Un punto de insatisfacci¨®n

Iban 22 minutos de partido y en los ocho anteriores Osasuna hab¨ªa generado cinco ocasiones clamorosas de gol. Marc¨® una de ellas, otra se fue al palo y el resto al limbo en un festival que desnud¨® el desastre defensivo que acecha al Celta y le impide crecer.

Hay un Celta con la pelota y otro sin ella y ¨¦ste es vulnerable por tierra, mar y aire. Se sabe, se teme y se explota, pero hac¨ªa mucho tiempo que esa carencia no quedaba en evidencia de manera tan continuada y palmaria durante un breve lapso de tiempo. Osasuna lleg¨® al gol por donde nadie debe permitirlo, entre los centrales, por bajo y tras una simple pared entre Riera y Armenteros y cinco futbolistas celestes de meros observadores.

Entre los reproches de los m¨¢s exigentes y el corajudo apoyo de los m¨¢s orgullosos, el Celta se levant¨® tras el zarandeo, percibi¨® que segu¨ªa con vida y se agarr¨® al hilo del partido. Creci¨® con la pelota, con la paciencia que no siempre muestra. Con calma, encaden¨® tres pases y se sinti¨® mejor porque fren¨® la sangr¨ªa que ten¨ªa en la retaguardia. Fue a m¨¢s b¨¢sicamente por dos motivos: hab¨ªa tocado fondo y ten¨ªa por donde emerger. Santi Mina, que supl¨ªa al sancionado Charles en la punta, le dio salida y siempre mostr¨® recursos no siempre aprovechados. Pero sobre todo se activaron para entrar en juego los talentos que jugaban tras ¨¦l. Lleg¨® el empate antes del descanso. El Celta lo encontr¨® tras un centro de Rafinha que tocaron Augusto y Lolo de forma tan leve como venenosa para la meta de Osasuna.

Luego, el partido fue otro. Sin mucho ritmo, pero m¨¢s cerrado. Sin tantas llegadas al ¨¢rea. O lo que es igual: sin errores. La iniciativa la tom¨® el Celta, al que trat¨® de avivar Luis Enrique con las incorporaciones de Nolito y ?lex L¨®pez, dos habituales de la titularidad. Pero no lo consigui¨®. Osasuna le dio validez a un empate que le deja en puestos de descenso durante el par¨®n y mantiene fuera de ellos al Celta, pero cuyo valor en la suma final est¨¢ por ver.