Portugal abre sus brazos a un h¨¦roe humano
El pa¨ªs vive con orgullo la condecoraci¨®n a Cristiano pocos d¨ªas despu¨¦s del fallecimiento del mito Eus¨¦bio
Hu¨¦rfana desde que hace 10 d¨ªas muriera el legendario Eus¨¦bio y a¨²n noqueada por este fallecimiento, Portugal vivi¨® con orgullo e intensidad el triunfo del ¨²nico jugador de f¨²tbol luso que ha ganado dos veces el Bal¨®n de Oro: Cristiano Ronaldo. Fue el mismo Eus¨¦bio el primero en llev¨¢rselo a Lisboa, en 1965. Figo se hizo con ¨¦l en 2000. Pero Cristiano ha sido el primero en ganarlo dos veces: en 2008 y en 2013. El pa¨ªs sigui¨® la ceremonia, retransmitida en directo, con expectaci¨®n, casi con ansia. Desde ayer por la ma?ana no se hablaba de otra cosa en Portugal sino de las posibilidades del delantero de Madeira y de su pugna tit¨¢nica con Messi. Horas antes, los automovilistas pitaban el claxon de sus coches en lugares determinados de la capital en apoyo del jugador y hab¨ªa pancartas con su nombre en algunos puentes de la ciudad. Despu¨¦s del resultado, calificado de justo por todos, hubo m¨¢s pitadas de coches, las adolescentes comenzaron a intercambiar fotos de Ronaldo en Instagram y los telediarios abrieron sus ediciones de las ocho de la tarde a todo trapo con la noticia, conectando con Suiza, recordando su espectacular trayectoria, entrevistando a viejos amigos del jugador que a¨²n se acordaban de que jam¨¢s se cansaba de correr y entrenarse en la playa o emitiendo antiguas entrevistas en las que el delantero, siete u ocho a?os atr¨¢s, ya advert¨ªa que su objetivo era entrar en la historia universal del f¨²tbol, algo que, por cierto, repiti¨® ante los micr¨®fonos ayer.
Ronaldo prestigia a la selecci¨®n nacional y a nuestro pa¨ªs. Este es, sin duda, un buen auspicio para el Mundial¡± Pedro Passos Coelho, primer ministro portugu¨¦s
Todos los peri¨®dicos y los comentaristas hacen hoy referencia tambi¨¦n a sus l¨¢grimas, al hecho de que se emocion¨® al ver a su madre en la platea llorando a su vez. Un gesto que contrasta con la cara desagradable de un deportista al que con frecuencia se le ha acusado de inmodesto, arrogante y fr¨ªo. Entre ellos el presidente de la FIFA, Joseph Platter, que en octubre, en una gracieta que dio la vuelta al mundo y que en Lisboa sent¨® muy mal, imitaba a Cristiano como un jugador cuasi robotizado, como si no tuviera alma. Tambi¨¦n en Portugal se le ha acusado a Cristiano de soberbio. Y es cierto que nadie dudaba de su inconmensurable poder¨ªo t¨¦cnico, pero no acababa de caer del todo bien en un pa¨ªs en el que Eus¨¦bio, por ejemplo, se caracterizaba, adem¨¢s de por haber metido goles descomunales, por ser un tipo simp¨¢tico y cercano en el que cualquiera pod¨ªa verse reflejado. Las l¨¢grimas de ayer, seguramente, van a hacer cambiar la imagen del personaje. ¡°Fueron l¨¢grimas sinceras. Cuando o¨ª mi nombre, sent¨ª un orgullo inmenso. No quer¨ªa llorar, pero no soy de hierro¡±, declar¨® el crack despu¨¦s, explic¨¢ndose.
Nada, pues, impide ya a Cristiano Ronaldo ganar puestos en la estima incondicional del pa¨ªs. El Di¨¢rio de Not¨ªcias as¨ª lo asegura hoy en un editorial: ¡°Cristiano Ronaldo es un buen ejemplo para la sociedad portuguesa. Es un hombre que tiene objetivos y que nunca se rinde. Cree que siempre puede vencer¡±. Y el primer ministro, Pedro Passos Coelho, aseguraba ayer: ¡°Ronaldo prestigia a la selecci¨®n nacional y a nuestro pa¨ªs. Este es, sin duda, un buen auspicio para el Mundial¡±.
Hace unos d¨ªas, el Parlamento portugu¨¦s aprob¨® que el cad¨¢ver de Eus¨¦bio sea trasladado, dentro de un a?o como m¨¢ximo, al Pante¨®n Nacional, en Lisboa, donde descansan, a perpetuidad, los h¨¦roes portugueses. Cristiano Ronaldo, con su triunfo y sus l¨¢grimas, dio ayer un paso definitivo para convertirse en uno.
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