El Madrid se divierte en el ¡®Palacio de Atracciones¡¯

El Madrid de Pablo Laso ha convertido el Palacio de los Deportes en el Parque de Atracciones. Ante el Zalgiris se estrenaron los blancos en la presente Euroliga, el 18 de octubre en Kaunas, y ante el Zalgiris cantaron las 40 victorias (en 41 partidos) y redondearon cuatro meses de f¨¢bula rumbo a la final four de Mil¨¢n (del 16 al 18 de mayo). Cuatro meses para presumir de estilo, enaltecer el camino y recolectar r¨¦cords. Les quedan tres m¨¢s para coronar el trayecto, pero, pase lo que pase, la colecci¨®n de estampas de baloncesto sublime que llevan firmadas ya les garantiza un hueco en la historia. En esta ocasi¨®n, seis jugadores superaron los 10 puntos (Rudy Fern¨¢ndez fue el m¨¢ximo anotador con 20) y siete los 10 de valoraci¨®n (151-60 en el global) en otra fiesta por encima de los 100 puntos.

Coincidiendo con el final de la primera vuelta del top16, el subcampe¨®n de Europa se reencontraba con un enemigo ¨ªntimo al que ya hab¨ªa apabullado en dos ocasiones en la fase previa (63-83 en Kaunas y 95-67 en Madrid). Esta vez la tunda se elev¨® hasta los 36 puntos de diferencia (108-72). Tres semanas despu¨¦s de tumbar al Maccabi y con la 24? Copa del Rey en el zurr¨®n, los de Laso regresaban al Palacio. Y tras brindar el trofeo a la afici¨®n (11.408 espectadores) se pusieron manos a la obra para demostrar su hambre voraz por seguir engordando las vitrinas. El Zalgiris les dur¨® un bocado.

El conjunto lituano intent¨® diversificar de inicio su producci¨®n ofensiva con Detmon agitando el per¨ªmetro y la pareja Jankunas-Javtokas tomando posiciones en la pintura. No les estaba saliendo mal el plan a los de Stombergas, que aguantaban el intercambio de golpes en los minutos de tanteo (21-18, m. 8). Pero cometieron la imprudencia de parpadear y entraron en la boca del lobo. Las manos r¨¢pidas y la intensidad de la defensa madridista desencadenaron una tormenta de contragolpes que destartal¨® a todas las fichas verdes sobre el tablero. Mejri dio relevo al meritorio trabajo de Bourousis y desat¨® la furia de los blancos con un mate de concurso. Como si del pistoletazo de salida se tratara, todos sus compa?eros le siguieron a la carrera. Dani D¨ªez tom¨® impulso, Llull luci¨® potencia y Mirotic punter¨ªa. Entre todos, completaron un parcial de 13-0 del que ya no se recuperar¨ªa el conjunto lituano (34-18, m. 19).

Sali¨® Jasikevicius a intentar remendar el descosido del Zalgiris y, con un par de triples, pareci¨® capear el temporal. Pero, para entonces, el Madrid ya estaba desatado. Como de costumbre, Sergio Rodr¨ªguez se sum¨® a las operaciones en el segundo cuarto y, a golpe de suficiencia y pases geniales, abati¨® al rival, cerr¨® el partido e inaugur¨® otro baile. A las cinco asistencias que hab¨ªa repartido Llull en el primer acto, El Chacho sum¨® otras seis en el segundo y, abrumados por el despliegue de fundamentos de ambos bases sobre la pista, los de Stombergas presentaron la dimisi¨®n (60-37, m. 20).

La rotaci¨®n de Laso ten¨ªa dos bajas sensibles: la de Draper (que estar¨¢ un mes fuera por una fractura en el primer dedo del pie derecho) y la de Carroll (que apura la recuperaci¨®n del esguince en el tobillo izquierdo que sufri¨® en la Copa), pero haciendo de la necesidad virtud y con varias soluciones para cada problema, el t¨¦cnico vitoriano gestion¨® de forma novedosa los minutos diversificando roles y ensayando experimentos. En el arranque del tercer cuarto (habitual territorio Draper), Llull ejerci¨® de base, Rudy de dos y Mirotic ¡®debut¨®¡¯ como tres (la que podr¨ªa ser su posici¨®n en la NBA), con Felipe y Bourousis resguardando la pintura a lo grande. Todo sali¨® bien. No decay¨® la intensidad defensiva ni el acierto ante el aro de otro rival desdibujado hasta el anonimato.

Rudy Fern¨¢ndez, con 13 puntos en el tercer cuarto, y Llull, con dos triples estratosf¨¦ricos (suma un 61% de acierto en los ¨²ltimos 10 partidos), sellaron el imponente 92-50 con el que se cerr¨® ese periodo. En el Zalgiris, la impotencia vest¨ªa de paisano; en el Madrid, la excelencia lo hac¨ªa de esmoquin. Aparecieron los alley-oops de Sergio Rodr¨ªguez con Slaughter y los ooooohhhhhs en las gradas, los ataques en manada, las canastas de Globetrotters y la magia hecha baloncesto. Los entusiasmados parroquianos se dedicaron a homenajear, uno por uno, con sus c¨¢nticos a todos los componentes de la plantilla y a Laso y el t¨¦cnico concedi¨® tres minutos de recreo al canterano Alberto Mart¨ªn. La ¨²ltima jugada, con Mejri subiendo el bal¨®n, haciendo un dribling, dando un pase por la espalda y culminado el contragolpe con otro mate de p¨®ster tras la novena asistencia del Chacho, resumi¨® lo admirable del espect¨¢culo. Todo el Palacio cant¨® las cuarenta.