Batallas secundarias
Cambio de escenario, cambio de paisaje, pero vuelta a las mismas historias de la primera semana. Tras el par¨¦ntesis del d¨ªa de descanso y de las dos etapas pirenaicas, volvemos a la lucha por las victorias parciales, algo que en las etapas de monta?a no dejaba de ser m¨¢s que un premio secundario. El Sky sigue en carrera comandado por Froome y recuperando sus efectivos de cara a la ¨²ltima semana. El Movistar, Garmin, Belkin, Saxo y compa?¨ªa, ¨ªdem.
Por el camino de esta semana de transici¨®n, tan s¨®lo nos encontramos con dos etapas trascendentes, la crono individual de ma?ana en Mont-Saint-Michel y la siempre traicionera llegada del domingo en el Ventoux. Mientras tanto, batallas secundarias en las que hay equipos que no obstante se lo juegan todo. Batallas cruentas, violentas e incluso como la de ayer, sangrientas.
La ca¨ªda de Veelers se ha debido de gestar en los ¨²ltimos kil¨®metros
El Argos ya se pod¨ªa ir de este Tour con la sonrisa de satisfacci¨®n, al igual que el Orica, pero hay que aprovechar el momento dulce de sus hombres, especialmente el de Marcel Kittel, su velocista estrella. Pero la sonrisa de su compa?ero Veelers no arrancar¨¢ con facilidad esta noche a pesar de la alegr¨ªa que supone la segunda victoria del equipo. Porque si ya caerte en pleno sprint duele desde el punto de vista f¨ªsico, que te hayan tirado aumenta a¨²n m¨¢s el dolor al plano moral.
La ca¨ªda de Veelers se ha debido de gestar en los ¨²ltimos kil¨®metros de la etapa. Cavendish y Veelers, y quiz¨¢ Kittel como espectador, sabr¨¢n c¨®mo se ha cocinado la historia. Si es que ha habido intrahistoria, que Cavendish ya ha dicho que su gesto ha sido totalmente involuntario. Lo que hemos visto es que en pleno pasillo de sprint Cavendish se encontraba a rueda de Veelers, el lanzador de Kittel. El holand¨¦s ha mirado hacia atr¨¢s buscando a su l¨ªder, y en ese momento ha dejado un peque?o hueco sobre Greipel. Kittel entonces ha arrancado su sprint por la izquierda mientras que Cavendish ha hecho lo propio por la derecha pero variando su trayectoria hacia la izquierda de forma brusca; no se sabe si para recriminar a Veelers por su actitud, o para aprovechar mejor la estela de Greipel. O ambas cosas a la vez.
El caso es que su cuerpo ha tocado el manillar de Veelers, y este ha terminado con sus huesos en el suelo de forma violenta. No parece que se haya hecho nada importante ¡ªa veces las ca¨ªdas r¨¢pidas son las menos lesivas¡ª, pero el golpe ha sido de los que asusta. La cara de Cavendish al cruzar la meta era de decepci¨®n, pero no s¨¦ hasta qu¨¦ punto no hab¨ªa una mezcla de esto ¨²ltimo con un sentimiento de culpa. El jurado ha decidido no sancionar a Cavendish, y no ser¨¦ yo el que le juzgue sin saber bien lo ocurrido, pero vista la repetici¨®n desde la toma cenital, el gesto ha sido feo, muy feo. Quiz¨¢ involuntario, es posible, pero feo e irrespetuoso con sus rivales, eso es innegable.
Y ahora, despu¨¦s de que el recorrido de ayer sirva para arrancar de un tir¨®n la inmensidad de la Breta?a del mapa de Francia, giramos la vista a la roca gran¨ªtica de Mont-Saint Michel. Maravillosa vista desde luego, as¨ª que espero que el espect¨¢culo de la etapa no desmerezca este impresionante escenario.
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