La caza de r¨¦cords sospechosos
La sombra del dopaje reaparece con Sachenbacher y en cada recuerdo de muchos grandes manchados del pasado.

El positivo de la biatleta alemana Evi Sachenbacher-Stehle, junto al del m¨¢s discreto italiano de bobsleigh William Frullani (bronce j¨²nior como decatleta en los Europeos de 2001) reabre el sombr¨ªo escenario del dopaje invernal, que parec¨ªa haber tocado fondo hace ocho a?os. La veterana de 33 (Frullani tiene 34) fue ya una de las implicadas en los esc¨¢ndalos de Tur¨ªn 2006. Al final es s¨®lo otra de las numerosas atletas de la ¨¦lite bajo sospecha. Pero mucho m¨¢s grave ya es el bochorno que se repite en cada edici¨®n de los Juegos cuando alguno de los grandes actuales, te¨®ricamente limpios, se acerca o supera plusmarcas del pasado. Es una caza de r¨¦cords sospechosos, porque indefectiblemente aparecen nombres ensuciados, como si la mancha hubiese sido eterna, permanente . Y que s¨®lo la astucia de muchos especialistas de la trampa les permiti¨® en la mayor¨ªa de sus deslumbrantes carreras escapar al resto de los controles.
La peque?a Evi (1,62 metros, 52 kilos) tiene cinco medallas ol¨ªmpicas, dos oros y tres platas en el deporte que une el esqu¨ª de fondo y el tiro. S¨®lo una individual, en el sprint de 7,5 kil¨®metros en Salt Lake City 2002. Las restantes siempre con los equipos de relevos alemanes. Su historia viene de lejos. Mucho m¨¢s all¨¢ de la methylhaxanamina, el estimulante prohibido que se encuentra a menudo en complementos alimenticios y que ha sido su ¨²ltimo pelda?o. En 2006 no pudo participar en la primera prueba, la de su plata cuatro a?os antes, porque fue suspendida cinco d¨ªas. Sus cifras de hemoglobina superaron el l¨ªmite permitido. Siempre entre la duda y la certeza de la EPO, la manipulaci¨®n sangu¨ªnea. Como otros atletas trat¨® de convencer a la Federaci¨®n Internacional de Esqu¨ª de que su problema era gen¨¦tico, pero su petici¨®n fue rechazada meses m¨¢s tarde.
Ahora, en el ocaso de su carrera, su temporada no hab¨ªa sido precisamente brillante. Solo un segundo puesto en una prueba de Copa del Mundo disputada en Ruhpolding, la estaci¨®n cl¨¢sica del fondo en su pa¨ªs . Y en el mismo relevo 4 x 6 kil¨®metros del que ya se cay¨® ayer. Individualmente ni siquiera baj¨® del vig¨¦simo lugar en otras siete pruebas. En algunas se fue a una cola humillante. En Sochi empez¨® siendo und¨¦cima en el sprint, pero baj¨® a ser 27 en los 10 de persecuci¨®n y a 20 en los 15. Resulta significativo que haya dado positivo con un estimulante tras ser cuarta en las dos ¨²ltimas pruebas, el lunes cuando la pillaron, y el mi¨¦rcoles con el nuevo relevo mixto. Habr¨¢ dado tambi¨¦n, aunque el COI ya la ha expulsado de los Juegos y retirado el diploma, como a los dos equipos. La deshonra mancha a todos a veces. El relevo alem¨¢n femenino de ayer, ya sin ella, acab¨® und¨¦cimo, hundido a casi cuatro minutos de la cabeza.
Trat¨® de convencer que su problema era gen¨¦tico, pero su petici¨®n fue rechazada meses m¨¢s tarde
Fue un d¨ªa con dobles mensajes. Ucrania gan¨® por primera vez en su historia disparando sobre la nieve no muy lejos de su convulso pa¨ªs. Sergei Bubka, el destronado rey de la p¨¦rtiga tras perder la presidencia del COI, lo celebr¨® tambi¨¦n doblemente. Porque se hab¨ªa terminado una espera de 20 a?os para lograr el segundo oro su pa¨ªs tras el de la patinadora art¨ªstica Oksana Baiul en Lillehammer 94, y para abogar por la unidad y la paz. Domracheva, la estrella de Sochi, de momento impoluta, volvi¨® a hacer una exhibici¨®n. S¨®lo llev¨® a Bielorrusia al quinto lugar, pero es que hab¨ªa empezado d¨¦cima el ¨²ltimo relevo. Malas compa?¨ªas para una campeona, aunque solo deportivas, no como Evi.
Una igualada peculiar
Las jugadoras de hockey sobre hielo de Canad¨¢, Caroline Oellette, Jayna Hefford y Hayley Wickenheiser sumaron tras el triunfo sobre Estados Unidos su cuarta medalla de oro ol¨ªmpica consecutiva. Igualaron as¨ª otro de los r¨¦cords de los Juegos que pose¨ªan el tambi¨¦n biatleta sovi¨¦tico Alexander Tijonov y, sobre todo, se acercaron a los cinco de la patinadora de velocidad alemana, Claudia Pechstein, un residuo posterior a la gran mentira de la RDA, donde naci¨® en el Berl¨ªn Este, en 1972. As¨ª, como al resto de estrellas que han rondado plusmarcas en estos Juegos, les siguen esperando en los podios hist¨®ricos personajes procelosos casi siempre. M¨¢s que leyendas admirables. A Bjoerndalen, era Daehlie, gran duda de dopaje nunca confirmada. A Bjoergen, la otra gran noruega, Yegorova y la misma Pechstein, pilladas ¡°in fraganti¡±.
La alemana no solo gan¨® cinco oros seguidos entre Lillehammer 98 y Tur¨ªn 2006, sino que sum¨® hasta los nueve totales desde su bronce en Albertville 92. Un asombro si en febrero de 2009 la federaci¨®n internacional no la hubiese suspendido por dos a?os tras los Mundiales de Hamar disputados en la misma pista noruega donde inici¨® su serie de oros 15 a?os antes. Dopaje sangu¨ªneo. Ella se defendi¨®, pero los recursos que llegaron al Tribunal de Arbitraje del Deporte, y hasta la justicia ordinaria, no prosperaron. Fue convicta. Desde entonces se acabaron las medallas y los resultados bajaron. Quiz¨¢ no s¨®lo por la edad, pues la sargento de polic¨ªa ha tenido el m¨¦rito de resistir hasta los 42 a?os (que cumple hoy) por hielos, controles, y con su mancha.
Tijonov no dio nunca positivo, aunque la historia de su pa¨ªs con las drogas es densa (poco antes de Sochi los ¨²ltimos casos) y ya resulta dif¨ªcil pensar que alguien estuvo alguna vez libre de pecado. M¨²ltiples veces campe¨®n mundial, fue integrante del imbatible relevo sovi¨¦tico de 4 x 7,5 kil¨®metros en Grenoble 68, Sapporo 72, Innsbruck 76 y Lake Placid 80. Vivi¨® la etapa en que sabe dios el dopaje fraudulento que hab¨ªa, se convirti¨® en leyenda y hasta fue vicepresidente de la federaci¨®n internacional. Su historia complicada lleg¨® en 2000, ya fuera de las pistas, cuando fue acusado de planear el asesinato de un gobernador. Su hermano fue condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel y ¨¦l a tres, aunque fue amnistiado, pero incluso tuvo que huir a Austria. Otro bochorno para una leyenda.
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