Bjoerndalen toca el cielo invernal
El biatleta noruego gana con el relevo mixto su 13 medalla y se convierte en el plusmarquista hist¨®rico de los Juegos
El noruego Ole Einar Bjoerndalen ya es el rey absoluto en la historia de los Juegos de Invierno. Con el oro sumado en la nueva prueba de los relevos mixtos del biatl¨®n, el esquiador y tirador alcanz¨® las 13 medallas en su deslumbrante carrera ol¨ªmpica. Con m¨¢s de 40 a?os y en sus quintos Juegos super¨® las 12 de su compatriota fondista Bjorn Daehlie. Era su segundo triunfo tras el logrado en la primera prueba de esprint sobre 10 kil¨®metros con el que igualaba la plusmarca. Despu¨¦s, s¨®lo roz¨® el podio una vez o fall¨® en sus restantes intentos. Pero a¨²n faltaban los relevos. Incluso le queda todav¨ªa el masculino del ¨²ltimo d¨ªa para dejar su techo en el cielo n¨®rdico a¨²n m¨¢s alto.
Podr¨ªa discutirse que a Bjoerndalen le ha favorecido la progresiva inclusi¨®n de pruebas en el programa. O que ha ganado en cuatro relevos con la colaboraci¨®n del potencial de su pa¨ªs. Pero Daehlie se aprovech¨® de tres en sus 12 medallas logradas. No ha habido tanta diferencia. Ni siquiera en los colores. Solo el tiempo en conseguirlas. Daehlie sum¨® sus ocho oros y cuatro platas ¨²nicamente en tres ediciones, Albertville 92, Lillehammer 94 y Nagano 98. Bjoerndalen, ocho oros tambi¨¦n, cuatro platas y un bronce en cinco ediciones, Nagano, Salt Lake City 2002, Tur¨ªn 2006, Vancouver 2010 y ahora. Daehlie empez¨® con 22 a?os y acab¨® con 30. Bjoerndalen se ha extendido desde los 24 a los 40. Empez¨® en su casa, en Lillehammer, con 20 y puestos sobre la treintena. Solo un s¨¦ptimo lugar con el relevo. Pero promet¨ªa. Potencia y calidad con los esqu¨ªes, y capacidad para ser certero con la carabina de peque?o calibre despu¨¦s de templar el pulso acelerado por los tremendos esfuerzos sobre la nieve. Un prodigio de condiciones, t¨¦cnica y preparaci¨®n prolongadas como nadie ha hecho nunca.
6 Juegos, 13 metales
PARTICIPACIONES:
Lillehammer 1994
Nagano 1998.
Salt Lake City 2002.
Tur¨ªn 2006.
Vancouver 2010.
Sochi 2014.
MEDALLAS:
Nagano 1998. Oro en esprint.
Nagano 1998. Plata en relevos.
Salt Lake City 2002. Oro en individual.
Salt Lake City 2002. Oro en esprint.
Salt Lake City 2002. Oro en persecuci¨®n.
Salt Lake City 2002. Oro en relevos.
Tur¨ªn 2006.Plata en individual.
Tur¨ªn 2006. Plata en persecuci¨®n.
Tur¨ªn 2006. Bronce en salida en masa.
Vancouver 2010.Plata en individual.
Vancouver 2010. Oro en relevos.
Sochi 2014. Oro en esprint.
Sochi 2014. Oro en relevos mixtos.
