Ni templanza ni audacia
Froome resiste la gran traves¨ªa pirenaica, ganada por Dan Martin, pese a quedarse sin equipo en el primer puerto y hundirse Porte
La falta de templanza conden¨® al Sky, que, como ovejas de un reba?o sin pastor al tunt¨²n, se dispers¨® en las ascensi¨®n del Porte d¡¯Aspet, el primer puerto de los llamados Pirineos menores en traves¨ªa Este-Oeste, justo el d¨ªa en que deb¨ªan terminar el trabajo empezado la v¨ªspera en la subida a la meseta de Bonascre desde Ax; la falta de audacia conden¨® a los posibles pretendientes, que se contentaron con seguir la rueda del solitario Froome, aislado y sin equipo, quien segu¨ªa la rueda de los m¨¢s fuertes, los del Movistar espl¨¦ndido. Y a los que ni les iba ni ven¨ªa ni la destemplanza ni la excesiva prudencia, al 90% del pelot¨®n, los trabajadores del pedal, les conden¨® el calor h¨®rnico que en los Pirineos, en los valles estrechos de vegetaci¨®n inmensa, y los r¨ªos rutilantes, nace en el suelo y se condensa en forma de nube h¨²meda a la altura de la cabeza de los ciclistas, donde les roba la poca vida que les queda a los labios, el jugo, y les deja resecos, sedientos so?ando con fuentes inagotables, o, al menos, el pobre corredor sin coche de apoyo perdido en los abismos, con que el director de un equipo rival le pasara un precioso bid¨®n fresco. Y sufren la tortura de la negaci¨®n: la fuente es un espejismo, el director del Lotto le negar¨¢ el agua al pobre dolorido Geraint Thomas, como el centuri¨®n a Ben Hur (en los Alpes, no, en los valles amplios y rocosos del gran macizo, el calor cae desde el cielo, es el sol que en la Croix de Fer que suben como penitentes los chicos del Tour golpea en sus nucas desnudas y abate).
Clasificaciones
Etapa:
1. Daniel Martin (IRL-Garmin) 4h 43:03s.
2. Jakob Fuglsang (DIN-Astana) m.t.
3. Michal Kwiatkowski (POL-Omega) 4h 43:23s.
4. Daniel Moreno (ESP-Katusha) m.t.
5. Joaquim Rodr¨ªguez (ESP-Katusha) m.t.
6. Cadel Evans (AUS-BMC) m.t.
7. Wouter Poels (HOL-Vacansoleil) m.t.
8. Bauke Mollema (HOL-Belkin) m.t.
9. Daniel Navarro Garc¨ªa (ESP-Cofidis) m.t.
10. Maxime Monfort (BEL-RadioShack) m.t.
General individual:
1. Christopher Froome (GBR-Sky) 36h 59:18s.
2. Alejandro Valverde (ESP-Movistar) a 01:25s.
3. Bauke Mollema (HOL-Belkin) a 01:44s.
4. Laurens Ten Dam (HOL-Belkin) a 01:50s.
5. Roman Kreuziger (CZE-Saxo Tinkoff) a 01:51s.
6. Alberto Contador (ESP-Saxo-Tinkoff) a 01:51s.
7. Nairo Alexander Quintana (COL-Movistar) a 02:02s.
8. Daniel Martin (IRL-Garmin) a 02:28s.
9. Joaquim Rodr¨ªguez (ESP-Katusha) a 02:31s.
10. Rui Alberto Faria Da Costa (POR-Movistar) a 02:45s.
Y todo ello sumado, la falta de audacia, la falta de templanza, los m¨¢s de 30 h¨²medos grados, conden¨® a la etapa a un doloroso coitus interruptus, que sufri¨® como ninguno el equipo conquistador, el faro-referencia, el Movistar de Valverde y Quintana, tanto trabajo, tanto pringue sudoroso, tanto esfuerzo, para un m¨ªnimo asomo org¨¢smico, el simple hundimiento en los abismos (18 minutos) de Richie Porte, lugarteniente y amigo, el orgullo de Froome en M¨®naco. La etapa se la llev¨® el inteligente sobrino de Stephen Roche, el mismo irland¨¦s Dan Martin que ya gan¨® a los Movistar la Volta a Catalunya y la Lieja. Y el propio C¨¦dric Vasseur, el exciclista que sustituye a Jalabert en la tele, no pudo evitar gritar viendo que la preexcitaci¨®n iba a morir en la nada, la excitaci¨®n una quimera: ¡°?Probad! ?Probad! ?Probad!¡±. Apenas le hicieron caso.
Esto ocurri¨® en la Hourquette d¡¯Ancizan, el primo hermano del Aspin, el ¨²ltimo puerto, el ¨²ltimo eslab¨®n de una cadena iniciada con el Portet d¡¯Aspet (el puerto de Casartelli sin vida, donde el desconcierto, donde los Sky se volvieron locos intentando controlar decenas de ataques incesantes, intentando organizar su dominio), seguida con Ment¨¦ (42 a?os despu¨¦s de que el d¨ªa se hiciera noche a las 12 con las nubes m¨¢s negras que recuerdan, y el granizo y la lluvia, y la carretera se hizo r¨ªo y Merckx se cay¨® y se levant¨®, y Oca?a, de amarillo, se cay¨® y no se levant¨®, Zoetemelk lo remat¨®: ayer fue Porte, el ¨²ltimo que le quedaba a Froome, el que subiendo se qued¨®, y no volvi¨® a v¨¦rsele delante), el llano hacia el Peyresourde (donde para hacer trabajar al Saxo y evitar que se parara una carrera ya lanzada, Rub¨¦n Plaza lanz¨® a Valverde a un ataque lejano al que se enganch¨® Froome ¨¢gil, pero no Contador), el mismo Peyresourde (subido al ritmo volc¨¢nico del costarricense Amador) y Val Louron (el de Indurain y Chiappucci en el 91: el de Castroviejo, que parec¨ªa el de los Juegos de Londres). Y en la Hourquette el Movistar impone tal ritmo que parece que el frenes¨ª inenarrable est¨¢ all¨ª, all¨ª mismo, y se exalta Vasseur, y todo el mundo, y entonces llega Valverde y le dice a su gregario que levante el pie, que no se intentar¨¢ ganar el Tour ah¨ª pese a tener a Froome aislado y sediento, que se intentar¨¢ ganar la etapa.
Entonces entr¨® en acci¨®n Quintana, el ¨²nico audaz, el ¨²nico ¨¢vido de grandeza, quien cuatro veces atac¨® pese a que ni la pendiente, tendida, ni la altura, poco m¨¢s de 1.000 metros (una altitud en la que su eficiencia m¨¢xima y su boca cerrada de nativo de 3.000 metros no marca la diferencia), ni mucho menos los 30 kil¨®metros de descenso hasta la meta, daban sentido estrat¨¦gico a su movimiento. Pese a eso, Froome no le dej¨® ni medio metro (a un Nairo no se le deja ni un segundo, sigue siendo el lema). Y no hubo quinto ataque porque el agua fr¨ªa de Valverde le fren¨®. El c¨¢lculo del colombiano era otro, ver si se animaban Contador, a rueda siempre, o alg¨²n Belkin, a rueda, o alguien m¨¢s. Su logro, un regalo para Fuglsang y Dan Martin, que aprovecharon el desconcierto para irse, y un desastre para alguno de sus compa?eros, el cazador Costa, que se qued¨® sin resuello y no pudo seguir a los dos fugitivos y ah¨ª perdi¨® su etapa. El resto, hasta meta, ni templanza ni audacia: todos a rueda.
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