A veces un mono solo es un mono
El tabloide brit¨¢nico 'The Sun' convierte en noticia un supuesto chiste racista del seleccionador Roy Hodgson el d¨ªa que Inglaterra se clasifica para el Mundial
"Tengo un sue?o. Que mis cuatro hijos peque?os alg¨²n d¨ªa vivan en una naci¨®n donde no sean juzgados por el color de su piel, sino por el contenido de su car¨¢cter". Martin Luther King
Hace unos a?os grupos cristianos en Estados Unidos se quejaban del excesivo contenido sexual de pel¨ªculas producidas por la compa?¨ªa Disney. Argumentaban que La Sirenita, Aladino y El Rey Le¨®n,entre otras pel¨ªculas infantiles, estaban repletas de mensajes subliminales que amenazaban con pervertir las mentes de los ni?os.
La verdad es que lo ¨²nico que lograron estos fundamentalistas fue delatarse a s¨ª mismos. Ellos eran los de las mentes pervertidas; ellos eran los que estaban obsesionados con el sexo, los que ve¨ªan penes donde otros solo ve¨ªan palmeras.
Algo parecido ha ocurrido esta semana con el entrenador de la selecci¨®n inglesa de f¨²tbol, Roy Hodgson. El pobre hombre apenas hab¨ªa tenido tiempo de festejar la clasificaci¨®n de su equipo para el Mundial de Brasil, tras vencer a Polonia el martes, cuando se le acus¨® p¨²blicamente de racismo. La historia sali¨® en The Sun, el diario tabloide m¨¢s popular de Gran Breta?a.
Result¨® que en el descanso del partido contra Polonia Hodgson les cont¨® a los jugadores un chiste. El chiste trataba de astronautas, de la NASA, de un cohete en el espacio. El problema, o supuesto problema, es que dentro del cohete tambi¨¦n hab¨ªa un mono. El otro problema, o supuesto problema, es que en el vestuario hab¨ªa jugadores negros. Ergo, Hodgson era un racista. O as¨ª eligi¨® interpretarlo The Sun, con el apoyo de Kick it Out, una organizaci¨®n brit¨¢nica que se otorga la noble misi¨®n de combatir el racismo en el deporte.
Andros Townsend, jugador negro de la selecci¨®n inglesa, inmediatamente lanz¨® un mensaje a trav¨¦s de Twitter defendiendo a su entrenador. ¡°No entiendo por qu¨¦ tanto l¨ªo¡±, escribi¨®. ¡°No hubo ninguna intenci¨®n de insultar y nadie se sinti¨® insultado. ?Ni siquiera es noticia!¡±.
Andros Townsend, jugador negro de la selecci¨®n inglesa, lanz¨® un mensaje a trav¨¦s de Twitter defendiendo a su entrenador
Noticia quiz¨¢ no, pero pol¨¦mica s¨ª. Y de la pol¨¦mica se nutren diarios como The Sun, independientemente de que existan motivos reales o no para generarla, independientemente de cualquier criterio ¨¦tico, de que la reputaci¨®n de un hombre decente pueda ser injustamente da?ada. Kick it Out, siempre alerta a casos de posible racismo en el f¨²tbol, no dud¨® en sumarse al juego, dando una patada m¨¢s a Roy Hodgson al insistir vehementemente en que se inicie ¡°una investigaci¨®n¡± para esclarecer ¡°la totalidad de los hechos¡±.
Hay pocas cosas m¨¢s inaceptables en la sociedad occidental contempor¨¢nea que el racismo. De lo peor que uno puede ser acusado es de racismo y eso Hodgson, como figura p¨²blica y hombre inteligente que es (sus autores favorito son Milan Kundera y Philip Roth), lo sabe muy bien. Por eso fue, se supone, que entr¨® en p¨¢nico. Reaccion¨® ofreciendo, primero de todo, una disculpa, aunque aclar¨® que, como hab¨ªa afirmado Andros Townsend en Twitter, jam¨¢s tuvo la m¨¢s m¨ªnima intenci¨®n de ofender a nadie.
Si Hodgson se lo hubiera pensando un poco mejor quiz¨¢ hubiera concluido que lo m¨¢s indicado hubiera sido mandar a The Sun y a Kick it Out al infierno. Y haber a?adido que eran ellos los que ten¨ªan las mentes corrompidas, los que estaban obsesionados hasta un extremo enfermizo en detectar racismo por todos lados. Igual que aquellos grupos cristianos estadounidenses cuyas febriles imaginaciones les llevaban a ver porno en La Sirenita. La banal verdad es que a veces, como dijo Freud, un puro solo es un puro. En este caso, un mono no es nada m¨¢s que un mono.
Afortunadamente parece que se ha impuesto la sensatez. Tras unos d¨ªas de reflexi¨®n, el consenso en Inglaterra, tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales, es que Hodgson ha sido difamado de la manera m¨¢s vil y que sus acusadores han quedado en el rid¨ªculo.
El problema es que el trabajo que hacen organizaciones como Kick itOut es importante y necesario y que, como consecuencia del trato injusto que le han dado en este caso a Hodgson, han perdido legitimidad. La pr¨®xima vez que denuncien los ruidos de simios que a veces se oyen en los estadios de Serbia, Rusia o Espa?a cuando jugadores negros tocan el bal¨®n se les tomar¨¢ menos en serio. Los racistas de verdad los tachar¨¢n de exagerados, de hist¨¦ricos, sabiendo que poseen argumentos nuevos para mantener que una pizca de raz¨®n s¨ª tienen. Y eso es una gran pena. Los buenos, o los que pretenden hacer el bien, se han marcado un autogol.
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