Carlsen, un cocodrilo con chip
El nuevo campe¨®n del mundo, de solo 22 a?os, a¨²na sangre fr¨ªa, tenacidad y precisi¨®n
Si Magnus Carlsen fuera un animal ser¨ªa un cocodrilo: ¡°Toma el sol tranquilamente hasta que avista una presa; y nadie le ataca¡±. El noruego es un genio, pero hay estrellas del ajedrez geniales que no lograron ser campeones. Para llegar a lo m¨¢s alto de la pir¨¢mide del deporte mental en el siglo XXI con s¨®lo 22 a?os, como ¨¦l, se requiere m¨¢s: nervios de acero, constancia, equilibrio ps¨ªquico, resistencia f¨ªsica, confianza en s¨ª mismo... y la precisi¨®n de una computadora.
Quiz¨¢ por las peculiaridades del ajedrez, que tanto atraen a los psicoanalistas, es raro que el hijo de un ajedrecista brille mucho en el mismo deporte. Y si Carlsen es una excepci¨®n se debe a la gran inteligencia y sensatez de su padre, Henrik, un jugador de club muy consciente de la genialidad de su hijo desde que ten¨ªa cinco a?os: ¡°A esa edad, Magnus memoriz¨® la superficie, poblaci¨®n y capitales de todos los pa¨ªses del mundo; y poco despu¨¦s hizo lo mismo con los municipios de Noruega. Yo le hab¨ªa ense?ado a jugar al ajedrez a los cuatro, pero no mostr¨® inter¨¦s, y decid¨ª no insistir¡±, recuerda ahora.
Sin esa decisi¨®n tan prudente, es improbable que el ajedrez disfrutase hoy de la llegada al trono de un revolucionario, destinado ¡ªsi los hados de su vida privada o la mala suerte no lo impiden¡ª a cuestionar las ideas cl¨¢sicas, los m¨¦todos de entrenamiento y las hist¨®ricas marcas de Gari Kasp¨¢rov. Fue el propio Magnus quien pidi¨® a Henrik unos cuatro a?os despu¨¦s que jugase con ¨¦l al ajedrez como hac¨ªa con sus hermanas. Y el padre comprob¨® entonces que su hijo tambi¨¦n era un superdotado para el deporte mental.
Pero a¨²n quedaba una tarea siempre delicada para los padres de los superdotados: estos tienden a aburrirse en clase, porque captan todo muy r¨¢pido, y sufren al no encontrar ni?os y adultos que los comprendan. Henrik y su esposa, Sigrun, se ocuparon de que Magnus combinara la educaci¨®n f¨ªsica (saltos de esqu¨ª, f¨²tbol y otros deportes) con sus inquietudes intelectuales (debates en televisi¨®n y pel¨ªculas, adem¨¢s de ajedrez). Pero adem¨¢s tomaron una decisi¨®n extraordinaria cuando Magnus ten¨ªa 12 a?os: dejaron en alquiler su casa en Baerum (cerca de Oslo), vendieron el coche, pidieron excedencias en sus trabajos e invirtieron gran parte de 2003 en viajar con sus cuatro hijos por toda Europa, combinando los torneos de Magnus con visitas a museos y aprendizaje sobre el terreno; los cuatro hermanos hac¨ªan en los hoteles los deberes encargados por sus respectivos profesores.
¡°A los 5 a?os, memoriz¨® la superficie, poblaci¨®n y capitales de todos los pa¨ªses¡±, dice su padre
Magnus recuerda hoy todo aquello con gran agrado: ¡°Viajar es la mejor escuela de vida, y m¨¢s a¨²n cuando te aburres tanto en clase, porque el profesor repet¨ªa una y otra vez cosas que yo ten¨ªa asimiladas. Por el contrario, ese largo viaje fue una inyecci¨®n diaria de libertad; aprend¨ª much¨ªsima historia y apreci¨¦ las diferencias culturales entre los distintos pa¨ªses. Me enamor¨¦ de la ciudad de Taormina, en Sicilia, y de los valles austriacos y de la comida italiana¡±. Como todo viajero frecuente, tambi¨¦n aprendi¨® a vivir en una permanente contradicci¨®n: ¡°Cuando viajo mucho a?oro mi casa y mis amigos, aunque Internet me permite hablar con ellos. Pero si paso en casa varias semanas seguidas estoy deseando viajar de nuevo. Adem¨¢s, despu¨¦s de esa gira por Europa logr¨¦ el privilegio de estudiar en un colegio especial para j¨®venes talentos del deporte noruego, con un programa de estudios muy flexible¡±.
