El juego se aleja del Bar?a

Al Bar?a se le ha puesto cara de enfermo desde que fue abatido por el Valencia y perdi¨® el norte en San Sebasti¨¢n. A ratos juega bien y por momentos mal y hasta muy mal. Aunque no tiene chispa y no prende el f¨²tbol, falto de alegr¨ªa y confundido, convierte cada partido en un ejercicio de supervivencia, ayer resuelto favorablemente por el car¨¢cter inofensivo del Almer¨ªa. El desconcierto es may¨²sculo cuando quedan tres semanas para la visita al Bernab¨¦u. El equipo se ha contagiado del des¨¢nimo de muchos barcelonistas, incapaces de saber qu¨¦ le pasa a Messi, qu¨¦ fue de Neymar, por qu¨¦ no reacciona Martino o a qu¨¦ vino la dimisi¨®n de Rosell. La afici¨®n ya no aguant¨® m¨¢s y despu¨¦s del descanso se puso a abuchear a sus jugadores. Necesitaron los azulgrana de un c¨®rner remachado por Puyol para cantar victoria.

Apesadumbrados los delanteros y sin solidez para gobernar la contienda, con o sin pelota, el Barcelona se encomend¨® a la gallard¨ªa de su central, a la sensatez de Xavi y al esforzado Alexis para ganar una contienda que tuvo tics de aut¨¦ntico thriller hasta su tramo final, cuando los capitanes la cerraron con dos goles tan sorprendentes como las pifias continuas de Neymar en el tiro, incapaz de enfocar al portero, seguramente atormentado por las portadas que hablan del precio de su fichaje y no de sus goles. Al brasile?o y al Bar?a les pesa la presi¨®n, la p¨¦rdida de 10 puntos sobre 21 en los ¨²ltimos partidos y tambi¨¦n la dificultad para saber cu¨¢l es su alineaci¨®n buena, su versi¨®n definitiva, sus posibilidades para optar al t¨ªtulo de Liga.

Al abrigo del Camp Nou, por m¨¢s despojadas que est¨¦n las gradas (58.930 espectadores para 98.000 plazas de aforo) en tiempos de refer¨¦ndum para el nuevo estadio, se plant¨® ayer el Bar?a con tres delanteros y no con un doble pivote ni cuatro centrocampistas, como en Anoeta y Manchester. La noche invitaba al atrevimiento despu¨¦s del empate que se hab¨ªa registrado poco antes en el Calder¨®n. Nadie apostaba por un equipo que perdi¨® en sus seis visitas al feudo azulgrana como el Almer¨ªa (301 euros a 1). El encuentro parec¨ªa consecuentemente un caramelo para el Barcelona. Al final, durante unos cuantos minutos, se convirti¨® en un calvario para el Bar?a.

El desconcierto es may¨²sculo a tres semanas para la visita al Bernab¨¦u

Los azulgrana han perdido finura y sentido del juego colectivo y contin¨²an penando en las jugadas de estrategia, especialmente en los c¨®rners, tanto da que juegue Puyol (392 partidos por 391 de Migueli) como Piqu¨¦, como se constat¨® en el gol de Trujillo: van ocho tantos encajados de esa manera. Mantienen, por el contrario, su fogosidad e intensidad cuando precisan reivindicarse despu¨¦s de una derrota, y cuentan con solistas como Messi. El 10 transform¨® un libre directo desde fuera del ¨¢rea con un tiro de rosca excelente, de una gran plasticidad, fenomenal. El gol lleg¨® en el momento oportuno para el Bar?a, despu¨¦s de que Alexis hubiera embocado un rechace de Esteban a tiro de Cesc: 1-0. Atacaba mucho el Bar?a, sobre todo con Alves, y se anunciaba una goleada cuando en un saque de esquina Vald¨¦s tom¨® el 2-1.

Neymar fall¨® continuamente en el tiro, incapaz de enfocar al portero

El Bar?a no acababa de ligar el f¨²tbol, impreciso en las asociaciones y combinaciones, aceptable por lo dem¨¢s en valores convencionales como el inter¨¦s y el ritmo. Al juego le faltaba un punto de pausa, una l¨ªnea de pase m¨¢s aseada, tambi¨¦n fluidez y un mayor equilibrio porque el Almer¨ªa respond¨ªa con un c¨®rner a cada tres llegadas del Barcelona. Ning¨²n futbolista azulgrana simboliz¨® mejor la falta de acierto que Neymar. El brasile?o quiso convertir cada pelota que toc¨® en la jugada del partido. Neymar enfrentaba al lateral, al central, al Almer¨ªa entero, a todo el mundo si era menester, empe?ado en justificar su precio y compatibildiad con Messi, que lleva seis jornadas consecutivas dejando un gol. El 11 se equivoc¨® y expres¨® la falta de contundencia del Barcelona.

El encuentro se fue enfriando y despu¨¦s enmara?ando por la falta de autoridad del Bar?a. El descanso le sent¨® muy mal a los muchachos de Martino, parados y apagados en el Camp Nou. El equipo caminaba, como si se le hubiera olvidado jugar a f¨²tbol, irreconocible en ataque y vulnerable en el repliegue, m¨¢s c¨®modo en la recuperaci¨®n que en la elaboraci¨®n. Aunque Xavi garantiza el orden alrededor de la pelota, no hab¨ªa quien enfocara a Esteban, por m¨¢s participativo que estuviera Alexis, generoso en el desmarque, pichichi en un equipo desfigurado (16 goles). El cuadro barcelonista se descosi¨® tanto que la hinchada acab¨® por pitar sin reparos despu¨¦s que Neymar defendiera una pelota como lateral izquierdo a la sombra de Vald¨¦s. El desplome fue sobrecogedor ante un Almer¨ªa valiente con las sustituciones de Francisco.

No reaccionaba Pautasso, igual de paralizado que el sancionado Martino, incapaces de corregir al equipo en la derrota y en la victoria, como si no hubiera nadie en el banquillo del Bar?a. Hasta que a falta de ocho minutos para el final en un c¨®rner botado por Xavi, Messi cabece¨® al larguero y Puyol recogi¨® el rechace para batir a Esteban. El cuarto gol de Xavi ya se dio por descontado, tras del 3-1, ya con Pedro e Iniesta en la cancha y el Camp Nou m¨¢s calmado. Nadie preguntaba por Madrid sino por el partido del s¨¢bado en Valladolid.