¡°Arrepentirme no sirvi¨® de nada¡±

"Arrepentirme de lo que hice ha sido como enterrarme en vida". Mois¨¦s Due?as, exciclista profesional, dio positivo por EPO durante el Tour de Francia de 2008. Confes¨® entonces que se dopaba y decidi¨® colaborar con las autoridades detallando su experiencia. "No me sirvi¨® de nada. Me tuve que recalificar como ciclista amateur y ahora intento pagar mi casa", relat¨® ayer el salmantino, de 31 a?os, en un debate organizado por la Agencia Espa?ola de Protecci¨®n para la Salud, en la Facultad de Deportes de la Polit¨¦cnica. El coloquio cont¨® adem¨¢s con la presencia de Enrique G¨®mez-Bastida, presidente de la Agencia Antidopaje; Mikel Zabala, exciclista profesional y actual director del equipo Movistar; y el fil¨®sofo Reyes Mate, y fue moderado por Carlos Arribas, periodista de EL PA?S. En el aire, una pregunta: "?Por qu¨¦ en Espa?a no hay deportistas arrepentidos?".

Seg¨²n G¨®mez-Bastida, la respuesta es la falta de garant¨ªas legales a la que se enfrentan los arrepentidos. "Necesitamos un marco de seguridad jur¨ªdica para aquellos que den el paso de confesar y colaborar", se?al¨®. A ese vac¨ªo legal se suma el sentimiento de injusticia que propician casos como el de Due?as. "No puede ser que queden impunes algunos culpables y los que colaboran sufran las consecuencias", incide Bastida, para quien el dopaje, adem¨¢s, genera una lucha paralela: el rechazo al que se enfrenta el arrepentido dentro de su propio entorno.

Muchos compa?eros me consideran un apestado. Algunos amigos desaparecieron Mois¨¦s Due?as, exciclista profesional

"Muchos de mis compa?eros me consideran un apestado", explica Due?as con amargor. Su historia, casi ¨²nica en el ciclismo espa?ol ¡ªsolo otro excorredor, Jes¨²s Manzano, denunci¨® libremente en 2004 pr¨¢cticas de dopaje¡ª, ilustra otra de las consecuencias de revelar esta situaci¨®n il¨ªcita. "Despu¨¦s del proceso, algunos amigos desaparecieron", recuerda. "Has dado positivo y adem¨¢s has colaborado. Se vuelve todo una pesadilla".

A¨²n rige una cierta ley del silencio, opinan los ponentes, que proh¨ªbe hablar de lo que pasa dentro del pelot¨®n. "Es el sistema. Hay una falta de sentimiento de culpa, un 'hago lo que hacen todos", argumenta Mikel Zabala; "estos c¨®digos vienen de lejos, de los a?os noventa, cuando el dopaje vivi¨® su ¨¦poca dorada".

La sensaci¨®n, aunque vigente todav¨ªa para los oradores, se percibe de otra forma en la actualidad. "Las cosas han cambiado. Corredores, directores y m¨¦dicos, que antes se cre¨ªan gur¨²s, est¨¢n m¨¢s concienciados. Hay que seguir con mano dura, porque, si no, volver¨ªa la barra libre", indica Zabala.

Vivimos una enorme hipocres¨ªa social en una sociedad consumista que quiere deporte ag¨®nico y heroico Reyes Mate, fil¨®sofo

"Tenemos que conocer el pasado para prevenir el presente. Nosotros no somos perseguidores, solo miramos por y para el deporte", explica Bastida, que entiende el dopaje como algo m¨¢s que una lacra personal. "Es un sistema fraudulento que altera el desarrollo de las competiciones. La lucha contra el dopaje, como muchos creen, no se acaba en el ¨²ltimo control de la ¨²ltima etapa de una carrera".

Para Reyes Mate, culpa y responsabilidad tienen que ser valores intr¨ªnsecos en el deporte. "Vivimos una enorme hipocres¨ªa social en una sociedad consumista que quiere deporte ag¨®nico y heroico", analiza. El pensador, que cree que no se pueden pedir esfuerzos sobrehumanos y exigir juego limpio a la vez, aboga por la revisi¨®n continua. "Las leyes tienen que ser flexibles. Las que son de punto final solo garantizan la barbarie y la inmoralidad", puntualiz¨®.

La clave para Due?as, el corredor que perdi¨® m¨¢s de lo que gan¨® al confesar, est¨¢ en la educaci¨®n. "Hay que ense?ar y las cosas ir¨¢n cambiando. Todo puede cambiar". ?l hizo lo que hizo y, para Reyes Mate, fue una "especie de h¨¦roe" que abri¨® el camino. Cuando le preguntan si volver¨ªa a actuar igual, es contundente: "Lo har¨ªa. Pero lo har¨ªa de otra manera".