El Valencia cambia de piel
Pizzi alienta un profundo cambio en la plantilla para recuperar el esp¨ªritu del vestuario en la segunda vuelta del campeonato
Los sabios del vestuario del Valencia, aquellos que han resistido todos los cambios desde los tiempos de Rafa Ben¨ªtez, llegaron a la misma conclusi¨®n: la plantilla ha extraviado el esp¨ªritu competitivo, no solo se hab¨ªa perdido la calidad. Y la ¨²nica manera de recuperarlo es con un profundo cambio en el alma del grupo. A esa idea lleg¨® tambi¨¦n el m¨¢nager general, Francisco Joaqu¨ªn Rufete, y hasta el nuevo entrenador, Juan Antonio Pizzi, en el cargo desde finales del a?o pasado en sustituci¨®n de Djukic. La puerta de salida se ha abierto de par en par: cedidos Helder Postiga, Pab¨®n y Guardado, Pizzi le comunic¨® a Banega que no contaba con ¨¦l mientras Canales, bloqueado en Mestalla, decidi¨® marcharse a la Real Sociedad. Por supuesto, hay tambi¨¦n una motivaci¨®n econ¨®mica. El Valencia necesita deshacerse de las fichas m¨¢s altas y rebajar en 2014 el coste de las fichas de los jugadores de 46,5 millones a 39,9.
La esperanza pasa ahora por que las nuevas adquisiciones transformen el perfil del grupo. Desde la potencia en ataque del chileno Eduardo Vargas, la frescura del brasile?o Vinicius de Ara¨²jo, un promesa del Cruzeiro de 20 a?os (delantero aguerrido y buen definidor), y las tablas en la medular del exbarcelonista Keita, de 34 a?os, que entronca con la dinast¨ªa de los Keita en Mestalla (su t¨ªo Salif fue un fascinante atacante de los setenta).
Con Pizzi, la mejor¨ªa es evidente en el centro del campo, donde el equipo juega m¨¢s suelto y atrevido. Pero despu¨¦s de dirigir cuatro partidos de Liga (dos empates, una victoria y una derrota), las ¨¢reas siguen siendo una r¨¦mora. ¡°Atr¨¢s somos muy fr¨¢giles. El Espanyol nos sac¨® los colores¡±, reconoce una fuente del grupo, convencida de que el caso Rami fue mal gestionado por el presidente, Amadeo Salvo. A finales de noviembre, en una posici¨®n ya de debilidad de Djukic, el central franc¨¦s arremeti¨® contra el preparador serbio ("no da la cara", dijo) y contra una caseta llena de "pelotas". Salvo decidi¨® cederlo al Milan y ahora el centro de la zaga, con Ricardo Costa y Mathieu, se resiente. "Rami, con sus locuras, no es mal t¨ªo. Un poco infantil, pero hay que saber llevarlo. Y futbol¨ªsticamente nos daba mucho", a?ade esa misma fuente.
El partido en el Camp Nou ara?a la nostalgia del entrenador hispano-argentino del Valencia. Jug¨® de delantero en el Bar?a dos cursos y dej¨® una cita para la memoria: el 5-4 de los cuartos de final de la Copa del Rey del 12 de marzo de 1997 frente al Atl¨¦tico, cuando el conjunto azulgrana remont¨® un 0-3 de Pantic hasta el quinto tanto de Pizzi. No solo eso. El t¨¦cnico est¨¢ muy influido por la escuela azulgrana de Guardiola.
En contraste con Djukic, desconectado de los jugadores desde el primer momento, Pizzi ha liberado el camerino. "Ven¨ªamos de un periodo jodido. El ambiente ahora es bueno. Pizzi se ha ganado a los jugadores. Dominamos los partidos, pero tenemos muchas carencias arriba", explica otro integrante del vestuario. La falta de gol ha sido un lastre desde la venta en verano pasado de Soldado y los fichajes fallidos de Helder Postiga y Pab¨®n.
"Tenemos una plantilla muy plana. Faltan referentes tras la marcha de Albelda", apuntan desde Paterna. Esa falta de car¨¢cter fue el argumento de Djukic para justificar el naufragio del equipo. El grupo acus¨® al t¨¦cnico de obsecuencia con la directiva y poca credibilidad entre la plantilla. La situaci¨®n institucional tampoco ha ayudado. El presidente, Amadeo Salvo, no ha dado ninguna estabilidad. Si uno pregunta en Paterna qui¨¦n es el propietario del club, nadie lo sabe. Ni hasta cu¨¢ndo estar¨¢ al frente un presidente enfrentado al principal acreedor, Bankia, inmerso en la venta de la entidad. En suma, no ha habido liderazgo ni en el campo ni en el palco. Y ahora Pizzi se ha encontrado con todo por hacer. "Le llevar¨¢ tiempo darle la vuelta", sentencian esas voces de la caseta.
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