Descerebrados en el Este

Si enviasen a un extraterrestre a nuestro planeta y le obligasen a leer lo que ustedes est¨¢n mirando fijamente ahora, se podr¨ªa preguntar por qu¨¦ no voy a escribir sobre los sorprendentes inicios que han realizado esta temporada los Pacers de Indiana y los Trailblazers de Portland. Le contestar¨ªa a E.T. dici¨¦ndole que aunque ambos equipos me intrigan, tambi¨¦n soy un realista terco que entiende que ninguno de los dos ha tenido un calendario especialmente dif¨ªcil. Volver¨¦ a los Pacers y a los Blazers cuando hayan demostrado lo que valen.

Y, de todas formas, en el mapa de la NBA hay un problema m¨¢s alarmante que a ese mismo extraterrestre le podr¨ªa parecer igual de desconcertante. El n¨²mero de equipos con registros ganadores de la Conferencia Este de la NBA es casi el mismo que el de equipos de la Conferencia Oeste con registros perdedores. La pregunta que a todo el mundo se le pasa por la cabeza es por qu¨¦ (bueno, puede que no a todo el mundo. Una gran parte del mundo est¨¢ usando el mismo espacio craneal para averiguar si Miley Cirus es humana).

No faltan teor¨ªas, y cada una de ellas est¨¢ m¨¢s que manida en todos los canales de deportes de aqu¨ª a Katmand¨². Es una coincidencia (gracias a los que estudi¨¢is estad¨ªstica). Es el justo castigo del Este por todos esos a?os de Michael Jordan (el karma y todo eso). Es la falta de impuesto sobre la renta en Tejas (donde hay tres equipos de la Conferencia Oeste). Es culpa de los Knicks (concretamente, de Carmelo Anthony). Es culpa de los Nets (concretamente, de Jason Kidd). Es culpa de los Heat (concretamente, de Pat Riley, que le rob¨® a otros dos equipos de la Conferencia Este sus mejores jugadores).

La Conferencia Oeste de la NBA es mejor que la Conferencia Este porque tiene menos idiotas alrededor

Tengo una debilidad por unificar teor¨ªas. En otra vida, m¨¢s inteligente, habr¨ªa sido f¨ªsico te¨®rico. Pero la verdad es que gran parte de la diferencia entre el Este y el Oeste puede explicarse con un poco de cada una de estas teor¨ªas. Adem¨¢s de con mucho de otra: la suerte pura y dura. Antes de tirar otra vez este art¨ªculo a la papelera donde lo encontraron y de llevarse las manos a la cabeza por la conclusi¨®n f¨¢cil de este estadounidense est¨²pido, esc¨²chenme. No me refiero a la suerte normal; a la aleatoriedad como la de la ruleta o la del humor de mi novia cuando se despierta por la ma?ana. Me refiero a la clase de suerte que ha hecho que en la Conferencia Este est¨¦n algunos de los propietarios, entrenadores y m¨¢nagers generales m¨¢s descerebrados de la historia de la NBA. La clase de propietarios, entrenadores y m¨¢nagers generales que, en Brooklyn, basar¨ªan un plan maestro en un entrenador novato (Kidd) no mucho mayor que sus mejores jugadores. Tipos que, en Cleveland, pondr¨ªan sus esperanzas y su dinero en un proyecto encabezado por Andrew Bynum. Tipos que, en Detroit, fichar¨ªan a jugadores como Charlie Villanueva y Ben Gordon con contratos sin futuro que paralizar¨ªan a sus franquicias durante una d¨¦cada.

La Conferencia Oeste de la NBA es mejor que la Conferencia Este por la misma raz¨®n por la que la mayor¨ªa de las cosas tienen m¨¢s ¨¦xito que otras: tienen menos idiotas alrededor.

Y, como con todas las cosas en las que hay idiotas (me viene a la mente la pol¨ªtica), llegar¨¢ un momento en el que los idiotas est¨¦n en el otro lado.