Tom Finney, el fontanero m¨¢s elegante del f¨²tbol ingl¨¦s
Fiel a un ¨²nico equipo, el Preston, su juego limpio y eficaz le convirti¨® en un s¨ªmbolo deportivo del balompi¨¦ brit¨¢nico
Comparar el f¨²tbol actual con el de los a?os cincuenta es un ejercicio absurdo e inservible. Son universos completamente opuestos. En el deporte hiperprofesionalizado de ahora no habr¨ªa sitio para un fontanero que en sus ratos libres da patadas a un bal¨®n. A pesar del amateurismo imperante en la ¨¦poca, Tom Finney, fallecido el 14 de febrero pasado a los 91 a?os, se gan¨® el reconocimiento de h¨¦roe, y eso que solo era un humilde futbolista de Preston que triunfaba en el terreno de juego cuando finalizaba su jornada reparando fugas de agua en domicilios y oficinas.
Finney era conocido como El Fontanero de Preston por razones obvias: compagin¨® oficio y f¨²tbol en sus primeros a?os en los terrenos de juego. No son pocos los expertos que afirman que Finney es el mejor y m¨¢s completo jugador que han visto. Entre ellos est¨¢ Bill Shankly, legendario entrenador del Liverpool, que fue su compa?ero en el Preston: ¡°Habr¨ªa sido grande en cualquier ¨¦poca¡±. Los que le vieron jugar afirman que era un ejemplo de elegancia y exquisitez t¨¦cnica y t¨¢ctica. Adem¨¢s, era todo un caballero: nunca fue amonestado.
Tom Finney fue todo un s¨ªmbolo en las islas brit¨¢nicas, pero no deja de ser un desconocido fuera de ellas. Uno de los motivos fue la II Guerra Mundial, que se cruz¨® en su camino cuando su carrera despegaba. La lealtad a su club, el Preston, un equipo que habitualmente merodeaba en los puestos bajos y medios de la tabla, tambi¨¦n hizo que su nombre no suene como uno de los grandes. Pero quiz¨¢ el hecho que m¨¢s eclips¨® la carrera de Finney fue la coincidencia en el tiempo con uno de los mayores mitos del f¨²tbol ingl¨¦s: Stanley Matthews.
El Arsenal y el Bolton Wanderers dominaban el balompi¨¦ de posguerra en las islas, pero las dos estrellas jugaban en peque?os equipos del noroeste de Inglaterra. Matthews defend¨ªa la camiseta del Blackpool y Finney la del Preston. Jugaban en la misma posici¨®n, extremo derecho, pero eran muy distintos. Matthews destacaba por su el¨¦ctrico regate, siempre pegado a la l¨ªnea de banda; Finney era un jugador m¨¢s vers¨¢til y completo, remataba, asist¨ªa, manejaba al equipo.
La prensa de la ¨¦poca intent¨® enfrentarles, pero los dos mitos siempre tuvieron una relaci¨®n ejemplar. Incluso Matthews equipar¨® a Finney en su autobiograf¨ªa con los m¨¢s grandes seg¨²n ¨¦l: Pel¨¦, Maradona, Best y Di Stefano. A pesar de jugar en la misma posici¨®n, las dos estrellas defendieron juntos la camiseta inglesa en 21 ocasiones. Finney deb¨ªa respetar los galones y desplazarse a la banda izquierda, cosa que no le era extra?a ya que era zurdo. En total, Tom Finney jug¨® 76 veces con la selecci¨®n y marc¨® 30 goles.
Tom Finney naci¨® en Preston en 1922. A pesar de ser un ni?o d¨¦bil y enfermizo, a los 14 a?os llam¨® la atenci¨®n del equipo local. Su padre no le permiti¨® desatender sus obligaciones como aprendiz de fontanero y el chico entrenaba cuando finalizaba su jornada. La guerra estall¨® cuando estaba a punto de debutar como profesional. Los campeonatos oficiales se suspendieron y Finney fue llamado a filas en 1942. Fue destinado a Egipto, bajo las ¨®rdenes de Montgomery. En ?frica sigui¨® jugando al f¨²tbol en el equipo del Ej¨¦rcito, que disputaba pachangas contra conjuntos locales. La paz le pill¨® en Italia y sus habilidades como fontanero le llevaron de vuelta a Inglaterra para las labores de reconstrucci¨®n.
Su debut profesional se produjo finalmente en agosto de 1946 y fue el inicio de una carrera estelar de 14 a?os, todos con el Preston. Un ejemplo de lealtad que no era extra?o por aquel entonces. Era la ¨¦poca de los salarios m¨¢ximos de 20 libras semanales y los contratos indefinidos con el club. Finney siempre permaneci¨® en Preston, aunque en 1952 la tentaci¨®n lleg¨® de Italia en forma de rutilante oferta econ¨®mica. Un noble siciliano ofreci¨® 10.000 libras al jugador por firmar con el Palermo y un salario de 130 semanales, adem¨¢s de pluses como casas y coches. El club rechaz¨® el traspaso, sabedor de que sin su estrella el futuro de su equipo era negro. Cosa que se comprob¨® con su retirada en 1960: el Preston descendi¨® y nunca m¨¢s volvi¨® a la ¨¦lite.
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