Bueno aguijonea a Mel
Un doblete del delantero concede el empate al Rayo frente al Betis (2-2), colista, pitado y cuyo t¨¦cnico sigue en entredicho
Quien bien te quiere, te har¨¢ llorar. Dej¨® huella Pepe Mel en Vallecas, al rescatar al Rayo del lodazal de Segunda B, all¨¢ por 2006. Pero no tuvo piedad el equipo madrile?o con el t¨¦cnico, ahora al frente del Betis, el colista de la Liga. Con un entrenador en entredicho. Un remiendo a tiempo de su hom¨®logo, Paco J¨¦mez, al dar entrada a Bueno, priv¨® al equipo andaluz de la victoria. Un aguijonazo del delantero en el descuento priv¨® del triunfo a un Betis que no levanta cabeza -ha sumado solo dos puntos de los ¨²ltimos 24-, permanentemente resfriado y que no supo poner el lazo a un partido cuyo desenlace supo a gloria al Rayo.
BETIS, 2 - RAYO, 2
Betis: Sara, Juanfran, Amaya, Jordi Figueras, Nacho; Lolo Reyes, Nono; Vadillo (Chuli, m. 65), Salva Sevilla (Juan Carlos, m. 58), Rub¨¦n Castro; y Jorge Molina (Verd¨², m. 55). No utilizados: Andersen, Caro, Steinhofer, Cedric y Caro.
Rayo: Cobe?o; Tito, Galeano, Sa¨²l, Nacho; Baena, Trashorras (Adri¨¢n, m. 63); Lass, Jonathan Viera, Iago Falqu¨¦ (Bueno, m. 21); y Larrivey (Nery Castillo, m. 69). No utilizados: Ismael, Embarba, Mojica y Mario.
Goles: 1-0. M. 26. Amaya. 1-1. M. 50. Bueno. 2-1. M. 81. Verd¨². 2-2. M. 91. Bueno.
?rbitro: Teixeira Vitienes. Amonest¨® a Salva Sevilla, Chuli, Nono, Sa¨²l, Baena, Larrivey, Viera y Tito.
32.000 espectadores en el Benito Villamar¨ªn.
Igualmente necesitado, enfangado tambi¨¦n en la tabla, rem¨® y rem¨® a contracorriente el equipo madrile?o hasta lograr la recompensa. Resulta que el Rayo, al que le gusta amasar el cuero y llevar la iniciativa, se top¨® enfrente con una calcoman¨ªa est¨¦tica, pero vestida de verde y blanco.
Se adue?¨® desde el inicio el Betis del esf¨¦rico y corrieron sin aliento los vallecanos, a disgusto con el guion, trabados por m¨¢s que Trashorras tratase de capitalizar el juego y poner un poco de orden entre los suyos. Con Baena como escudero, m¨¢s pendiente de pasar la escoba que de mirar al marco contrario, poco pudo hacer el timonel rayista para abortar la ofensiva. Tocaba con fluidez el equipo andaluz, llevado en volandas por el buen hacer de Nono y Lolo en el centro del campo, y torc¨ªa el gesto Paco J¨¦mez, que a los 21 minutos ya mene¨® el banquillo para dar entrada a Bueno.
No se reactiv¨® entonces el Rayo, espeso y trot¨®n, como si la fiesta no fuera con ¨¦l. Sometido, adem¨¢s, por las cabalgadas del joven Vadillo. Hiperactivo, el extremo retrat¨® una y otra vez a Nacho en el flanco derecho. Ha encontrado una mina de oro el Betis en el chico, con el 7 a la espalda, empecinado en seguir los pasos de aquel Joaqu¨ªn que percut¨ªa una y otra vez por el carril. De sus botines anaranjados, de su desborde y sus centros deliciosos, nacieron casi todas las acciones de peligro. En una de ellas ara?¨® un c¨®rner. Lo bot¨® Nono, otro con un golpeo de seda, y cabece¨® a la red Amaya, que ni siquiera tuvo que elevar los pies del suelo por la indulgencia de la defensa franjirroja. Es cruel el destino. El zaguero firm¨® su primera diana en Primera contra el equipo que le hizo futbolista.
Sufr¨ªa mucho su exequipo, con la defensa descuajaringada, Galeano desorientado y Sa¨²l como central impostado. A punto de sufrir un castigo mayor antes del intermedio si otros testarazos de Vadillo y Rub¨¦n Castro no hubiesen limado al arco, o si Molina hubiese atinado en el mano a mano. No lo hizo el ariete y el descanso no sent¨® nada bien a los b¨¦ticos. Se desperez¨® el Rayo en el segundo acto y lleg¨® la igualada de Bueno, una avispa revoloteante sobre la sien del Betis. Su primer picotazo. Tambi¨¦n emergieron los pitos, sobre todo cuando Mel relev¨® a Vadillo y Molina para incluir a Chuli y Verd¨². Cosas del destino, este ¨²ltimo traz¨® una par¨¢bola perfecta para firmar una paz pasajera. Un jolgorio ef¨ªmero. Sobre la bocina, Castro no defini¨® a bocajarro y Bueno pinch¨® un bal¨®n bombeado para fusilar a Sara. Subieron los decibelios y los verdiblancos se fueron entre silbidos. La grada volv¨ªa a mirar hacia el banquillo.
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