Avanza el Bar?a, retrocede el Madrid
El conjunto azulgrana se impone con tantos de Neymar y Alexis en un cl¨¢sico m¨¢s t¨¢ctico que divertido ante un equipo blanco que manda en la segunda parte y reclama dos penaltis
El cl¨¢sico ya no es el cl¨¢sico. El s¨¢bado qued¨® reducido a un partido m¨¢s de Liga. Ha perdido tensi¨®n dram¨¢tica desde la partida de Mourinho y Guardiola-Tito. Tambi¨¦n ha dejado de ser un asunto colectivo, un litigio de la pausa contra el v¨¦rtigo, dos maneras opuestas de entender el f¨²tbol, la noche y el d¨ªa. Ni siquiera se presenta como una cuesti¨®n personal: Messi pareci¨® un meritorio y Cristiano Ronaldo reclam¨® un penalti que pareci¨® claro para justificar que despu¨¦s de seis visitas se hab¨ªa quedado seco en el Camp Nou. El picante provocado por la actuaci¨®n arbitral fue acaso la nota que certific¨® que se hab¨ªa jugado un cl¨¢sico. La grandeza de anta?o fue sustituida por hoja de c¨¢lculo.
Una vez desbravada, la cita result¨® m¨¢s t¨¢ctica que divertida, reconocible por la presencia de jugadores como Iniesta, hilo conductor del Bar?a. El resultado expres¨® en cualquier caso que los azulgrana son un equipo m¨¢s reconocible que el madridista, que Neymar vale m¨¢s que Bale y que Martino tiene las ideas m¨¢s claras que Ancelotti. No se explica si no la presencia de Sergio Ramos como centrocampista, como si fuera Pepe en tiempos de Mourinho, se?al de inferioridad m¨¢s que de coraje y personalidad, como hab¨ªa anunciado el t¨¦cnico en Madrid. Ante las dudas, se impusieron los detalles, siempre favorables al Barcelona, y en la confusi¨®n el m¨¢s clarividente fue Alexis.
BARCELONA, 2-REAL MADRID, 1
Barcelona: Vald¨¦s; Alves, Mascherano, Piqu¨¦, Adriano; Xavi, Busquets, Iniesta (Song, m. 77); Messi, F¨¢bregas (Alexis, m. 70) y Neymar (Pedro, m. 84). No utilizados: Pinto; Montoya, Puyol y Sergi Roberto.
Real Madrid: Diego L¨®pez; Carvajal, Varane, Pepe, Marcelo; Khedira, Sergio Ramos (Illarramendi, m. 56), Modric; Di Mar¨ªa (Jes¨¦, m. 76), Bale (Benzema, m. 61) y Cristiano. No utilizados: Casillas; Arbeloa, Coentr?o e Isco.
Goles: 1-0. M. 19. Neymar. 2-0. M. 78. Alexis. 2-1. M. 91. Jes¨¦.
?rbitro: Undiano Mallenco. Amonest¨® a Busquets, Sergio Ramos, Adriano, Bale, Khedira, Marcelo y Cristiano.
Unos 95.000 espectadores en el Camp Nou.
La psicosis preventiva, tan extendida en la calle, acab¨® por alcanzar al f¨²tbol y tambi¨¦n al cl¨¢sico, ahora manejado por dos entrenadores nuevos a los que les preocupa no penalizar en un partido de audiencia m¨¢xima. Hay que ganar tiempo con alineaciones coyunturales que no comprometan su prestigio y al mismo tiempo sean respetuosas con la jerarqu¨ªa del vestuario y, a ser posible, con la idiosincrasia de la instituci¨®n. La tendencia es que la precauci¨®n se imponga entonces al desaf¨ªo, mejor no tentar a la suerte ni al rival que fallar, es preferible que no ocurra nada a cometer un error, no queda m¨¢s remedio que encomendarse a los jugadores y que sean los mejores quienes decidan el partido.
As¨ª las cosas, visto el partido desde ambas formaciones, el politiqueo de Ancelotti fue mucho m¨¢s contraproducente que el de Martino. El t¨¦cnico del Madrid calz¨® a Bale en el equipo a cambio de prescindir de Benzema y puso de forma sorprendente como mediocentro a Sergio Ramos. La apuesta no funcion¨® porque el Madrid solo remat¨® a la porter¨ªa de Vald¨¦s en la pen¨²ltima jugada antes de alcanzar el descanso cuando una llegada de Khedira a centro de Cristiano fue repelida por el brazo de Adriano. No hubo m¨¢s noticias del portugu¨¦s y menos de Bale. No jugaba ni intimidaba el Madrid, aparentemente confiado a la estrategia, ni defend¨ªa suficientemente bien porque perd¨ªa 1-0.
