Un rodillo blanco y radiante

El Madrid juega otra Liga. En una estratosf¨¦rica dimensi¨®n paralela por la que van pasando equipos caricaturizados en sparrings, el conjunto de Laso va camino de la historia, mordiendo en defensa y bailando en ataque. Los blancos llevan disputados seis partidos oficiales este curso y cuatro de ellos los han ganado por m¨¢s de 30 puntos de renta; ante el Brose subieron el list¨®n hasta los 40 (98-58). A una media de 92,6 puntos a favor y 64,3 en contra, el Palacio va de fiesta en fiesta mientras su equipo causa estragos en los adversarios.

Los blancos arrancaron algo destemplados ante el Brose, pero las primeras carreras de Llull y la fina mu?eca de Mirotic lubricaron pronto el engranaje del subcampe¨®n de Europa. Ocho puntos del base menorqu¨ªn y 10 del ala-p¨ªvot de origen montenegrino acapararon la producci¨®n anotadora del Madrid en el primer cuarto mientras su timorato rival se enredaba una y otra vez en cada viaje al aro. La constante de toda la noche. Amparados en una defensa aplicada e intensa, los de Laso no tardaron en retomar la inercia arrolladora con la que han descorchado la temporada.

Zirbes perdi¨® el paso en todos sus duelos con Bourousis -10 rebotes-, Mejri debut¨® en la Euroliga luciendo agilidad y descaro y Reyes aport¨® su cuota de abnegada productividad hasta provocar la irritaci¨®n extrema de Chris Fleming. El t¨¦cnico del Brose ley¨® la cartilla a los suyos cuando el Madrid comenzaba a desatarse, pero su desgarrada reprimenda no encontr¨® respuesta en sus jugadores. Los p¨¦simos porcentajes de tiro al descanso -7 de 23 en tiros de dos y 1 de 11 en triples- retrataron la impotencia conjunto alem¨¢n que, a pesar de mantener el pulso en el rebote en los primeros 20 minutos, acab¨® perdiendo la rueda de un equipo voraz.

Conforme al guion habitual, Sergio Rodr¨ªguez se sum¨® a la cita en el umbral del segundo cuarto para acabar de afinar el ataque y los blancos elevaron sus prestaciones hasta los 21 puntos de diferencia (38-17, m. 18). Y, conforme a su excelso guion habitual, el Madrid no par¨® ni se apiad¨® de su abrumado contrincante. Cuando Llull alcanz¨® los 16 puntos en su expediente ¨Cm¨¢ximo anotador del partido-, el Brose en pleno tan solo sumaba 23. Al ataque siguiente la renta de los locales super¨® la frontera de los 30 puntos (59-26, m. 25).

Con Jamar Smith desenfocado ¨Ctras anotar 19 puntos en 14 minutos (con 8 de 9 en tiros de campo) en la victoria de los suyos ante el Estrasburgo en la primera jornada- y Anton Gavel perdido, el conjunto alem¨¢n se convirti¨® en un mu?eco de trapo a merced de una rotaci¨®n de jugadores hambrientos que han hecho de la competencia interna una m¨¢quina insaciable. Cada cual conoce su rol y todos apuran con conmovedora intensidad sus minutos en pista. Draper fue el siguiente en sacar boleto para el vel¨®dromo -3 robos de bal¨®n y 9 puntos en apenas 12 minutos-. M¨¢s tarde asom¨® Carroll -11 puntos, 5 rebotes y 3 asistencias-. Y all¨ª segu¨ªan Mirotic -12 puntos y 8 rebotes al final- y Reyes -13 y 7-. Un repertorio inagotable que, en su viaje a la excelencia, ha descubierto que cuanto m¨¢s defiende m¨¢s se divierte en el siguiente viaje a canasta.

Cuando en el minuto 34 de partido el Madrid ganaba por 41 puntos de ventaja 83-42 ¨Cla m¨¢xima lleg¨® a los 42 (90-48)- lleg¨® el tercer tap¨®n de Bourousis, que ya acumula 121 tapones en la Euroliga y, tras superar a Marcus Goree, avanza a la s¨¦ptima plaza del ranking hist¨®rico. Sin permitirse un respiro el Madrid de Laso firm¨® su en¨¦sima exhibici¨®n. El a?o pasado se impuso al Brose con un triple sobre la bocina de Draper. Este curso se lo ventil¨® por 40 puntos. Este Madrid es un rodillo.