Eus¨¦bio, un s¨ªmbolo del f¨²tbol universal
Portugal llora la muerte de un mito que llev¨® a la cima al Benfica y a la selecci¨®n en los sesenta
A las tres y media de la ma?ana, de una parada cardio-respiratoria, muri¨® este domingo en Lisboa el m¨ªtico futbolista del Benfica y de la selecci¨®n portuguesa Eus¨¦bio da Silva Ferreira, conocido, como los grandes, por el nombre propio: Eus¨¦bio. La noticia de su muerte conmocion¨® por entero al pa¨ªs por encima de los amantes del f¨²tbol (casi todos en Portugal, por otra parte), ya que Eus¨¦bio se hab¨ªa convertido hac¨ªa ya mucho tiempo en algo m¨¢s que un extraordinario futbolista, comparable a Pel¨¦ o a Di St¨¦fano: era parte de la mejor memoria y de la mitolog¨ªa de un pueblo.
De hecho, muy pronto por la ma?ana, pocas horas despu¨¦s de que su muerte se hiciera p¨²blica, ya hab¨ªa flores y bufandas rojas al pie de la estatua que le muestra rematando a gol en el Est¨¢dio da Luz, en Lisboa. Poco despu¨¦s, el Gobierno declaraba tres d¨ªas de luto nacional, el primer ministro, Pedro Passos Coelho, emit¨ªa un comunicado de p¨¦same y el presidente de la Rep¨²blica, An¨ªbal Cavaco Silva, le recordaba en un discurso.
Eus¨¦bio naci¨® en 1942, en Louren?o Marques (hoy Maputo) en Mozambique, en el seno de una familia pobre. A los 15 a?os jugaba en un club llamado Los Brasile?os F¨²tbol Club. Pero a los 19, en mayo de 1961 (despu¨¦s de que su madre interfiriera para que no fichara por el Sporting de Lisboa), ya jugaba en un Benfica que por entonces comenzaba a tutear a los grandes en la Copa de Europa. La Pantera Negra, como le apod¨® un periodista ingl¨¦s, logr¨® que su club se convirtiera en uno de ellos durante la gloriosa etapa de los sesenta. Con Eus¨¦bio, el Benfica particip¨® en cuatro finales de la Copa de Europa, ganando dos de ellas, una al inabordable Real Madrid de Di St¨¦fano, el ¨ªdolo del futbolista portugu¨¦s, en la campa?a 61-62, en el Ol¨ªmpico de ?msterdam (5-3, tres goles de Puskas y dos de Eus¨¦bio); y un a?o antes al Barcelona, un 3-2 en Berna, la final de los palos.
Pero fue en el Mundial de 1966 de Inglaterra donde Eus¨¦bio alcanz¨® eso que pocos logran: tocar la gloria. Ocurri¨® en un partido que recuerdan todos los portugueses mayores de 50 a?os. Corr¨ªan los cuartos de final y Corea del Norte se coloc¨® 3-0 en el minuto 25. Era la primera vez que Portugal participaba en un Campeonato del Mundo y muchos intuyeron que el camino de regreso a casa estaba cerca. No Eus¨¦bio, que le dijo a su compa?ero Ant¨®nio Simoes que no se preocupase, porque iban a pasar. Dos minutos despu¨¦s marcaba el primero de los cuatro que iba a lograr esa tarde y de los cinco que conseguir¨ªa la selecci¨®n y que llevaron a Portugal al triunfo y al ¨¦xtasis. Despu¨¦s el equipo embarrancar¨ªa en las semifinales. Con todo, Eus¨¦bio, fue elegido mejor jugador de ese campeonato. Marc¨® nueve goles en seis partidos. Anot¨® 44 tantos en 66 participaciones con la selecci¨®n.
Consigui¨® dos Botas de Oro (1968 y 1973) y el Bal¨®n de Oro en 1965. Gan¨® 11 campeonatos de Liga con el Benfica. Con este equipo marc¨® 596 goles en 557 partidos. Fue operado seis veces de la rodilla izquierda. Jug¨® muchas veces lesionado. Los expertos recordaban su velocidad, su capacidad mete¨®rica para internarse en el ¨¢rea enemiga y su explosivo remate con la pierna derecha. Las televisiones portuguesas emit¨ªan desde este domingo ininterrumpidamente esas mismas internadas en blanco y negro que terminan siempre en un golazo. Sus amigos prefieren advertir que, adem¨¢s, era un tipo franco, simp¨¢tico, generoso y humilde, con la salud muy debilitada en los ¨²ltimos a?os, pero empe?ado en agarrarse fuertemente a la vida (¡°como el campe¨®n que fue¡±).
El dictador Salazar prohibi¨® que le fichara el Inter de Mil¨¢n cuando estaba en la cima de su carrera y de sus aptitudes a fin de impedir que el s¨ªmbolo del f¨²tbol portugu¨¦s defendiera otros colores que no fueran los de la selecci¨®n o los clubes lusos. Lo recordaba el jugador (que llamaba al dictador ¡°el padrino¡±) en una entrevista publicada hace dos a?os en el semanario Expresso. Supo sobrevivir convertido en mito a varios reg¨ªmenes pol¨ªticos. En esa misma entrevista, tras asegurar que la crisis tambi¨¦n le afectaba, a la pregunta de qui¨¦n era el culpable de la agon¨ªa econ¨®mica del pa¨ªs, respond¨ªa, despejando a c¨®rner: ¡°Mi pol¨ªtica es el bal¨®n¡±.
El aluvi¨®n medi¨¢tico que sacude Portugal demuestra que ha muerto alguien m¨¢s que un gran jugador de f¨²tbol. El m¨²sico de rock Ant¨®nio Manuel Ribeiro lo supo definir en la televisi¨®n nacional: ¡°Fue nuestro h¨¦roe. En un pa¨ªs en que no hab¨ªa h¨¦roes¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.