Reacci¨®n desde las ra¨ªces

Ante las dudas por las ¨²ltimas derrotas, por una semana que le golpe¨® m¨¢s de lo que est¨¢ acostumbrado, el Atl¨¦tico se mir¨® el ombligo para recuperar sus se?as de identidad. Incluida esa suplencia de Diego para jugar con el armaz¨®n, salvo Alderweireld, que le ha colocado en lo m¨¢s alto de la tabla. Fue un volver a ser despu¨¦s de tres partidos perdidos. Presi¨®n en las segundas jugadas, pelota parada y contragolpe. El Atleti de Simeone en todo su cuerpo. Comprimi¨® el Atl¨¦tico casi toda la reacci¨®n a esa mala racha en un inicio agitado que le report¨® dos goles de ventaja cuando a¨²n hab¨ªa aficionados desfilando por los vomitorios. Dos golpes contundentes que dejaron al Valladolid en la lona. Ya solo se levant¨® para hacer lo que el Atl¨¦tico le dejara; mover el bal¨®n hasta la frontal del ¨¢rea en la mayor. Otra se?a de identidad recuperada.

Necesitaban los futbolistas de Simeone esta victoria para no atormentarse demasiado antes de la visita de este mi¨¦rcoles a San Siro, donde el pedigree del Milan y la competici¨®n y el escenario demandan jugadores enteros de cabeza. Obtuvieron muy pronto el sosiego con dos fogonazos fulgurantes. En un minuto ya hab¨ªan sucedido demasiadas cosas por la tensi¨®n competitiva con la que salieron al campo. Un cabezazo de Ra¨²l Garc¨ªa y una falta en la esquina del ¨¢rea a Diego Costa. La ejecuci¨®n se?al¨® directamente al laboratorio de Simeone. Jug¨® en corto Gabi para Koke y este, en vez de sacar una rosca al coraz¨®n del ¨¢rea, sac¨® un centro raso a la media luna donde Ra¨²l Garc¨ªa engarz¨® un derechazo ajustado y a media altura al que no alcanz¨® la estirada del sorprendido Mari?o. El remate volvi¨® a sacar a relucir la pegada de Ra¨²l Garc¨ªa, tan concreto como pr¨¢ctico. Se ha especializado tanto que ahora, jugando descaradamente de delantero, tiene esa puntualidad de los cazagoles que le ha aupado a los 14 tantos, siete en Liga.

Apenas hab¨ªa transcurrido un minuto del zurriagazo que abri¨® el marcador cuando al Atl¨¦tico y Diego Costa se le present¨® el paisaje en el que mejor se expresa. Un robo en el centro del campo, la defensa contraria adelantada y mucho verde por delante. Fue Ra¨²l Garc¨ªa el que pic¨® la pelota por encima de la defensa y lanz¨® a la carrera a Costa, indomable en esas condiciones. Firm¨® su vigesimoprimer gol en Liga con un toque suave por encima de Mari?o. Ese segundo tanto en cinco minutos corrobor¨® esa salida visceral del Atl¨¦tico, necesitado de un golpe de autoridad. Lo hizo con dos de sus recursos de cabecera para luego poder gestionar un partido que por momentos se hizo largo por resuelto. No tuvo que padecer a un equipo encerrado durante mucho tiempo porque al Valladolid no le qued¨® m¨¢s remedio que, al menos, intentar tener el dominio de la pelota ante el repliegue con el que Simeone suele administrar las ventajas.

Aunque finiquitado el duelo, esa secuencia de tres derrotas med¨ªa la capacidad de uno de los l¨ªderes del campeonato. Era un partido para ver qu¨¦ jugadores daban un paso adelante ante el primer bache serio del curso. Apareci¨® Diego Costa, revoltoso y pele¨®n. Y tambi¨¦n Gabi, irregular con el bal¨®n en algunos desplazamientos, pero siempre presente en uno de los term¨®metros de este equipo, la presi¨®n tras p¨¦rdida de bal¨®n. Pinceladas dejaron Koke y Arda, que se ofrecieron mucho reclamando la pelota. Entre ambos y las proyecciones de Juanfran por la derecha, le dieron m¨¢s presencia al Atl¨¦tico en el segundo acto. El Valladolid apenas qued¨® para un remate cercano de Javi Guerra que se fue desviado.

Metido en esa din¨¢mica el partido, volvi¨® a ser el bal¨®n parado con lo que el equipo termin¨® de apabullar al contrario. A God¨ªn le sacaron un remate bajo palos y Mario estrell¨® un cabezazo en el larguero. Necesita Simeone la mejor versi¨®n del mediocentro canterano ahora que empiezan los grandes partidos. Cortado por una lesi¨®n de tres meses, en el que quiz¨¢ haya sido su mejor inicio de temporada como rojiblanco, el equipo le demanda su despliegue, su colocaci¨®n y que sea seguro en la salida del bal¨®n.

Entre los culebreos de Arda, y ya con Diego en el campo, God¨ªn cerr¨® el marcador con un cabezazo en un saque de esquina botado por el mediapunta brasile?o. Otra manera de ratificar esa vuelta a los argumentos que m¨¢s r¨¦dito le han dado a este equipo. Necesitaba tambi¨¦n la victoria la hinchada del Calder¨®n, a la que es dif¨ªcil controlar desde lo emocional y lo ilusorio porque hac¨ªa a?os que no ve¨ªa a los suyos a estas alturas de temporada con 60 puntos, codo con codo con los millonarios presupuestos de Madrid y Bar?a.