Un a?o m¨¢s tarde, a los 13, cuando Magnus ya era gran maestro (m¨¢s dif¨ªcil que ser cintur¨®n negro en yudo), hizo tablas en una partida r¨¢pida con Kasp¨¢rov en el torneo de Reikiavik; pero estaba muy descontento, porque pudo haber ganado: ¡°He jugado como un ni?o¡±, fue su lac¨®nica sentencia, que dej¨® estupefactos a los periodistas, a Kasp¨¢rov y a millones de aficionados. Hab¨ªa nacido una estrella deslumbrante pero, ese mismo a?o, las azafatas de la Olimpiada de Ajedrez de Calvi¨¢ (Mallorca) no lo sab¨ªan, y alguien tuvo que explicarles que aquel ni?o que pretend¨ªa entrar en la sala de juego no era un aficionado precoz sino el primer tablero de la selecci¨®n absoluta de Noruega.
Carlsen fue siempre muy t¨ªmido, hasta que, ya mayor de edad, firm¨® un contrato de imagen con la firma de moda joven G-Star, lo que implic¨® muchas fiestas glamurosas en Nueva York y Hollywood, interminables sesiones de fotos y la necesidad de decir algo interesante en p¨²blico casi todos los d¨ªas. Mientras tanto, su carrera fue mete¨®rica hasta que se convirti¨® oficialmente, a los 19 a?os, en el n¨²mero uno m¨¢s joven de la historia.
A los 13 hizo tablas en una partida r¨¢pida con Kasp¨¢rov: ¡°He jugado como un ni?o¡±, dijo
Pero siempre con una sabia mezcla de prudencia y determinaci¨®n, heredada de sus padres, tanto en su vida profesional como en la privada. Contrat¨® a Kasp¨¢rov como entrenador, pero pronto rompi¨® la relaci¨®n ¡ªtras agradecer p¨²blicamente lo mucho que hab¨ªa aprendido¡ª por incompatibilidad de caracteres; se emocion¨® con una victoria del Real Madrid, el equipo de sus amores, en el Camp Nou, pero tuvo la sensatez de no celebrarlo ruidosamente hasta que lleg¨® a la habitaci¨®n de su hotel. Es muy bromista, pero s¨®lo cuando est¨¢ en familia o con amigos ¨ªntimos.
Le define bien una an¨¦cdota del a?o pasado, con varios periodistas como testigos, en un conocido restaurante chino de Oslo donde te preguntan qu¨¦ grado de picante quieres en tu comida. Magnus dijo: ¡°El m¨¢s fuerte que tengan¡±. El ma?tre le advirti¨®: ¡°No se lo recomiendo, se?or. No conozco a ning¨²n noruego que lo haya soportado¡±. Pero el ajedrecista insisti¨®, y se lo sirvieron. Uno de los testigos asegura que no fue capaz de pronunciar una sola palabra en todo el ¨¢gape, aunque se lo comi¨® todo, por una cuesti¨®n de ego.
Ante el tablero, Carlsen ha aprendido a ser un cocodrilo de eficacia mortal. Entre otras razones, porque se entrena con una supercomputadora que contiene muchos procesadores trabajando en paralelo, y a la que accede por control remoto desde su ordenador port¨¢til, all¨¢ donde est¨¦. Es un centauro genial del siglo XXI, mitad cocodrilo, mitad chip de alta potencia. Ni siquiera los animales tan sofisticados est¨¢n exentos de los embates de la vida. Pero todo indica que el reinado de esta fiera va a ser largo.
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