% de posesi¨®n al t¨¦rmino del primer tiempo). Su mejor defensa es la pelota imantada y las l¨ªneas con pegamento. En ambos aspectos le cost¨® una hora reencontrarse. Hasta el gol de Torres que le soseg¨®, cuando logr¨® hilvanar el juego pase a pase, como requiere su formato habitual, no tuvo punto final. Ya fuera por un penalti escamoteado a Pedro por agarr¨®n del cuello de Oboabona, por un remate de Cesc al poste cuyo rebote cay¨® al meta Enyeama, ya sentado de culo, o por el mal d¨ªa de Soldado, impreciso en el juego y sin tino ante el gol. En dos oportunidades se qued¨® seco en un pulso particular con Enyeama.
La selecci¨®n empez¨® con su mejor cara y un tanto fulgurante de Jordi Alba
Visto que el partido era una ruleta, Del Bosque intervino apenas comenzado el segundo tiempo. Pocos como este seleccionador a la hora de gestionar los cambios. Son tantas las veces que canta bingo que cuesta creer en la mera casualidad. Primero retir¨® a Cesc, fuera de onda, en favor de Silva. Ofuscado el ariete del Valencia, dio carrete a Fernando Torres. Y a la primera emboc¨® el Ni?o. Silva tambi¨¦n tuvo su cota de protagonismo, al asociarse con Pedro, autor del centro desde la izquierda planchado de cabeza por el futbolista del Chelsea. Ah¨ª respir¨® Espa?a y dimiti¨® Nigeria, que ya se vio fuera del encuentro y del torneo. Sobre todo cuando Muhammad dispar¨® con la tibia un servicio de Musa, un incordio para los espa?oles por su condici¨®n de velocista. La jugada solo pod¨ªa concluir con gol o gol. Pues no, el bal¨®n, acalambrado por la pifiade Muhammad, huy¨® de la red. Fue la ¨²ltima bala nigeriana en un partido en el que lleg¨® a tutear al campe¨®n. Pero, para su desconsuelo, el partido se cerr¨® como empez¨®, con un gol de Alba. Eso tienen los campeones, solventes incluso en un mal d¨ªa, cuando hay que sudar como una regadera. Espa?a espera a Italia, y en la otra eliminatoria, Brasil contra Uruguay. Cuatro campeones del mundo rumbo a la final, todo un realce para el torneo.
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