Osasuna recurre a su instinto
Dos goles en menos de un cuarto de hora lanzan al conjunto navarro ante un Rayo endeble
Un sopapo en fr¨ªo. Hay pocas cosas que duelan m¨¢s, sea con goles o no de por medio. La cara receptora de semejante caricia suele quedar marcada durante un buen rato adem¨¢s de que se extiende sobre ella una peque?a sordera que retumba de hemisferio este a oeste. M¨¢s bamboleo mental si cabe cuando asimilado el golpe, se repite el gesto y esta vez, ya recobrada la luminosidad facial, el sujeto vuelve a sentir ese impacto seco y expansivo que aturde a la vez que averg¨¹enza. El golpeador fue un Osasuna sediento, y el golpeado un Rayo endeble, incapaz de encontrar la calma en la retaguardia y con m¨¢s l¨ªos en la cabeza de los que aparenta por tanto golpe inesperado.
Osasuna, 3 - Rayo, 1
Osasuna: Andr¨¦s; Oier, Loties, Arribas, Joan Oriol (Fla?o, m. 80); Raoul Loe, Silva; Cejudo (Pu?al, 66), De las Cuevas, Roberto Torres; Oriol Riera (Manu Onwu, m. 82). No utilizados: Riesgo, Lolo, Satr¨²stegui, Ariel N¨²?ez.
Rayo Vallecano: Rub¨¦n; Tito, G¨¢lvez, Sa¨²l, Arbilla; Trashorras, Adri¨¢n; Lass, Jonathan Viera, Iago Falqu¨¦ (Embarba, m. 64); Alberto Bueno (Larrivey, M. 58). No utilizados: Cobe?o, Nacho Baena, Perea y Rub¨¦n Ramiro.
Goles: 1-0. M. 1. Oier. 2-0. M. 13. Oriol Riera. 3-0. M. 57. Roberto Torres. 3-1. M. 72. G¨¢lvez.
?rbitro: Ayza G¨¢mez. Expuls¨® con tarjeta roja directa a De las Cuevas (m. 65). Amonest¨® a Sa¨²l, Arbilla.
El Sadar. Unos 15.000 espectadores.
Si ya fue duro para el Rayo encajar un gol en el primer minuto, cuando Oier cabece¨® un saque de esquina sin ning¨²n defensa que le hiciera sombra, m¨¢s lo fue observar c¨®mo diez minutos m¨¢s tarde un remate rechazado de De las Cuevas lo cazaba Oriol Riera, de nuevo libre de marca, para firmar el segundo gol del partido. Los dos goles fueron consecuencia de esa rabia inicial con la que Osasuna acostumbra a recibir a cada equipo en El Sadar. Es el producto resultante de la mezcla entre una presi¨®n abrasiva y el env¨ªo constante de balones al ¨¢rea rival. Nada nuevo, ni revolucionario, pero que por su utilidad se define, m¨¢s si cabe cuando el rival, esta vez el Rayo, vive con el temor constante de que no se le derrumbe la casa al primer soplido.
Se vio muy pronto con el partido de cara el conjunto de Javi Gracia, pero sigui¨® manteniendo la misma intensidad, consciente de que el Rayo sufr¨ªa con la falta de espacios. Ni Trashorras ni Adri¨¢n consegu¨ªan armar ninguna combinaci¨®n con m¨¢s de tres intervinientes, de ah¨ª que las ¨²nicas oportunidades vinieran con remates desde fuera del ¨¢rea. Entre tanto Arribas, de nuevo solo en la marca, a punto estuvo de conseguir el tercero pero su remate de cabeza se march¨® fuera de la porter¨ªa de Rub¨¦n. Solo la movilidad de Iago Falqu¨¦ y de Lass provocaba que alg¨²n desajuste en la defensa navarra. De una internada del externo gallego lleg¨® la mejor jugada del Rayo, pero el remate de Bueno no cogi¨® porter¨ªa.
Mastic¨® algo m¨¢s la pelota el Rayo cuando seren¨® su centro del campo, tambi¨¦n porque Osasuna comenz¨® a dosificar sus esfuerzos. Pero paradojas del cambio de ritmo, fue en una acci¨®n ofensiva del central Loties, que encontr¨® solo en la frontal a Roberto Torres y ¨¦ste, con un remate colocado, bat¨ªa por alto de nuevo a Rub¨¦n. Otra vez la rojez se adue?aba del rostro del Rayo. Solo consigui¨® templar el cuerpo cuando De las Cuevas pate¨® por la espalda a Embarba y vio la tarjeta roja. Una acci¨®n infantil que dio aire a un moribundo. As¨ª, G¨¢lvez, sobrepasado en defensa, consegu¨ªa en plancha un centro de Jonathan Viera frente a Andr¨¦s y met¨ªa el miedo en el cuerpo a Osasuna.
Tuvo el bal¨®n en Rayo durante m¨¢s tiempo del que habr¨ªa imaginado y lo movi¨® con criterio. Pudo meterle de nuevo en el partido Larrivey con dos remates peligrosos, igual que Adri¨¢n, m¨¢s liberado por la superioridad num¨¦rica, se acerc¨® al ¨¢rea de Andr¨¦s y tuvo en un remate de espaldas el alma de Osasuna en un pu?o. Pero el instinto de supervivencia mantuvo a flote a Osasuna que gracias a su efectividad en el arre¨®n inicial sale de los puestos de descenso, en los que se esconde ahora el Rayo.
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