Gracias, Ryan
Coincid¨ª con Gregg Troy, el entrenador de Ryan Lochte, antes de los trials. Somos amigos y vecinos de Jacksonville, Florida, y solemos conversar bastante. Le not¨¦ feliz. Me dijo que Ryan llevaba ocho semanas entrenando a un gran nivel. Muy fuerte. Tuvo que hacer una puesta a punto para competir en las pruebas de clasificaci¨®n del equipo de Estados Unidos, que fueron en junio, y volver a ponerse a punto para disputar los Mundiales a finales de julio. Conseguir dos picos de forma en la nataci¨®n, en un periodo tan breve, es dif¨ªcil. La tarea se complica cuando los nadadores van cumpliendo a?os, y Ryan tiene 29. Si consideramos que despu¨¦s de los Juegos de Londres ven¨ªa de pasar entre cuatro y seis meses intercalando vacaciones con entrenamientos muy suaves, podemos concluir que lo que ha logrado en Barcelona ha sido muy bueno. Nada menos que cinco medallas, cuatro de ellas de oro, que suman un total de 24 en Mundiales desde 2005.
No todas las marcas de Lochte han sido buenas. Pero ha hecho algunos tiempos notables, especialmente su 1,53 en 200 espalda. Es imposible hacer ese crono sin trabajar bien. No ha habido un nadador m¨¢s longevo y vers¨¢til que Lochte. El tipo de vida que lleva fuera del deporte ha sido objeto de cr¨ªticas. Su show televisivo, What would Ryan Lochte do?, no ha recibido los mejores elogios. Pero hay que pararse a pensar en lo dif¨ªcil que es conseguir lo que ¨¦l ha logrado. ?l dice que sin divertirse fuera de la piscina no tendr¨ªa energ¨ªa para meterse a competir y a entrenarse, y, con 29 a?os, se ha ganado el derecho a dise?ar su m¨¦todo. El dinero tambi¨¦n juega su papel. Su modo de vida es consecuencia del profesionalismo: le reclaman fuera de la piscina y le pagan por ello. Creo que el mundo de la nataci¨®n deber¨ªa estarle muy agradecido por haber puesto este deporte en la televisi¨®n. Su car¨¢cter y su carisma han convertido a Ryan en el mayor impulsor de la nataci¨®n entre los ni?os.
Su car¨¢cter y su carisma han convertido a Lochte en el mayor impulsor de la nataci¨®n entre los ni?os
El agua desgasta. Hoy la edad media de los nadadores es mucho m¨¢s grande que hace una d¨¦cada y a Lochte le ha pasado lo que a tantos colegas: ha sufrido el cansancio mental de los meses post ol¨ªmpicos. Muchos nadadores de elite se relajaron. En los 100 espalda, Matt Greavers hizo ocho d¨¦cimas m¨¢s que en la final de los Juegos: 52,93s. Greavers increment¨® su vida social, acudi¨® a galas, recibi¨® premios, celebr¨® su boda¡ Con 27 a?os, estas actividades te suman d¨¦cimas en la medida en que te alejan de los entrenamientos.
Lochte se pas¨® diez a?os persiguiendo a Phelps. Dir¨ªa que prolong¨® su carrera por instinto competitivo. La prolong¨® de tal manera que ahora, a fuerza de empujar y empujar, ha sobrevivido a Phelps en el agua. Cuando los a?os pasen, quedar¨¢ el recuerdo de estos dos gigantes. Y entonces comprenderemos a Lochte y le situaremos. Ser¨¢, junto a Thorpe o Van den Hoogenband, uno de esos elegidos que le ganaron alguna carrera a Phelps, con un a?adido. El plus de la pervivencia. Con 32 a?os, Ryan aspira a nadar en los Juegos de R¨ªo.
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