A mejores jugadores, peor cl¨¢sico
Un vulgarizado Barcelona-Real Madrid dej¨® mal parados a los dos t¨¦cnicos, que intentaron negar al rival m¨¢s que afirmarse en sus idearios, sobre todo Carlo Ancelotti
El cl¨¢sico se ha vulgarizado, o al menos la versi¨®n del s¨¢bado no estuvo en consonancia con la calidad de las plantillas del Barcelona y del Madrid, las m¨¢s lujosas de la Liga, por m¨¢s que hayan partido ?zil, Higua¨ªn, Kak¨¢ y Thiago, jugadores a partir de los que se podr¨ªa montar un equipo. El f¨²tbol del Camp Nou no fue consecuente con la categor¨ªa de las figuras, circunstancia que obliga a reparar en la conducta de los entrenadores, ambos noveles. Aunque los dos procuraron negar sobre todo al rival m¨¢s que afirmarse en su ideario, Ancelotti sali¨® peor parado que Martino.
El t¨¦cnico italiano tir¨® medio partido con la alineaci¨®n de Sergio Ramos como pivote y Bale de delantero centro, mientras Benzema aguardaba en el banquillo y descartaba a Morata. A Ancelotti le dan ataques de entrenador, como ya pas¨® en Par¨ªs, cuando rescat¨® a Beckham para recibir al Bar?a. Preocupado por el ant¨ªdoto, el Madrid perdi¨® a su mejor central y se qued¨® sin salida de bal¨®n, entregado al ca?¨®n de Cristiano Ronaldo. Aunque se corrigi¨® con los cambios (Illarramendi, Benzema, Jes¨¦) hasta rodear y someter al Bar?a, ya no pudo puntuar en el Camp Nou.
Messi ha empeque?ecido y su equipo ha perdido toque y posesi¨®n
La soberbia actuaci¨®n de Vald¨¦s y el larguero que escupi¨® un excelso tiro de Benzema frustraron el remonte del Madrid. Hubo tambi¨¦n un penalti de Mascherano a Cristiano y unas manos en el ¨¢rea de Adriano de la misma manera que el Bar?a reclam¨® una segunda tarjeta para Ramos y una pena m¨¢xima de Pepe a Cesc. El arbitraje, en cualquier caso, no exime de responsabilidad a Ancelotti, quien vio en el ¨¢rea azulgrana las jugadas que no quiso comentar ante el Elche y La Juve. La sensaci¨®n es que el t¨¦cnico dispone de excelentes recursos para que el equipo juegue mucho mejor de lo que hizo el s¨¢bado.
A Ancelotti le sobran futbolistas, pone y quita sin mucho motivo, no sabe c¨®mo atacar y reina la confusi¨®n en la sala de m¨¢quinas mientras se aguarda a Xabi Alonso y se pregunta por Isco. Al madridismo le escuece no haber ganado el cl¨¢sico, ya sea por el p¨¢nico del entrenador o por el ¨¢rbitro, porque entiende que enfrent¨® a un mediocre Bar?a. A Martino se le mira con mucha m¨¢s indulgencia que a Ancelotti. El t¨¦cnico del Barcelona ha asumido el complicado reto de evolucionar el juego del equipo, estancado desde el a?o pasado, sin que se hayan producido m¨¢s cambios estructurales que el fichaje de Neymar.
El cl¨¢sico lo disputaron los 11 futbolistas con m¨¢s galones del Bar?a, una manera de respetar la jerarqu¨ªa del vestuario y tambi¨¦n de no tener que dar explicaciones sobre el estilo y la forma, que se dan por supuestos con la lectura de la alineaci¨®n. Ocurre que el equipo ahora mismo ya no juega como antes, ni que sea porque est¨¢ escarmentado por el 7-0 global del a?o pasado contra el Bayern o porque el tiempo no pasa en balde y el cansancio o las lesiones hacen mella en estrellas como Messi. Nadie habla del riesgo de decadencia o autocomplacencia sino de la inteligencia del t¨¦cnico para interpretar cada partido.
A Martino se le mira con mucha m¨¢s indulgencia que a Ancelotti
Ya no se trata de seducir sino de sumar puntos, porque la clase va impl¨ªcita en la camiseta. Quiere ganar tiempo el Bar?a mientras le da vuelo a Neymar, intenta despertar a Messi, administra los esfuerzos de Xavi e Iniesta y se aguanta en Busquets, el jugador perfecto. El entrenador atiende tanto a las rotaciones como al adversario, sobre todo en partidos como el del s¨¢bado, en el que prescindi¨® de los extremos cl¨¢sicos y apost¨® por un cuarto volante para tener m¨¢s control y evitar las p¨¦rdidas de bal¨®n que facilitaran el contragolpe del Madrid: hubo solo una, despu¨¦s de un error de Messi, y supuso el gol de Jes¨¦.
El barcelonismo anda tan perplejo como preocupado por el 10. No se sabe si est¨¢ ensimismado o lesionado. El futbolista que provoc¨® la salida de arietes como Eto¡¯o e Ibrahimovic cuando Guardiola le situ¨® como falso 9 pen¨® como extremo ante el Madrid. Ha vuelto Messi a sus or¨ªgenes, al puesto de extremo, a la espera de recuperar la forma, la alegr¨ªa, la audacia, el cambio de ritmo, la explosividad y cuantas virtudes le convirtieron en el n¨²mero uno.
Ha empeque?ecido Messi y el equipo ha perdido pase, toque y posesi¨®n y ha ganado regate y desequilibrio con Neymar e Iniesta y contundencia con Song. Ning¨²n aficionado azulgrana se sinti¨® traicionado cuando el Bar?a defendi¨® con un doble pivote el marcador del s¨¢bado. Al pragm¨¢tico Martino le interesa optimizar los recursos, leer los encuentros y confiar en Neymar. Los grandes ¨¦xitos del Bar?a hasta el momento llevan la firma del brasile?o: la Supercopa y el cl¨¢sico, motivo suficiente de momento para decir que Martino ha rentabilizado mejor el plantel que Ancelotti.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.