Y sin resquicios para la duda. Daehlie, en cambio, triunf¨® en unos primeros tiempos de dopaje generalizado, y fue acusado de usar EPO como tantos esquiadores de su ¨¦poca. Nunca dio positivo y ¨¦l lo neg¨® tajantemente. Pero se retir¨® muy pronto, algo que mueve a la sospecha cuando en el esqu¨ª de fondo, como en atletismo, la veteran¨ªa es un grado. Lo dej¨® 10 a?os antes que Bjoerndalen, un incombustible trotamundos, sin tacha jam¨¢s, un granjero campechano convertido en campe¨®n. No s¨®lo han sido sus medallas ol¨ªmpicas. Una catarata total de 41 si se suman las de Campeonatos del Mundo, 27 de ellas de oro. Y 93 victorias en pruebas de Copa del Mundo, el circuito que en la nieve, como en el esqu¨ª alpino, muestra la regularidad de los m¨¢s grandes. Pero Bjoerndalen tambi¨¦n sabe que las medallas ol¨ªmpicas saben a mucho m¨¢s. Aunque siempre en la sencillez.
Cuando le preguntaron c¨®mo se sent¨ªa el pasado d¨ªa 8 tras igualar a Daehlie con su oro n¨²mero 12, los periodistas estaban mucho m¨¢s emocionados que ¨¦l por la haza?a y a su edad. Simplemente se mostr¨® contento por la victoria puntual. Al insistirle sobre sus expectativas de m¨¢s medallas en los Juegos, s¨®lo coment¨® que hab¨ªa muy buenos rivales y que estaba all¨ª para competir. Ni un atisbo de emoci¨®n desmedida, como sucede hasta con medallistas de bronce que muchas veces parecen haber ganado todo el podio. As¨ª es Bjoerndalen. No s¨®lo porque ya est¨¢ acostumbrado a los ¨¦xitos, sino por su modestia ancestral. Es casi un h¨¦roe an¨®nimo. Hasta su noviazgo cantado con la ya triple campeona bielorrusa Darya Domracheva lo lleva en la penumbra.
Este mi¨¦rcoles sucedi¨® algo parecido. Noruega respir¨® como pa¨ªs al ganar el relevo mixto del biatl¨®n tras sus fracasos en los de esqu¨ª de fondo, y quiz¨¢ por eso tampoco hubo celebraci¨®n particular. Pero se junt¨® la frialdad n¨®rdica con la humildad de Bjoerndalen. En otro pa¨ªs, adem¨¢s de festejar el oro, sus tres compa?eros, o los t¨¦cnicos, hasta los directivos, habr¨ªan subido en hombros al m¨¢s grande, como un torero que ha cortado todas las orejas y rabos. Un homenaje de estricta justicia. Pero no, es otro mundo, su mundo. Y a Bjoerndalen no parece importarle. ¡°Se conserva muy bien, es como un ni?o, se lo merece¡±, han comentado otras figuras de la especialidad a las que ha derrotado una y otra vez sin alharacas, lo que obliga a admirarle a¨²n m¨¢s
Noruega pr¨¢cticamente domin¨® desde el principio la nueva prueba del relevo mixto. En el margen de espacio del programa invernal, el biatl¨®n tampoco se quer¨ªa quedar atr¨¢s cuando en las modalidades modernas ha habido una invasi¨®n. Dos mujeres esqu¨ªan primero dos tramos de 6 kil¨®metros y les siguen dos hombres sobre 10. Cada uno efect¨²a dos series de disparos a cinco dianas, una en posici¨®n tumbada y otra de pie. Y a diferencia del resto de pruebas del biatl¨®n, los participantes disponen de ocho cartuchos, tres m¨¢s para usar en caso de fallos. Solo la primera relevista, Tora Berger (oro individual, al menos, en los 15 kil¨®metros de 2010, pero mucho m¨¢s floja en Sochi), cometi¨® dos errores en los tiros de pie y peligr¨® por un momento el liderato noruego. Pero el resto fue un paseo hasta la victoria por m¨¢s de medio minuto sobre la Rep¨²blica Checa. Bjoerndalen, que hizo el tercer relevo, y primero masculino, toc¨® la espalda de Svendsen, que hizo el ¨²ltimo, con mayor margen a¨²n, 43 segundos. Otro toque de clase. Cumpli¨® sobradamente para alcanzar su gloria particular.
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