La ¡°inseguridad¡± de Nadal

Una aerol¨ªnea de bajo coste llev¨® a Rafael Nadal desde Londres a Barcelona, donde someti¨® su rodilla izquierda a una revisi¨®n m¨¦dica (ecograf¨ªa y resonancia magn¨¦tica) que estaba programada para cuando acabara su participaci¨®n en Wimbledon. Derrotado por el belga Steve Darcis en primera ronda del grande de la hierba, el campe¨®n de 12 torneos del Grand Slam lleg¨® antes de lo esperado a la consulta y tras perder en Londres dejando se?ales claras de que le dol¨ªa la articulaci¨®n, que entre junio de 2012 y febrero de 2013 le dej¨® siete meses fuera de la competici¨®n con una rotura parcial de ligamento rotuliano y una hoffitis. Eliminado, el mallorqu¨ªn no quiso hablar de lesiones. ¡°No es el d¨ªa¡±, dijo. Sin embargo, antes, durante y despu¨¦s del partido, por el vestuario plane¨® el recuerdo de que su larga baja de 2012 hab¨ªa comenzado precisamente en Wimbledon. Pisar otra vez la resbaladiza hierba reverdeci¨® el episodio en su memoria. Sent¨ªa, seg¨²n dijo en la caseta, ¡°inseguridad¡±.

¡°En 2012 jugu¨¦ aqu¨ª porque es Wimbledon, porque amo este torneo, pero la realidad es que no estaba listo, que no sent¨ªa mi rodilla desde Roland Garros¡±, record¨® Nadal el pasado fin de semana, contextualizando las decisiones que tomar¨ªa luego para afrontar el encuentro de Darcis. ¡°[En 2012] Me infiltr¨¦ desde el primer d¨ªa. (¡­) Sufr¨ª demasiado. Si est¨¢s en las ¨²ltimas rondas y te tienes que infiltrar, vale. Pero no existe eso de jugar infiltrado desde el primer d¨ªa¡±, cerr¨®.

¡°El golpe que m¨¢s le molesta es el rev¨¦s¡±, dicen en su entorno sobre su derrota

¡°Antes del partido contra Darcis, el primero de 2013 en hierba, vio que no ten¨ªa sentido infiltrarse¡±, contaron ayer quienes conocen bien los problemas del mallorqu¨ªn, que lleg¨® a Londres como el tenista con m¨¢s partidos este curso (45) y sin ning¨²n torneo de preparaci¨®n sobre c¨¦sped.

Mientras calentaba para su debut en Wimbledon, el campe¨®n de 12 grandes estaba m¨¢s preocupado por los problemas que sufr¨ªa en un codo que por el dolor en la rodilla, que cre¨ªa tener ¡°bajo control¡±. Durante el encuentro contra Darcis, no avis¨® de ¡°ning¨²n dolor agudo¡± a su banquillo, porque no sufri¨® ning¨²n pinchazo repentino como el que le oblig¨® a retirarse en cuartos de final del Abierto de Australia 2010, pero las molestias persistieron y fueron aumentando con el paso de los minutos.

Del Nadal reconocible del inicio del encuentro se pas¨® a uno desdibujado en la segunda manga y a otro irreconocible en la tercera, en la que compiti¨® hu¨¦rfano de la movilidad que le caracteriza, de respingo en respingo cuando intentaba una carrera. As¨ª resumieron la situaci¨®n en su entorno: las bajas temperaturas de la jornada mordieron sus tendones (¡°les sientan muy mal¡±), la hierba le carcomi¨® la confianza (¡°es la peor superficie para mi rodilla¡±, dijo ¨¦l mismo el s¨¢bado) y los entrenamientos no le dieron seguridades. ¡°No ten¨ªa buen feeling¡±, cuentan los suyos, que insisten en que la articulaci¨®n est¨¢ ¡°igual que en la primera ronda de Roland Garros¡± y que lo que ha cambiado son ¡°los apoyos, la hierba¡±.

El campe¨®n de 12 grandes decidir¨¢ ahora si juega la gira europea de arcilla

En consecuencia, Nadal, que no se someti¨® a radiograf¨ªas ni resonancias magn¨¦ticas en Londres, compiti¨® ¡°con inseguridad¡±. Ante Darcis, se dio alguna extra?a carrera para tocar la pelota con la derecha y no con el rev¨¦s, ¡°el golpe en el que m¨¢s le molesta la rodilla¡±, seg¨²n quienes conocen el problema. Al terminar la rueda de prensa, baj¨® las escaleras con una ligera cojera.

Antes de viajar a Barcelona, donde el doctor Cotorro fue el encargado de examinar la rodilla, y si estar¨¢ preparada para competir en las citas sobre arcilla de Stuttgart o Bastad (desde el 8 de julio), el mallorqu¨ªn interpret¨® la situaci¨®n con optimismo: frente a su primera derrota en la ronda inaugural de un grande, valor¨® los siete t¨ªtulos y dos finales sumados en los 10 torneos que ha jugado desde que en febrero de este a?o volvi¨® a las pistas. La inc¨®gnita, sin embargo, sigue abierta.