Neymar cruz¨® un pase de Iniesta al poste izquierdo de Diego L¨®pez y Messi marr¨® un tiro sencillo sobre la salida del portero despu¨¦s de ser nuevamente habilitado por el 8 del Barcelona. El juego entrel¨ªneas de Iniesta y la movilidad de Neymar y Messi desestabilizaron al Madrid m¨¢s que Ronaldo al Bar?a. Martino prefiri¨® quitar a un tercer delantero para dar cabida a los cuatro centrocampistas en n¨®mina. Ante una disyuntiva tan complicada como la de elegir entre Iniesta y Cesc prefiri¨® dejar en el banquillo a Alexis y Pedro. A falta de extremos, Messi y Neymar ocuparon las bandas ante Carvajal y Marcelo. El brasile?o azulgrana sali¨® ganador por su capacidad de desequilibrar y por su buen regate.
Los barcelonistas cargaron el juego por el ala de Neymar y gobernaron la contienda por su superioridad en la divisoria frente al trivote del Madrid. Inutilizado Sergio Ramos, suerte tuvo el equipo madridista de la falta de explosividad de Messi. No est¨¢ en forma el 10, que sale de una lesi¨®n y no se sabe muy bien si ya se cur¨® o aspira a recuperarse en la cancha, indescifrable como es su misterio, tambi¨¦n en el Camp Nou. El ¨²nico jugador que mov¨ªa el ¨¢rbol del cl¨¢sico era Neymar y no hab¨ªa m¨¢s futbolista en la cancha que Iniesta. El paisaje era tan extra?o que Ancelotti sustituy¨® a Ramos en la reanudaci¨®n despu¨¦s de jugarse la expulsi¨®n por una doble acci¨®n ante Iniesta.
El t¨¦cnico del Madrid fue corrigiendo la alineaci¨®n sobre la marcha despu¨¦s de especular durante un buen rato con los errores del Barcelona, personificados en Mascherano y despu¨¦s en Iniesta. Apareci¨® en escena un medio centro (Illarramendi) y un delantero centro (Benzema) en sustituci¨®n de un tercer central (Sergio Ramos) y de un jugador que no encuentra su sitio en el Bernab¨¦u ni en el Camp Nou como Bale. A partir de la ortodoxia, mejor organizado, el equipo de Ancelotti pidi¨® la pelota y someti¨® de forma reiterada al Bar?a. Cristiano sac¨® su gatillo ante un soberbio Vald¨¦s y despu¨¦s impuso su velocidad ante Mascherano, cuya carga en al ¨¢rea pudo ser sancionada con penalti.
Aunque el cl¨¢sico ha perdido pasi¨®n, la capacidad camale¨®nica del Bar?a es ahora mismo mucho m¨¢s interesante que la caraja del Madrid
La frescura madridista contrastaba con el desfondamiento barcelonista. Martino apel¨® entonces a jugadores f¨ªsicos como Alexis y Song en lugar de volantes m¨¢s livianos como Cesc e Iniesta. Ya nadie del estadio reparaba en el dibujo ni en la est¨¦tica del equipo, ni en el estilo, menos en la posesi¨®n de la pelota, sino en la necesidad de sobrevivir a la garra del Madrid. A diferencia de lo ocurrido en Pamplona, la mano del entrenador result¨® bals¨¢mica porque Alexis resolvi¨® cuando el partido se estaba haciendo muy largo para el Barcelona, sustentado por Busquets, monumental en la montonera defensiva levantada ante Vald¨¦s, y por el travesa?o, que escupi¨® el chut de Benzema.
Alexis estir¨® al equipo, aguant¨® el cuero al ver que nadie le acompa?aba en la jugada, recort¨® a Varane y lo pic¨® sobre Diego L¨®pez. Un golazo clarividente del jugador m¨¢s barroco del Bar?a. La jugada expres¨® la rareza del cl¨¢sico. Ya no hubo m¨¢s respuesta que un gol de Jes¨¦ en la ¨²nica contra que pudo tirar el Madrid despu¨¦s de un error de Messi. Un tanto y dos posibles penaltis no pitados sirvieron al Madrid como argumento para explicar una derrota que se dibuj¨® a partir de la alineaci¨®n desnaturalizada de Ancelotti. No hay por ahora t¨¦cnico m¨¢s pragm¨¢tico que Martino, que sabe adaptar a su equipo a cualquier partido, tambi¨¦n ante el Madrid, para defender el liderato tan bien ganado en la Liga.
Aunque el cl¨¢sico ha perdido pasi¨®n, la capacidad camale¨®nica del Bar?a es ahora mismo mucho m¨¢s interesante que la caraja del Madrid. Los madridistas se estacan con Sergio Ramos haciendo de Pepe y evolucionan los barcelonistas con Neymar.
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