Guardiola rectifica a tiempo

Intenso, profundo y valiente, el Arsenal le meti¨® tralla al partido de anoche contra el Bayern M¨²nich nada m¨¢s empezar y si los alemanes sobrevieron fue por oficio y un punto de suerte. Nunca le gust¨® a Guardiola el cruce de octavos y seguro que el partido de anoche al norte de Londres, donde nunca gan¨® con el Barcelona, lo recordar¨¢ de mala gana. M¨¢s all¨¢ del zapatazo de Kroos ¡ªexcelente toda la noche¡ª que abri¨® el partido, y seguramente la eliminatoria, encauzada con el tanto de M¨¹ller.

El Bayern aguant¨® el tipo como buenamente pudo al entrar al campo y sali¨® vivo gracias a que Neuer le par¨® un penalti a ?zil. Lejos de achantarse, se fue de cara el Bayern, con m¨¢s ganas que criterio. Por algo se desesper¨® Guardiola, que no sab¨ªa c¨®mo explicarle a sus centrales de qu¨¦ iba la vaina y que lament¨®, como los m¨¢s de 5.000 seguidores del Bayern, el penalti fallado por Alaba. Sucedi¨® tras una jugada tan trascendente que dej¨® con diez al Arsenal al ser expulsado su portero Szczesny. Pudo significar la puntilla al encuentro, solo que qued¨® en an¨¦cdota por el fallo del jugador austriaco, que estrell¨® el bal¨®n en un poste.

El partido empez¨® jug¨¢ndose al l¨ªmite, adelantada hasta el centro del ampo la zaga del Bayern, con el cuchillo entre los dientes el Arsenal. A Guardiola, atormentado en la banda, no le gustaba nada lo que ve¨ªa. Ten¨ªa motivos sobrados. Los centrales no entendieron el partido, en especial Boateng, que las rif¨® todas y no encontr¨® el momento, ni al cerrar ni al salir. Bien hizo el t¨¦cnico catal¨¢n al sustituirle en el descanso por Rafinha y preferir ubicar a Javi Mart¨ªnez como central. Con el relevo, Lahm, el capit¨¢n del equipo muniqu¨¦s, pas¨® a ser medio centro. As¨ª se impuls¨® el Bayern y el Arsenal pas¨® a sufrir un calvario.

La trascendencia de Lahm es tal que durante el primer tiempo, como lateral, estir¨® al equipo por la banda derecha para encontrarse con Robben y mandar en el juego desde la banda. Despu¨¦s, como pivote le supo dar criterio al juego. A partir de su diminuta figura creci¨® siempre el Bayern, que se hizo grande en el partido, muy c¨®modo desde que la expulsi¨®n del guardameta Szczesny, probablemente exagerada, mand¨® a Cazorla al banco.

Resulta probablemente injusto, pero no le bast¨® a los gunners la generosidad de Sanogo, tremendo en el arranque, siempre presente, porque Lahm, sutil y elegante, supo sacar de la cueva a su equipo en los peores momentos. Al encontrar a Thiago le dio luz a los que ayer vest¨ªan de azul en medio de las tinieblas.

Castigado Robben con el desprecio m¨¢s absoluto por la hinchada local, que entendi¨® que hab¨ªa fingido en la jugada del penalti, el holand¨¦s creci¨® en el segundo tiempo y de sus botas sali¨® lo mejor de un partido que finalmente sell¨® M¨¹ller. Gan¨® Guardiola al norte de Londres a Wenger, una sensaci¨®n que nunca cat¨®. Y, de paso, la Champions cerr¨® su cuarto partido consecutivo de octavos con victoria visitante y ni un solo gol local.