Del Bosque, el p¨®ster de un ¡®thriller¡¯

Si hubiera que poner un p¨®ster al palpitante thriller futbol¨ªstico vivido el jueves en Fortaleza, ninguna imagen como la de un hombre de 62 a?os, curtido en tantos y tantos suspenses a lo largo de su carrera. No hay momento m¨¢s pavoroso en el f¨²tbol que una ruleta de penaltis, con el estadio en combusti¨®n, unos futbolistas con las gargantas anudadas y tiritonas en las piernas y, en el caso de Espa?a, m¨¢s de 13 millones de televidentes estremecidos. Para Vicente del Bosque no fue precisamente un momento escalofriante, porque la angustia y el sofoco clim¨¢tico le paralizaron en el banquillo, sentado, con la cara chorreando sudor, del fr¨ªo, por la intriga, y del caliente por el achicharradero del estadio Castelao. ¡°Dejadme respirar¡±, dijo al medirse con los medios tras el drama y ser consultado sobre Brasil, su adversario en la final. ?Qu¨¦ hac¨ªa refugiado durante los penaltis? ¡°Se ven igual de pie que sentado, yo estaba fundido y... ya no pod¨ªa hacer nada¡±.

Sorprendente para quien soport¨® una pr¨®rroga angustiosa en Johannesburgo, el mismo al que el paraguayo Cardozo le cort¨® el aliento en un penalti con 0-0 en el Mundial africano o el propio t¨¦cnico al que Sergio Ramos le congel¨® la sangre con su panenkazo a Portugal en la ¨²ltima Eurocopa. De hecho, Espa?a, con las hadas de los campeones, ha salido triunfante de las ¨²ltimas cinco pr¨®rrogas, ya fuera en el mismo tercer tiempo o en los penaltis. Pero la rueda con los italianos fue tan sublime para los lanzadores que Del Bosque y Casillas confesaron no recordar una tanda en la que los porteros ni tocaran la pelota, ni siquiera con 14 lanzamientos. Y Buffon e Iker no son dos guardametas del mont¨®n, precisamente.

Hoy, La Roja ha despojado a Brasil del trono del ¡®jogo bonito¡¯

El desenlace de la odisea con el gol de Navas en el primer penalti que recuerda haber lanzado en su carrera despeg¨® al seleccionador de la banqueta. Mientras jugadores, t¨¦cnicos y auxiliares enloquec¨ªan, Del Bosque fue Del Bosque. Su inmediata reacci¨®n, saludar con afecto y deportividad a Cesare Prandelli, el colega italiano, de nuevo torturado en un partido con Espa?a. A continuaci¨®n, el seleccionador salmantino no tuvo reparos en ennoblecer a¨²n m¨¢s el choque con sus reflexiones, autocr¨ªtica incluida, nada convencional en un juego en el que los egos de los entrenadores tambi¨¦n se disparan m¨¢s de la cuenta. ¡°Nos hemos equivocado¡±, dijo sobre su planteamiento inicial, que no contrarrest¨® la avalancha italiana sobre el costado de Jordi Alba. ¡°Hemos tenido suerte en los penaltis, cuyos lanzadores los eligi¨® Toni Grande, que estaba m¨¢s reflexivo que yo¡±, subray¨® con aplastante sinceridad, sin colgarse m¨¦ritos. Lo mismo que al ser consultado por la desventaja de enfrentarse ma?ana a Brasil con un d¨ªa menos de descanso. ¡°En la final de la ¨²ltima Eurocopa nosotros tuvimos un d¨ªa m¨¢s que Italia¡±, terci¨® con honestidad.

Al respecto tambi¨¦n se pronunci¨® ayer Luiz Felipe Scolari, el entrenador de la Canarinha: ¡°Espa?a ha jugado un partido menos¡±, en referencia a la pachanga con Tahit¨ª que permiti¨® abanicarse a los titulares. ¡°Lo importante es que ahora coman y descansen bien¡±, afirm¨® Del Bosque tras alcanzar la final (medianoche del domingo en Espa?a). ¡°Lo m¨¢s importante es recuperar el gluc¨®geno del m¨²sculo y para ello es b¨¢sico el descanso y una alimentaci¨®n con carne, pasta, fruta, ensaladas y¡­ mucho gazpacho y salmorejo¡±, apunt¨® ?scar Celada, el m¨¦dico de la selecci¨®n espa?ola.

En realidad, lo que pretende Scolari es sacudirse cualquier favoritismo. ¡°Espa?a es la mejor del mundo¡±, concedi¨® ayer Neymar. La prensa brasile?a tambi¨¦n despoja a su equipo de los mejores pron¨®sticos. En muchos casos a¨²n etiqueta a la selecci¨®n espa?ola con la furia, no con el estilo brasile?o del pasado.

Scolari pretende sacudirse cualquier favoritismo; ¡°Son los mejores. Ser¨¢ una final hist¨®rica¡±, dice Neymar

El primer enfrentamiento entre Espa?a y Brasil se remonta al campeonato del mundo de 1934, cuando se produjo la ¨²nica victoria espa?ola, 3-1 en G¨¦nova. En 1950, en la ¨²ltima visita a Maracan¨¢, Espa?a cay¨® con estr¨¦pito (6-1), y en los tres siguientes retos mundialistas hubo de todo. En 1962, Helenio Herrera y los suyos clamaron contra el arbitraje del chileno Sergio Bustamente y Espa?a cay¨® 2-1. La televisi¨®n certific¨® en 1986 el grave error del colegiado australiano Chris Bambridge en Jalisco, al no conceder un gol al madridista M¨ªchel que traspas¨® la raya, y la Roja sucumbi¨® con una diana de S¨®crates. Hoy, en esta Confederaciones que a¨²n no ha tenido que estrenar su ojo de halc¨®n, hubiera valido. Entre los avatares en Chile y M¨¦xico, tambi¨¦n en Am¨¦rica, en Argentina 78, el victimismo se extendi¨® por el f¨²tbol espa?ol tras el gol, gol o gol fallado por Carde?osa (0-0) y que hizo despedirse a la primera al combinado de Ladislao Kubala. Con el mismo resultado concluy¨® el ¨²ltimo reto entre espa?oles y brasile?os, un amistoso en Vigo el 13 de noviembre de 1999.

Espa?a ya no es la misma, es m¨¢s bien Brasil. No ha alcanzado su palmar¨¦s, pero le ha despojado del trono del jogo bonito. Por ello, la Confederaciones, por m¨¢s que se la tenga por una Copa sin mucho pedigr¨ª, ha cogido enjundia. En la final de un imponente estadio que custodiar¨¢n 11.000 agentes hay mucho que discutir. ¡°Ser¨¢ una final hist¨®rica¡±, dijo Neymar. Quiz¨¢ por todo ello el Del Bosque exhausto, solitario y con la mirada hueca durante los penaltis. Bien sabe que Maracan¨¢ y Brasil es el sue?o de los ni?os, lo que remarca estos d¨ªas. Ganar a Brasil una final dom¨¦stica es en s¨ª mismo un t¨ªtulo. La historia contra el presente. Un juego de tronos.