Verd¨² entra demasiado tarde

No pudo el Betis con el Granada. Le costar¨¢ a este equipo pasar por encima de rivales tan ordenados como el conjunto de Lucas Alcaraz. Lo intent¨® siempre y estuvo m¨¢s cerca del triunfo que su rival, pero le falt¨® gol y una pizca de imaginaci¨®n para sortear muros tan fuertes como el que le plant¨® el Granada. Sufri¨® el Betis la ausencia de Rub¨¦n Castro, al que se le reprodujeron sus molestias en la espalda, y solo pudo llevarse el partido en los ¨²ltimos 15 minutos de encuentro. Los momentos en los que Verd¨², a gran nivel, se sobrepuso al lamentable c¨¦sped y al sofocante calor para crear tres ocasiones de gol. En una de ellas a¨²n no se entiende c¨®mo Cedrick, con todo a favor bajo palos, remat¨® sin fe para fallar un gol cantado. Tard¨® Mel en dar entrada al catal¨¢n, necesario por su visi¨®n de juego ante defensas tan exigentes. El Betis lo necesitaba antes.

El Granada, rocoso, apenas mostr¨® nada en ataque. Alcaraz reserv¨® a Piti y Dani Ben¨ªtez, pero tuvo una ocasi¨®n en el minuto 83 de El Arabi que sali¨® rozando el palo de Sara. Quiso m¨¢s el Betis y debi¨® ganar por su arre¨®n en el ¨²ltimo cuarto de hora, pero sin Rub¨¦n Castro es menos Betis, sin duda, por m¨¢s que jugadores como Juanfran o Verd¨² brillen a gran altura. El gol marca la diferencia y ni Molina ni Braian tienen la calidad del canario.

Todo fue muy lento. El ritmo de los dos equipos, la velocidad del bal¨®n, las carreras de los futbolistas y hasta las ideas de su cabeza. El resultado propio de jugar al f¨²tbol playa. Pues a eso se dedicaron Betis y Granada, una actuaci¨®n propiciada por un c¨¦sped impropio de la Primera Divisi¨®n y las altas alturas que despidieron al verano en Sevilla. En el Betis argumentan que el lamentable estado del terreno de juego se debe a la rosquilla negra, una oruga que en forma de plaga propicia que el Benito Villamar¨ªn sea una playa. Para plaga, deportiva, eso s¨ª, este Granada ordenado y cuajado que se le suele atragantar al Betis en su estadio. Lucas Alcaraz se vio el partido del equipo sevillano ante el Valencia, por eso no tuvo reparos en tapar, con eficacia y seguridad, a Salva Sevilla, la fuente actual del f¨²tbol del Betis. Entre el c¨¦sped y la presi¨®n de Iturra y Recio, Salva vivi¨® un calvario. El Granada, fuerte en defensa, con un Murillo que puede romper en central de los buenos, no tuvo reparos en cederle todo el campo al Betis. El equipo de Mel, lento e impreciso, solo tuvo salida en la banda izquierda en los continuos intentos de Vadillo. El extremo, el ¨²nico que repiti¨® del once titular de la Liga Europa ante el Lyon, no logr¨® marcharse del buen lateral del Granada, pero lo desgast¨® y nunca arroj¨® la toalla. Su crecimiento pasar¨¢ por superar ex¨¢menes tan exigentes como el de Nyon. Mel no agradeci¨® su insistencia y lo cambi¨® a los cinco minutos de la segunda mitad.

Con el Granada bien parapetado, el Betis sufri¨® mucho. Solo encontr¨® un resquicio en el orden granadino en un vole¨®n al ¨¢rea que Juanfran baj¨® de forma deliciosa. Molina, con todo a favor, remat¨® alto. El resto de acercamientos se concretaron en remates de los centrales b¨¦ticos sin excesivo peligro.

Fuera de escena Vadillo, Mel apost¨® por reforzar la delantera con la entrada del uruguayo Braian. En el cambio de dibujo, Salva Sevilla pas¨® a la izquierda para liberarse de los grilletes de Iturra. Un Betis m¨¢s directo, con dos delanteros puros, sin tanta seda en el centro del campo. Mejor¨® el equipo sevillano, pero agigant¨® su rendimiento con la inclusi¨®n de Verd¨² en el ¨²ltimo cuarto de hora. La clase del catal¨¢n se precisaba en un duelo tan cerrado y Verd¨² respondi¨® con un disparo que salv¨® Roberto, un medido pase que remat¨® muy mal Cedrick y otro disparo a puerta que sali¨® rozando el palo de la meta del Granada. Verd¨² movi¨® los mu?ecos demasiado tarde, olvidado en el banquillo por un Mel m¨¢s conservador que de costumbre.