La gloria estaba a 1,7 segundos

¡°A los rusos nos encanta el biatl¨®n porque es muy emocionante, cualquiera puede ganar hasta el final¡±, dice una voluntaria rusa, con la bandera noruega pintada en la mejilla izquierda y la rusa en la derecha, en un autob¨²s camino de las monta?as de Krasnaya Polyana. Va a ver la prueba de persecuci¨®n, en la que Ole Einar Bjoerndalen, el noruego prodigioso, puede lograr su 13? medalla ol¨ªmpica a los 40 a?os y convertirse en el primer deportista en lograr ese n¨²mero en unos Juegos de Invierno. Tiene experiencia, calidad y la m¨ªnima ventaja que le da haber ganado hace dos d¨ªas el sprint. Lo que no tiene es un buen d¨ªa, pues tras fallar tres veces con el rifle entra cuarto en la meta, a un suspiro de 1,7 segundos de la historia y cuando el franc¨¦s Martin Fourcade, de 25 a?os, ya celebra emocionado su triunfo, el primero de Francia en Sochi.

Aunque el biatl¨®n es una mezcla perfecta de esqu¨ª de fondo y tiro, en los ¨²ltimos a?os es frente a la diana donde se ganan las competiciones. ¡°El 90% del ¨¦xito est¨¢ en el tiro¡±, afirmaba antes de la competici¨®n Alex Nappa, el entrenador de Victoria Padial, la granadina que hoy (16.00, Teledeporte) har¨¢ la versi¨®n femenina de la prueba que corri¨® Bjoerndalen. Tiene sentido, porque cada fallo que un esquiador comete con el gatillo le obliga a recorrer un peque?o circuito extra de castigo, m¨¢s metros, m¨¢s cansancio, m¨¢s distancia con los esquiadores que salen limpios del trance. ¡°Hace unos a?os esos fallos se pod¨ªan compensar, pero cada vez es m¨¢s dif¨ªcil¡±, a?ade el t¨¦cnico.

Bjoerndalen fall¨® tres veces. Una en cada una de las ¨²ltimas tandas. No culp¨® a la lluvia que ca¨ªa, a ratos y muy fina, sobre el circuito y que puede resultar molesta para los tiradores. Tampoco podr¨ªa culpar al ambiente, que era espectacular. Como hab¨ªa anochecido, enormes focos iluminaban la pista, que de esta forma parec¨ªa a¨²n m¨¢s blanca. Las gradas estaban abarrotadas de aficionados que aplaud¨ªan nerviosos cada vez que aparec¨ªa el local Shipulin (acab¨® hundido en la 14? posici¨®n), soltaban exclamaciones a cada tiro fallado y gritaban cada vez que se lo ped¨ªa el animador. Una m¨²sica potente animaba la carrera de los esquiadores.

¡°Cuando fall¨¦ el ¨²ltimo tiro supe que era el final¡±, dijo el noruego sin dar m¨¢s explicaciones, al tiempo que reconoc¨ªa haberse precipitado con el rifle. Algo que no hizo Fourcade (solo un fallo), ni el checo Moravec (plata con un pleno de 20 aciertos), ni Beatrix, el franc¨¦s que acab¨® bronce (uno), ni ning¨²n otro de los nueve mejores en la clasificaci¨®n.

Pero a pesar de los fallos, y de la tensi¨®n que debieron generarle, Bjoerndalen se enfrent¨® a los ¨²ltimos kil¨®metros como el campe¨®n que esta vez no fue, apretando los dientes y los bastones, recortando segundos a los cuatro esquiadores que le preced¨ªan, adelantado incluso a uno de ellos. Si antes hubiera tenido tiempo de mirar a Fourcade le habr¨ªa visto levantar el pu?o nada m¨¢s colgarse el rifle a la espalda tras el ¨²ltimo disparo, celebrando un t¨ªtulo que ya era suyo aunque a¨²n le quedaran unos kil¨®metros.

Bjoerndalen, al que apodan El Can¨ªbal, no se rinde. ¡°No ha estado tan mal. He luchado y eso era lo m¨¢s importante¡±, dijo cuando le preguntaron por el cuarto puesto. En Sochi tendr¨¢ al menos otras dos oportunidades para convertirse en el atleta m¨¢s laureado de unos Juegos Ol¨ªmpicos de Invierno.

Resultados. 12,5 km persecuci¨®n masculina. 1. Martin Fourcade (Francia), 33m 48,6s. 2. Ondrej Moravec (Rep¨²blica Checa), a 14,1s. 3. Jean Guillaume Beatrix (Francia), a 24,2s. 4. Ole Einar Bjoerndalen (Noruega), a 25,9s.