Una victoria a cara o cruz
Londres, que ha visto dos de los partidos m¨¢s largos en la historia, decidi¨® uno mediante una moneda en 1904
Esto es Wimbledon, el reino de los sacadores, el infierno de los restadores, all¨ª donde es casi imposible conseguir una rotura. Sobre hierba, y con un quinto set desprovisto de tie-breaks, los partidos pueden llegar a eternizarse. En los or¨ªgenes del torneo, cuando a¨²n se cambiaba casi cada a?o la altura de la red y la distancia de la l¨ªnea de fondo con respecto a ella, se intent¨® poner coto a esa tortura. En la quinta ronda, Frank Riseley y Sidney Smith empataban a dos sets. Aquello parec¨ªa no tener fin. Los dos, como buenos caballeros, pactaron una soluci¨®n salom¨®nica: lanzar una moneda para que la suerte decidiera el vencedor del encuentro. Gan¨® Riseley, que luego perder¨ªa la final individual de ese curso y celebrar¨ªa dos t¨ªtulos de dobles de Wimbledon¡ con Smith.
En 1969, Pasarell y Gonz¨¢lez disputaron 112 juegos durante 5h12m. Los cronistas creyeron que el r¨¦cord ser¨ªa insuperable. Se equivocaron
Sin embargo, la moneda nunca volvi¨® a usarse en la catedral del tenis, que al abandonarla permiti¨® que se compitieran dos partidos hist¨®ricos. Acunados por la hierba, Pancho Gonz¨¢lez y Charlie Pasarell disputaron 112 juegos en 1969. Cuando Gonz¨¢lez, entonces de 41 a?os, celebr¨® la victoria al octavo punto de partido (22-24, 1-6, 16-14, 6-3 y 11-9) hab¨ªan pasado 5h 12m llenas de peloteos antol¨®gicos y de protestas del ganador, que se quejaba de la falta de luz. Los cronistas de la ¨¦poca juzgaron que ese r¨¦cord de 112 parciales disputados y de minutos gastados sobre el c¨¦sped ser¨ªa insuperable, m¨¢s aun cuando se introdujo el tie-break en los cuatro primeros sets, imposibilitando, creyeron, marcadores mastod¨®nticos. Se equivocaron.
Sin moneda que pudiera separarles decidiendo el ganador, el estadounidense John Isner y el franc¨¦s Nicolas Mahut se enfrentaron durante tres d¨ªas en la edici¨®n de Wimbledon 2010: tras 11h 5m de juego repartidas en tres d¨ªas (hubo dos suspensiones por falta de luz), y 183 juegos disputados, Isner se impuso 6-4, 3-6, 6-7 (7), 7-6 (3) y 70-68. La hierba volvi¨® a jugar un papel decisivo. Jam¨¢s se consiguieron tantos saques directos en conjunto (215). Jam¨¢s dispar¨® un jugador m¨¢s aces (112 Isner, 103 Mahut; la anterior plusmarca la ten¨ªa el croata Karlovic con 78) ni se mantuvo el saque tantas veces consecutivas (168) ni se disput¨® un set tan largo en juegos y minutos (138 y 491). De nuevo, el c¨¦sped premi¨® el saque y castig¨® el resto. En 1904, eso se solucionaba con una moneda.
Cinco bombas nazis en Wimbledon
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