Parejo reanima a un muerto

Sin apenas constantes vitales el Valencia, compareci¨® Parejo en Getafe para reanimarlo. Lo someti¨® a un shock de toque y equilibrio t¨¢ctico, am¨¦n de una exquisita forma f¨ªsica para acabar el partido con una cabalgada frenada por un placaje de rugby de Escudero. Por fin Djukic lo junt¨® con Banega, como si fueran incompatibles hasta ahora, y el Valencia adquiri¨® el control pretendido por su entrenador. A punto de ser despedido, el t¨¦cnico serbio salv¨® el puesto cuando recuper¨® el medio del campo de su antecesor, y refresc¨® la delantera con Alc¨¢cer y Piatti. Funcion¨® el principio de supervivencia en el Valencia cuando, en los ¨²ltimos minutos (lesionado Mathieu y ya sin cambios), el Getafe tir¨® de orgullo para empatar el encuentro. Lo evit¨® un Guaita enrabietado y metido en faena hasta el punto de encararse con Alexis para ajustar cuentas fuera del estadio. Apagado Pedro Le¨®n, el cuadro de Luis Garc¨ªa tuvo m¨¢s empuje que juego. Solo Sarabia inquiet¨® con los pases interiores y los cambios de ritmo. Pero los centrales valencianistas, Ricardo Costa y Mathieu, acabaron imponi¨¦ndose.

En tiempos de m¨¢xima tensi¨®n, la calma es un valor supremo. El ca?o de Parejo a Mosquera pudo o¨ªrse en el estadio Alfonso P¨¦rez. Tic. La serenidad del mediocentro madrile?o permiti¨® reconstruirse al Valencia, que llegaba al borde del precipicio. El estadio estaba lleno de enterradores que se quedaron a la espera. Hasta nueva orden. Parejo se junt¨® con Ever Banega (?por qu¨¦ elegir entre uno y otro?) e hicieron valer su portentosa calidad t¨¦cnica. Cada uno a su manera; uno con el desplazamiento y el otro con la conducci¨®n, el Valencia se pareci¨® a la segunda vuelta del pasado ejercicio. Si Djukic quiere un estilo, pasa por ellos. Parejo, adem¨¢s, est¨¢ para la fino y para lo grueso, siempre dispuesto a echar una mano a Javi Fuego en la recuperaci¨®n.

De una esas triangulaciones Pab¨®n sac¨® un latigazo que sacudi¨® el estadio como un escalofr¨ªo. Un disparo seco del colombiano hacia la escuadra derecha de Moy¨¤ procedente de unos 35 metros. En el palco, el principal valedor de Pab¨®n, el director deportivo, Braulio V¨¢zquez, dio un respingo de satisfacci¨®n.

Luis Garc¨ªa no tard¨® en efectuar los cambios. Primero Lacen para tratar de ganar el centro del campo, al inicio del segundo tiempo. Despu¨¦s Diego Castro para recomponer el ataque. Ciprian mantuvo un duelo muy f¨ªsico con Ricardo Costa. Y lo acab¨® perdiendo.

El gesto con las manos hacia delante de que salieran de su campo fue lo m¨¢s expresivo del t¨¦cnico serbio. En efecto, su equipo se estaba metiendo demasiado atr¨¢s hasta que Parejo y Banega volvieron a coger el pulso, oxigenados por la agitaci¨®n constante de Piatti, que acab¨® extenuado, y por la inteligencia en los movimientos de Alc¨¢cer.

Una entrada con los pies por delante de Ciprian dej¨® maltrecho a Mathieu, a la pata coja, y como Djukic hab¨ªa hecho los tres cambios, el Valencia hubo de achicar agua como pudo. Mathieu se qued¨® de medio estorbo. El Getafe apret¨® los dientes. El Valencia pudo sentenciar en esa carrera larga de Parejo bloqueada por Escudero. Dej¨® seguir el ¨¢rbitro, Fede se plant¨® solo ante Moy¨¤, pero se le fue el control y choc¨® contra el portero, herido en el suelo. La pelota estaba en poder el Canales cuando el ¨¢rbitro mand¨® parar para atender al portero. El Getafe no devolvi¨® la pelota sino que mont¨® un ataque muy claro mal rematado. Guaita mont¨® en c¨®lera y se cit¨® en la calle con Alexis. Djukic recupera el resuello. Gracias a volver a los principios del pasado curso. Gracias a la calma de Parejo.