El tormento de los atl¨¦ticos

La voz del ni?o resonaba en el and¨¦n atestado de viajeros de la estaci¨®n de Alonso Mart¨ªnez. ¡°?A Cristiano hay que ponerle dos t¨ªos!¡±, dec¨ªa, envuelto en su bufanda rojiblanca. ¡°?Dos t¨ªos! ?Siempre!¡±. La l¨ªnea 5 de Metro, la que pasa por el Calder¨®n, mal provista de trenes ayer a falta de una hora para el partido, era un hervidero de seguidores del Atl¨¦tico. Muchos de ellos iban preocupados. Ten¨ªan en la mente el amargo recuerdo de los goles recibidos de Cristiano en los ¨²ltimos a?os. Algunos, fabricados de la nada. Un palmo le hab¨ªa bastado al delantero portugu¨¦s para recibir, armar la pierna, y soltar disparos terribles hacia la lejana porter¨ªa. Como en el gol que hizo en el derbi de la primavera de 2012, que encauz¨® el campeonato. Como el remate que intent¨® en la primera parte del partido de este domingo, en plena zozobra madridista, cuando enganch¨® el bal¨®n a 35 metros del arco y sac¨® un trallazo. La pelota acab¨® fuera pero alert¨® sobre la situaci¨®n. Cristiano no hab¨ªa recibido apenas un pase. Juanfran, God¨ªn y Su¨¢rez le hab¨ªan apretado hasta sacarlo pr¨¢cticamente del encuentro. Pero cuando encontr¨® un metro y le dejaron recibir estuvo a punto de sacudir la red y dejar mudo al estadio.

Los jugadores madridistas tuvieron muy pocas ocasiones de destacarse. Cristiano no fue la excepci¨®n. Juanfran le dej¨® su marca en una acci¨®n frente al banquillo local. El goleador se qued¨® tendido, toc¨¢ndose la rodilla, con la se?al sanguinolenta del roce de un taco en la piel. Simeone, de pie en la zona t¨¦cnica, se volvi¨® hacia Ancelotti pidi¨¦ndole el cambio. Una iron¨ªa del entrenador rojiblanco, tal vez. Una broma. Cristiano se levant¨® pero casi no entr¨® en juego. Mientras al Atl¨¦tico le quedaron energ¨ªas para ocupar todos los carriles de acceso a su porter¨ªa ni Cristiano ni Bale encontraron espacios.

Benzema fue el mejor atacante del equipo blanco, el que se deshizo mejor de los marcajes

Benzema fue el mejor atacante del Madrid. El franc¨¦s se mostr¨® m¨¢s inteligente que ninguno para bajar entre l¨ªneas a ofrecerse y aguantar la pelota para procurar que sus compa?eros se agruparan. Ninguno de los madridistas se deshizo con m¨¢s frecuencia de la pegajosa persecuci¨®n de los hombres de Simeone ni encontr¨® m¨¢s soluciones a los problemas que plante¨® el partido. El primer gol sintetiz¨® el acierto de Benzema. El primer gol siempre es el m¨¢s dif¨ªcil y en el ¨²ltimo derbi este tanto tuvo un peso especial. Su desmarque por detr¨¢s de la defensa, a la salida de un c¨®rner a favor, tuvo la cadencia de los movimientos que hacen los expertos. El gol (0-1) fue el primero que el franc¨¦s le hizo a Courtois despu¨¦s de ocho partidos. Fue un premio. Un premio que el Madrid no supo defender.

Probablemente sean pocos los hinchas que recuerden el gol de Benzema. La memoria se les enturbiar¨¢ con lo que vino despu¨¦s, con la lluvia, con el jaleo, con las extravagantes decisiones arbitrales, con la remontada rojiblanca. Finalmente, el gol de Benzema quedar¨¢ sepultado bajo el peso del gol de Cristiano en el minuto 82. Esa aparici¨®n de la nada, despu¨¦s de una hora en la sombra, para enganchar un centro que no pudo controlar Bale y dirigir el bal¨®n a la red. El 2-2, que vale un punto, y afianza a Cristiano en las pesadillas de los atl¨¦ticos.