Sue?o europeo en una ciudad prorrusa
El Shakhtar del magnate Ajm¨¦tov y del presidente Yanuk¨®vich anhela en el f¨²tbol la Europa que Donetsk niega en las calles
El sue?o europeo se escucha por igual en las calles de las ciudades de Ucrania que en el estadio Donbass Arena, donde hoy se enfrentan el Shakhtar Donetsk y la Real Sociedad con el continente como contenido de sus anhelos. Ucrania clama por su integraci¨®n en la UE, tras el par¨®n decretado por el presidente Yanuk¨®vich para no incomodar a sus hermanos rusos, que surten de calor, es decir de gas a precio de oro, a los ciudadanos ucranios, y el Shakhtar clama por la utop¨ªa de ganar una Liga de Campeones, tras haber conseguido en 2009 la Copa de la UEFA. Desde entonces su due?o, Rinat Ajm¨¦tov, el hombre clave de la econom¨ªa ucrania, ans¨ªa elevar al Shakhtar a los altares europeos del f¨²tbol aunque como originario de Donetsk, donde comenz¨® a edificar su fortuna, su condici¨®n prorrusa le anima a hacer equilibrios entre el lujo y el derroche y el desd¨¦n europe¨ªsta que anida en muchos sectores del sur y el este de Ucrania.
El problema del europe¨ªsmo pol¨ªtico, que principalmente se radica en la otra mitad del pa¨ªs (el centro y el oeste) y tiene a la capital, Kiev, est¨¢ en la calles y se empieza a extender a los territorios prorrusos (metal¨²rgicos y mineros), muy azotados por la crisis. El problema del europe¨ªsmo futbol¨ªstico est¨¢ en algo muy concreto: si el Shakhtar quiere seguir en la Champions debe ganar a la Real Sociedad.
¡°Nosotros hubi¨¦ramos preferido artistas rusos¡±, dicen en el documental El otro Chelsea, de Jakob Preuss, Shasha y Valya, dos trabajadores de la mina Putilovskaia mientras esperan en la cola para asistir a la inauguraci¨®n del Donbass Arena el 29 de agosto de 2009, con la actuaci¨®n de Beyonc¨¦, cuya contrataci¨®n ascendi¨® a siete millones de euros. Pecata minuta ante el coste general de las obras (400 millones, casi 295 millones de euros) financiadas y construidas por Ajm¨¦tov que puede presumir de tener el piso m¨¢s caro del mundo: 153 millones de euros por un ¨¢tico sin amueblar en One Hyde Park de Londres. Ajm¨¦tov no solo quer¨ªa construir el estadio sino convencer a sus conciudadanos (¨¦l tambi¨¦n naci¨® en la cuenca minera de Donbass) de que lo que promet¨ªa lo cumpl¨ªa. No en vano es el principal accionista del Partido de las Regiones de Yanuk¨®vich, prorruso, que gobierna Ucrania
El siguiente reto del magnate era convertir al Shakthar en el jefe europeo de Europa. Dec¨ªa la tradici¨®n que cuando el Shakhtar ganaba, sub¨ªa la producci¨®n de carb¨®n, un proverbio muy sovi¨¦tico que ya no se cumple, sobre todo porque unas minas han cerrado y otras est¨¢n bajo m¨ªnimos. Yanuk¨®vich era y es un habitual del palco del Shakhtar acompa?ando al diputado Ajm¨¦tov. Tanto es as¨ª que tras ganar la Copa de la UEFA en 2009, el entonces opositor Yanuk¨®vich (derrotado por la ahora encarcelada Yulia Timoshenko) declar¨® en la Plaza Lenin (la revoluci¨®n sovi¨¦tica sigue m¨¢s presente en Ucrania que en Rusia) que ¡°este triunfo abre el camino a la unificaci¨®n de Ucrania¡±.
Sin embargo, en Donetsk se sigue denominando a la Revoluci¨®n Naranja que derroc¨® el inicial triunfo de Yanuk¨®vich por fraude electoral, como El golpe Naranja. No en vano, en Donetsk la mayor¨ªa de la ciudadan¨ªa es rusa y el presidente gan¨® las elecciones en esa zona con un 90% de los votos. Curiosamente, nada hay m¨¢s contradictorio deportivamente que el enfrentamiento entre el Dinamo de Kiev y el Shakhtar. Los primeros enarbolan sus banderas azules y los segundos, sus colores naranjas, todo lo contrario a como se identifican pol¨ªticamente.
Sin embargo, la apuesta europea ha alterado los c¨¢nones pol¨ªticos y deportivos. En el tr¨¢nsito hasta la final de 2009, Sasha le comenta en la grada a un amigo que ¡°Fernandinho est¨¢ jugando bien, pero ya basta de brasile?os¡±. Su amigo responde: ¡°Exacto¡±. Dicho y hecho. En aquella final, el equipo de Donetsk aline¨® a cinco brasile?os. Cuatro a?os despu¨¦s, tiene una plantilla con 12 brasile?os, todos menos uno mirando de medio campo hacia arriba, un equipo dentro de otro equipo. Solo Luiz Adriano pervive de aquel equipo campe¨®n, que a su buen juego une el dudoso honor de haber marcado un gol aprovechando un bote neutral cuando el rival cre¨ªa que le devolver¨ªan el bal¨®n.
El Shakthar es uno de los emblemas que luchan contra los capitalinos de Kiev en un f¨²tbol dominado por el sector prorruso. Pero las ¨²ltimas manifestaciones proeuropeas han alcanzado a J¨¢rkov o Marioupol, bastiones rusos. Donetsk de momento resiste con su sue?o europeo, el del f¨²tbol, con m¨¢s brasile?os que nunca.
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