Se apag¨® la luz en el Bar?a
Neymar, perdido en ataque, simboliza la confusi¨®n del juego azulgrana ¡ñ La dimisi¨®n barcelonista es tremenda porque ha perdido capacidad para rebelarse
El Barcelona se gan¨® el liderato por su dominio de las ¨¢reas, gobernadas por las paradas de Vald¨¦s y el juego que genera Messi, goleador y asistente, fuera y en el Camp Nou. Ausentes ambos por lesi¨®n, el equipo se ha quedado desnudo en ?msterdam y en San Mam¨¦s. No es una cuesti¨®n de actitud sino de f¨²tbol, de liderazgo y personalidad, expresado en las sustituciones de Xavi y de Iniesta.
Dolorido por su deficiente actuaci¨®n con el Ajax, el Bar?a se entreg¨® sin reservas a un partido muy exigente f¨ªsica y t¨¢cticamente en Bilbao. La intensidad fue tan extrema que a veces pareci¨® un encuentro de la liga inglesa, circunstancia que no habla precisamente bien de los azulgrana, faltos de pausa, acelerados, incapaces de convertir en gol sus mejores momentos, aquellos en que mandaban Busquets e Iniesta.
A partir de las aceleraciones del manchego, el Bar?a alcanz¨® durante un rato el ¨¢rea de Iraizoz. Apretado por la rechifla de la hinchada, Iniesta estuvo fino y r¨¢pido mientras que Busquets garantiz¨® el juego de posici¨®n que fall¨® en ?msterdam. Busquets es ahora el futbolista m¨¢s importante del Bar?a. Interpreta el juego de su equipo y tambi¨¦n el del partido, es m¨¢s profundo y vertical y manda incluso ante el ¨¢rbitro.
A la que encaja un gol, el grupo de Martino se vence, no reacciona, destensado y quieto
Apoyados por los desmarques de Alexis, ambos generaron las ocasiones suficientes para poner en ventaja al Barcelona cuando el equipo recuperaba bien, elaboraba de manera precisa, jugaba muy junto en campo del Athletic. Los azulgrana, sin embargo, no encuentran soluciones para romper los partidos f¨¢ciles o dif¨ªciles.
Ha menguado de forma sorprendente Neymar. El brasile?o siempre hab¨ªa sabido estar tanto en el banquillo como en la cancha, como suplente y como acompa?ante, tambi¨¦n como revulsivo cuando faltaba Messi. As¨ª se constat¨® en la ida de la Supercopa en el Calder¨®n. Neymar regateaba, remataba y de vez en cuando marcaba: cinco goles, cuatro en la Liga. Ahora, en cambio, ha perdido frescura, se cae con frecuencia, con y sin bal¨®n, medie o no rival, nunca da con las botas que le lleven al marco rival. La confusi¨®n ha provocado que no se sepa muy bien si le conviene m¨¢s jugar de 11 o de falso 9 en lugar del discontinuo y extraviado Cesc. A pesar de que nunca tuvo el instinto depredador del ariete cl¨¢sico, se sab¨ªa que armaba bien el remate, ten¨ªa tiro y era un polvorilla, rebeld¨ªa expresada en las cuatro tarjetas amarillas que ya suma en la Liga. No tuvo suerte el delantero en las acciones pol¨¦micas y muy especialmente cuando le atropell¨® Iturraspe. El ¨¢rbitro le perdon¨® la roja y se apag¨® el Bar?a.
La dimisi¨®n barcelonista fue tremenda porque no solo ha perdido capacidad para jugar sino tambi¨¦n para crear y rebelarse contra la derrota. A la que toma un gol, se vence, no reacciona, destensado y muy quieto, vulnerable con y sin el bal¨®n. A partir de una buena defensa, el Athletic supo aguardar su momento y fue selectivo en las llegadas, como se vio en el gol: Iniesta perdi¨® el bal¨®n, Mascherano no lleg¨® al corte, Adriano y Piqu¨¦ quedaron descolocados y el centro d¨¦ Susaeta lo emboc¨® sin pesta?ear Muniain.
El tanto expres¨® la tensi¨®n competitiva y concentraci¨®n del Athletic y las desatenciones del Bar?a, que encoge con el paso del tiempo, protagonista de dos derrotas seguidas, empeorado respecto al inicio de temporada. ?nicamente Neymar fue capaz de enfocar una vez la porter¨ªa de Iraizoz. Apenas hubo m¨¢s tiro del Bar?a entre los tres palos del Athetic. No chuta ni juega bien el equipo de Martino, v¨ªctima de la buena organizaci¨®n de equipo del Ajax y del Athletic.
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