Madrid desliga el dopaje de la derrota
La candidatura alude m¨¢s a que el COI ¡°no cree en la austeridad¡± que a la pol¨ªtica antidopaje espa?ola
La candidatura de Madrid a los Juegos de 2020 ten¨ªa previsto ofrecer un c¨®ctel el s¨¢bado en un hotel de Buenos Aires, despu¨¦s de conocerse la votaci¨®n. As¨ª que, a pesar de la apabullante derrota, a la recepci¨®n acudieron los pr¨ªncipes de Espa?a, el presidente, Mariano Rajoy, la alcaldesa de Madrid, Ana Botella, y m¨¢s de 100 personas entre miembros de la delegaci¨®n, pol¨ªticos, y empresarios. La pregunta recurrente era por qu¨¦ perdi¨® Madrid no ya ante Tokio sino frente a Estambul, que tiene casi todas sus infraestructuras pendientes de hacer. La raz¨®n que asomaba en casi todas las conversaciones era el dinero, la mayor solvencia de Jap¨®n. O la promesa de grandes obras y negocios que ofrec¨ªa Estambul. Tambi¨¦n afloraron versiones sobre la leyenda de oscuros intereses que han podido guiar a algunos miembros del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Internacional (COI). Pero ning¨²n asistente, entre varias decenas de consultados, incluyendo a los principales miembros de la candidatura madrile?a, consideraron que el dopaje fuera la principal causa de la derrota.
Y sin embargo, fue el dopaje lo que acapar¨® dos de las tres preguntas que se le plante¨® a Madrid tras su exposici¨®n. Y fue esa laxitud y tolerancia contra el dopaje lo que el COI ven¨ªa denunciando muchos meses atr¨¢s. El propio presidente del organismo ol¨ªmpico, Jacques Rogge, declar¨® en marzo al diario El Mundo que el balance del juicio de la Operaci¨®n Puerto era ¡°muy frustrante¡±. Rogge descart¨® la econom¨ªa como motivo de preocupaci¨®n en la candidatura: ¡°En el caso de Madrid la crisis no le afecta porque lo sustancial ya est¨¢ casi todo construido, no son necesarias grandes inversiones. Ustedes ya est¨¢n listos¡±. Pero insisti¨® en las deficiencias de la pol¨ªtica contra el dopaje: ¡°La nueva ley es muy buena, no hay duda, pero deber¨ªa haber sido aprobada hace a?os¡±.
La Ley Antidopaje fue aprobada por el Congreso el pasado 12 de junio y entr¨® en vigor el 4 de julio, justo la semana en que Madrid present¨® su candidatura en Lausana (Suiza) ante los miembros del COI. ¡°En Turqu¨ªa se han descubierto en los ¨²ltimos meses 32 casos de dopaje y, sin embargo, los delegados decidieron darles m¨¢s votos a Estambul que a Madrid¡±, esgrim¨ªa un miembro de la delegaci¨®n. A favor de la tesis de que el dopaje no pes¨® en la decisi¨®n se encuentra el factor de que para los Juegos de 2016, en octubre de 2009, Madrid gan¨® el primer recuento con 28 votos, por delante del R¨ªo de Janeiro (26), de Tokio (22) y del Chicago de Barack Obama (18). Primero cay¨® Chicago, despu¨¦s Tokio y Madrid perdi¨® con el R¨ªo de Lula da Silva por 66 a 32 votos. A pesar de que a¨²n no se hab¨ªa aprobado en Espa?a la Ley Antidopaje, Madrid lleg¨® a la final. Sin embargo, por entonces no hab¨ªa salpicado el caso de Contador, ni el de Marta Dom¨ªnguez. Tampoco las bolsas de sangre de la Operaci¨®n Puerto estaban retenidas.
El presidente Rogge ya hab¨ªa expresado su ¡°frustraci¨®n¡± con la Operaci¨®n Puerto
Otros miembros de la candidatura madrile?a insist¨ªan en los turbios intereses que han podido motivar a algunos delegados. ¡°El COI ha demostrado que no cree en la austeridad. Prefiere apostar por los sitios donde hay dinero contante y sonante para hacer negocios¡±, afirmaba un pol¨ªtico.
Lo que todo el mundo asum¨ªa es que el pr¨ªncipe Alberto de M¨®naco intent¨® echar un cable a Madrid para compensar su pregunta sobre ETA en 2005 en Singapur. En aquella ocasi¨®n, el Pr¨ªncipe pregunt¨® por las garant¨ªas de seguridad en la ciudad, ya que un mes antes de la Asamblea del COI, ETA perpetr¨® un atentado junto al estadio de La Peineta. ¡°Es inconcebible que un pr¨®ximo jefe de Estado se atreva a tirarnos con un asunto que es de car¨¢cter universal, que puede afectar a cualquiera de las ciudades que se han presentado¡±, declar¨® entonces un pol¨ªtico. Esta vez, sin embargo, Alberto de M¨®naco dijo: ¡°En otras ocasiones dijeron que el dise?o y el mensaje ser¨ªa nuevo. ?Podr¨ªa arrojar algo de luz sobre esto?¡± Era una invitaci¨®n para insistir en las bondades de la austeridad del proyecto, en consonancia con la crisis mundial. Y as¨ª se interpret¨®.
En cuanto a las presentaciones, los miembros de la delegaci¨®n espa?ola resaltaron la exposici¨®n del pr¨ªncipe Felipe. Subrayaron que se hab¨ªa expresado con mucha soltura y destacaron tambi¨¦n el enorme esfuerzo que hab¨ªa desplegado en los ¨²ltimos cuatro d¨ªas. Respecto a los cuatro v¨ªdeos que present¨® Espa?a, se podr¨ªa decir que ninguno de ellos cambiar¨¢ la historia de la publicidad. Tampoco los de Estambul y Tokio. Emocionar, lo que se dice emocionar, ninguno lo hizo.
Todo el mundo asum¨ªa que Alberto de M¨®naco intent¨® echar un cable para compensar su pregunta sobre ETA en 2005?
La victoria de Tokio fue tan clara que apenas se repar¨® en detalles menores. El ingl¨¦s de Ana Botella caus¨® muchas chanzas en las redes sociales. Pero una vez que se escucha la traducci¨®n simult¨¢nea a trav¨¦s de los cascos es f¨¢cil constatar que vale la pena expresarse en ingl¨¦s, aunque la pronunciaci¨®n sea manifiestamente mejorable. El primer ministro turco, Racep Tayp Erdogan, reconoci¨® que hab¨ªa consultado con sus asesores en qu¨¦ idioma se expresar¨ªa y finalmente decidi¨® hacerlo con el ¡°lenguaje del coraz¨®n¡±. O sea, en turco. Con lo cual, lleg¨® a los delegados a trav¨¦s de traductores, con titubeos, sin ¨¦nfasis, sin alma y sin convicci¨®n. Es decir, sin coraz¨®n.
Rajoy fue el ¨²nico de los asistentes, junto a Erdogan, que se expres¨® en su propio idioma en la exposici¨®n. Y s¨®lo ¨¦l ley¨® su mensaje en un papel, mientras el resto usaba los aparatos dispuestos junto al estrado. Con lo cual, cada dos o tres segundos bajaba la mirada hacia sus documentos.
Al caer la noche nadie hablaba ya de los peque?os detalles. Y tampoco del dopaje.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.