Rico hace de oro al Athletic
Dos goles del mediocentro, uno en cada mitad, eliminan al Betis en un partido apacible
![Rico celebra uno de sus goles con Sola.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/ESTGWCHSXXZDFLNGZNOHEI4WBQ.jpg?auth=c6fdde0f7876db0f9af1fc3349dae4dc7c5a5d413e228bf1803e314ab4cba2a5&width=414)
El 1-0, en el partido de ida de cualquier Copa de f¨²tbol, produce un efecto placebo. El que lo consigui¨® en la ida siente que los minutos, por s¨ª solos le quitan el dolor de cabeza, y el que lo padeci¨® supone que la adrenalina no es buena en estos casos leves, que no hay que ir a la farmacia como si la m¨¢s cercana estuviera a 30 kil¨®metros de distancia. As¨ª que unos y otros se encuentran paseando en el centro del campo: uno de compras, pero sin pegarse a los escaparates; el otro, mirando al cielo por si cambia el tiempo y le pilla sin paraguas. Es decir, ni era un Athletic voraz el que sali¨® a San Mam¨¦s, ni era un Betis con la tarjeta de cr¨¦dito suelta y juguetona. Digamos que la primera parte (con el 1-0 de la ida) era un paseo por la Gran V¨ªa, nublada, gris, plomiza por momentos, con el Athletic yendo de aqu¨ª para all¨¢, de acera en acera, como pasean los viajantes un domingo por la tarde en una ciudad desconocida, y con el Betis sentado en el pretil de su vivienda (es decir, el ¨¢rea) viendo pasar a los forasteros a los que se reconoce porque siempre miran a los tejados y nunca al empedrado.
ATHLETIC, 2 - BETIS, 0
Athletic: Herrer¨ªn; Iraola, San Jos¨¦, Laporte, Balenziaga; Iturraspe, Mikel Rico (Gurpegui, m. 88); De Marcos, Herrera (Be?at, m. 78), Ibai G¨®mez; y Aduriz (Kike Sola, m. 66). No utilizados: Iraizoz, Toquero, Ekiza y Guillermo.
Betis: Sara; Chica, Amaya, Caro, Didac; Reyes (Perquis, m. 72), Salva Sevilla (Rub¨¦n Castro, m. 62), Matilla, Molina, Juan Carlos; y Leo (Chuli, m. 75). No utilizados: Andersen, Paulao, Nacho y Jordi.
Goles: 1-0. M. 23. Mikel Rico. 2-0. M. 66. Mikel Rico.
?rbitro: Del Cerro Grande. Amonest¨® a Aduriz y Amaya.
Unos 35.000 espectadores en San Mam¨¦s. El Athletic, que perdi¨® (1-0) en la ida, se clasifica para cuartos de final.
Y as¨ª andaba el partido, con los peatones aturdidos, con cita a la vista, sin telares que vender (l¨¦ase, el centro del campo so?ando con la madrugada), y de pronto Iraola que atisba un hueco en la marabunta del ¨¢rea, entre los paseantes atolondrados, y deja el bal¨®n para que lo alcance un calvo que ejerce del m¨¢s listo de la clase, de nombre Mikel Rico y le encare a Sara con la peor de las miradas, es decir, con la del gol, con la multa imperdonable, con la sentencia sin recurso. Fue un gran gol, porque las dos partes hicieron lo que quer¨ªan hacer. No hubo fortuna, sino acierto y talento.
Pasar no hab¨ªa pasado gran cosa. El Betis esperando en la parada del autob¨²s sin prisa, con cinco centrocampistas en la marquesina y el Athletic rondando la v¨ªa como un taxista en la madrugada. En realidad, en el Betis, todos ten¨ªan esp¨ªritu de defensas, al amparo de Reyes y de Sevilla, con el resguardo de Amaya. Hasta Leo Baptistao se afanaba en ser m¨¢s ¨²til en frenar la salida de los centrales que en tropezarse con ellos.
Era mi¨¦rcoles pero parec¨ªa domingo, sin sol pero pareciendo que hac¨ªa sol. El Athletic apacible pero confiando en el discurso de un tipo calvo, infatigable, se supon¨ªan que candidato a mejor actor secundario pero revelado en protagonista alcanz¨® otro rechace de la defensa del Betis, apurada y tensa como siempre, y embruj¨® el bal¨®n junto al poste de la porter¨ªa de Sara, pero por dentro. Para entonces, el Betis hab¨ªa acelerado el ritmo, incluso hab¨ªa dado un par de pasos adelante a¨²n a riesgo de tropezar, sabiendo que un gol pod¨ªa ser una monta?a en el paso vespertino del Athletic, poco acelerado y a veces disperso.
Los b¨¦ticos so?aron al final, pero su adversario ya cre¨ªa en la clasificaci¨®n
El gol, el segundo, de Mikel Rico (?c¨®mo se marca a Mikel Rico?) le sac¨® de la acera y ya en la carretera ech¨® a correr: Chuli, Perquis, Rub¨¦n Castro aparecieron en su pel¨ªcula muda mientras sobre San Mam¨¦s volaban las bolsas de pl¨¢stico que hab¨ªan escondido los bocadillos como quien tira confetis en un festejo.
Pero fue marcar Mikel Rico y soliviantase el Betis, que se puso a correr como si lloviera caf¨¦. Era otro equipo, un equipo eliminado que se resist¨ªa a meterse en el portal en el que hab¨ªa habitado. Domin¨® el final del encuentro ante un Athletic corro¨ªdo por el deber cumplido. Y la pl¨¢cida tarde se convirti¨® en un frenes¨ª porque un gol clasificaba al Betis y al Athletic, ya sin Mikel Rico, su calvo de oro, ¡ªnada que ver con el calvo de la Loter¨ªa, que eso es suerte¡ª hab¨ªa guardado su armamento para batallas posteriores. El Athletic crey¨® y el Betis so?¨®, pero demasiado tarde. Ya amanec¨ªa.
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