Arbeloa homenajea a Cristiano
El Real Madrid, con el lateral brillante y desbocado en ataque y las luces de Alonso, se regala un estupendo segundo tiempo en el que arroll¨® al Galatasaray pese a jugar con diez m¨¢s de una hora
El f¨²tbol es tan inopinado que en el homenaje a Cristiano Ronaldo, el bal¨®n de oro fue para Arbeloa, un abnegado y s¨®lido defensa que nunca tuvo vuelo en ataque. Hasta anoche, cuando dej¨® boquiabierto al Bernab¨¦u, at¨®nito ante la faceta ofensiva de Arbeloa. Con su do de pecho, el salmantino enchuf¨® a un Madrid que dej¨® un segundo tiempo para rebobinar. No fue el partido m¨¢s pl¨¢stico y virtuoso que recuerde el madridismo, pero con diez jugadores desde el minuto 26 se vio a un equipo valiente, decidido, alegre, sin cors¨¦s. Un Real Madrid que evocaba al m¨¢s genuino, al que no cede casi jam¨¢s. Al gancho de Arbeloa y su toque de corneta se sum¨® Xabi Alonso, que tir¨® de su exquisita partitura y disfrut¨® como nadie del gran d¨ªa de su amigo.
R.MADRID, 4 - GALATASARAY, 1
Real Madrid: Casillas; Arbeloa, Pepe, Sergio Ramos, Marcelo (Carvajal, m.74); Casemiro (Xabi Alonso, m.59), Illarramendi; Bale, Isco, Di Mar¨ªa; y Jes¨¦ (Nacho, m.27). No utilizados: Diego L¨®pez, Benzema y Morata.
Galatasaray: Eray Iscan; Ebou¨¦, G?khan Zan, Chedjou, Nounkeu; Felipe Melo (G¨¹lselam, m.88), Inan; Bruma (Sneijder, m.64), Umut Bulut, Amrabat (Riera, m.67); y Drogba. No utilizados: Ceylan; Kaya, Sanoglu y Yilmaz.
Goles: 1-0. M. 37. Bale. 1-1. M. 38. Bulut. 2-1. M. 51. Arbeloa. 3-1. M.64. Di Mar¨ªa. 4-1, M.81. Isco.
?rbitro: Collum (ESC). Expuls¨® por roja directa a Ramos (26) y amonest¨® a Arbeloa y Felipe Melo (36).
Unos 65.000 espectadores en el Bernab¨¦u.
Hasta que Arbeloa se puso de gala, la jornada parec¨ªa destinada a prestar m¨¢s atenci¨®n al jolgorio de la hinchada en favor de Cristiano Ronaldo. No era un partido de angustias para el Madrid y el Galatasaray no tiene m¨¢s encanto que alguna gota de Drogba. Mancini ha deste?ido a¨²n m¨¢s al equipo turco, proclive como es el t¨¦cnico italiano a poner grilletes a sus jugadores. Sus equipos no imaginan, carecen de librepensadores. Enfrente, el cartel anunciaba un Madrid atractivo. Sin apuros en la clasificaci¨®n, era el d¨ªa para examinar la cosecha juvenil de Ancelotti. Chicos que apuntan alto, como Illarra, Casemiro, Isco y Jes¨¦. Por desgracia para ellos, de inicio no tuvieron la funci¨®n adecuada. Sobre todo, Jes¨¦, al que su entrenador midi¨® en la posici¨®n de Benzema. El canario es un futbolista ingenioso, h¨¢bil, descarado, pero no un ariete sobre el que pueda gravitar el ataque. Ni se encontr¨® Jes¨¦, ni le encontr¨® el Madrid, cuya ¨²nica amenaza fue Bale, con la pelota en circulaci¨®n y detenida. Por desgracia para Jes¨¦, la expulsi¨®n de Sergio Ramos antes de la media hora le conden¨® a la ducha. Su puesto fue para Nacho, un central.
No es el mejor momento de Sergio Ramos, que parece haber gripado tras sus tr¨¢nsitos por el lateral, el medio campo y el centro de la zaga. Con el partido sin m¨¢s sobresaltos que un mano a mano fallado por Bale y unos cuantos estacazos de Felipe Melo, Ramos se distrajo en una jugada sencilla y dio ventaja a Bulut, que arranc¨® de frente a Casillas. El defensa andaluz apenas le agarr¨® unos hilillos de la camiseta y el turco se desplom¨® como si le hubiera arrollado la caballer¨ªa. Sin contemplaci¨®n arbitral, Sergio Ramos tambi¨¦n se llev¨® la bronca de Ancelotti ¡ª¡°te ha tomado la espalda, te ha tomado la espalda¡±, le espet¨® el entrenador¡ª. La tarjeta roja era m¨¢s que discutible, la inopia no.
Ni siquiera en las peores circunstancias para el Madrid tuvo alg¨²n dictado el Galatasaray, siempre a lo suyo, a la nada, como si cualquier opci¨®n de victoria solo pudiera llegar por alg¨²n imprevisto. Bale fue el primero en penalizar su poca pujanza. El gal¨¦s, en una falta muy centrada hacia la porter¨ªa de Eray, carg¨® la zurda. La pelota sali¨® como un ob¨²s. Medio gol. El otro medio fue cosa de Eray, que, clavado como una estalactita, solo pesta?e¨®. El gal¨¦s, todav¨ªa discontinuo en el juego pero puntual con el gol, sell¨® un r¨¦cord para el Madrid, el primer equipo que logra anotar en 30 partidos europeos de forma consecutiva. Por suerte para el cuadro turco, a Drogba a¨²n le queda alguna chispa. Sin tiempo para la celebraci¨®n madridista, el africano deline¨® un pase estupendo a la espalda de Pepe. Apareci¨® Bulut y bati¨® a Casillas. Fin del Galatasaray. Nadie pod¨ªa presagiar lo que se avecinaba en el segundo acto.
El salmantino enchuf¨® a su equipo tras la expulsi¨®n a Sergio Ramos, distra¨ªdo
Con solo diez jugadores, todo un tiempo por delante, una alineaci¨®n circunstancial y ninguna premura por la victoria, cab¨ªa pensar en un Madrid contenido y un adversario fren¨¦tico por su necesidad de puntuar. El f¨²tbol es un desmentido constante. Todo al rev¨¦s: se descorch¨® el Madrid y a¨²n se disip¨® m¨¢s el Galatasaray. A una asistencia lateral de Di Mar¨ªa, respondi¨® el menos esperado, Arbeloa con un remate a la red que no era sencillo. Su segundo gol europeo. Se anim¨® el internacional espa?ol y el ¨¢rbitro le birl¨® un penalti, poco despu¨¦s casi marca por segunda vez y, con Chamart¨ªn frot¨¢ndose los ojos, brind¨® a Di Mar¨ªa la tercera diana. El Madrid no daba respiro a un rival del que no hubo m¨¢s noticia que un cabezazo de Drogba al que respondi¨® de maravilla Iker Casillas. El partido era de Alonso, gobernador del juego, arquitecto supremo de su equipo. Nada mejor para Illarramendi y Casemiro que graduarse a su lado. A la vista de Cristiano, a Alonso se le vio disfrutar por partida doble. Por el ¨¦xito colectivo y la traca individual de Arbeloa, protagonista tan indiscutible e inesperado de la noche de CR. Ante un equipo cada vez m¨¢s perfilado, el madridismo se rindi¨® a uno y otro. De brindis en brindis. Alguno tambi¨¦n mereci¨® Isco.
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