Bale no para de moverse
Los t¨¦cnicos del Madrid adiestran al atacante para que supere su bloqueo en espacios reducidos
Acabado el debut del Madrid en Champions contra el Galatasaray en Turqu¨ªa, hace poco m¨¢s de un mes, un emisario del presidente, Florentino P¨¦rez, fue a encontrarse con el entrenador, Carlo Ancelotti, para trasladarle la preocupaci¨®n reinante en el club por la suplencia de Bale. R¨¢pido de reflejos Ancelotti respondi¨® explic¨¢ndole al enviado presidencial que la dirigencia no ten¨ªa de qu¨¦ preocuparse, que conoc¨ªa el tremendo esfuerzo econ¨®mico que hab¨ªa hecho la instituci¨®n por fichar a Bale, y que le reservar¨ªa un sitio en el equipo titular. Pero, aclar¨® el italiano, quer¨ªa dejar constancia de que, tras un verano trabajando con la plantilla, cre¨ªa que el once m¨¢s competitivo, sin contar con el portero, era el compuesto por Arbeloa, Pepe, Ramos, Marcelo; Di Mar¨ªa, Alonso, Khedira, Modric; Cristiano y Benzema.
El emisario de P¨¦rez se qued¨® perplejo ante la evidencia de que en la alineaci¨®n plat¨®nica del t¨¦cnico no hab¨ªa rastro de Bale, ni de Isco, ni de Illarra, ni tampoco de Carvajal, los ¨²ltimos fichajes del presidente por valor de m¨¢s de 170 millones de euros. El episodio circula por los pasillos del Bernab¨¦u desde entonces. Se extendi¨® r¨¢pido. Tan r¨¢pido como la convicci¨®n de que Bale ser¨¢ titular el s¨¢bado en el cl¨¢sico del Camp Nou.
Ancelotti pareci¨® encontrar contra el M¨¢laga y el Juventus una f¨®rmula que se aproxima a su idea de equipo equilibrado. Pero el ingreso inminente de Bale para jugar el partido m¨¢s importante del campeonato le ha llevado a buscar otro orden. En Valdebebas aseguran que el plan del t¨¦cnico es conservar la pareja Illarramendi-Khedira en el medio centro. En la delantera, los jugadores y el entrenador convienen en que Benzema es, por experiencia y por t¨¦cnica, muy superior a Morata. A Bale no le detectan oficio de nueve. Al igual que Cristiano, prefiere partir con espacios para tirar diagonales. Puesto que Cristiano saldr¨¢ desde la izquierda, Bale solo podr¨ªa arrancar desde la derecha, demarcaci¨®n que hasta ahora ha venido desempe?ando Di Mar¨ªa con actuaciones que le han situado entre los elementos m¨¢s solventes del Madrid. El entrenador considera que Di Mar¨ªa es imprescindible, pero solo podr¨ªa asegurarle un sitio entre los titulares si quita a Modric del interior izquierda. Esas tribulaciones ocupan estos d¨ªas a Ancelotti.
La versi¨®n oficial del precio pagado por Bale al Tottenham es 91 millones de euros. En el vestuario del Madrid, sin embargo, los jugadores dan por sentado que el gal¨¦s cost¨® 100 millones, como dicen en Inglaterra. Curiosos por naturaleza, los futbolistas han dedicado los ¨²ltimos meses a estudiar con celo a quien consideran el colega m¨¢s caro de la historia. El resultado de las observaciones es que se trata de un muchacho agobiado ante la necesidad de responder a las expectativas. Apenas r¨ªe. Se muestra taciturno. ¡°Alucinamos¡±, dicen los jugadores, con su fuerza, su potencia, su capacidad atl¨¦tica. Tambi¨¦n caus¨® asombro en el grupo la actitud estuporosa del reci¨¦n llegado en los primeros entrenamientos. En los partidos en campo reducido permanec¨ªa m¨¢s bien at¨®nito, se mov¨ªa poco y apenas recib¨ªa balones. Ante la baja frecuencia de sus desmarques Paul Clement, el ayudante de Ancelotti, se especializ¨® en repetirle durante d¨ªas que deb¨ªa aumentar su movilidad. La reiteraci¨®n de la orden repica en la mente de todos los muchachos: ¡°?Mu¨¦vete, mu¨¦vete, mu¨¦vete¡!¡±. Desde entonces Bale se esfuerza por moverse en espacios reducidos. A falta de un criterio luminoso para tirar los desmarques se pasa los entrenamientos corriendo como un poseso, deambulando sin pausa.
Los jugadores del Madrid confiesan que Bale carece del sentido asociativo de los volantes naturales y en su lista de puntos mejorables destacan el regate. El gal¨¦s solo es eficaz en el uno contra uno cuando a la espalda del hombre que encara hay al menos cinco metros de campo libre. Si las ayudas se arriman, dicen, se inhibe porque no posee la clase de dribling seco, corto, con el bal¨®n controlado, que s¨ª tienen extremos como el propio Di Mar¨ªa. Las defensas cerradas del Atl¨¦tico lo expusieron en este sentido. Frente a las l¨ªneas adelantadas del Bar?a, sin embargo, los compa?eros advierten que su regate largo y su carrera de velocista pueden hacer estragos. Y si le llega un bal¨®n a menos de 40 metros del arco es capaz de convertirlo en una bala como quien pesta?ea.
Bale ha disputado 178 minutos repartidos en cinco partidos incompletos con el Madrid y ha rematado tres veces. Hasta ahora el hombre ha inspirado m¨¢s dudas que certezas. Afirma el doctor Carlos D¨ªez, jefe de los servicios m¨¦dicos de Sanitas en el Madrid, que el objetivo de la preparaci¨®n de Bale en el ¨²ltimo mes es ¡°llegar al cl¨¢sico al 120%¡±. Eso desea fervientemente Florentino P¨¦rez. En eso trabaja Ancelotti.
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