¡°As¨ª soy un jugador normal¡±

Una derrota dolorosa en la tercera ronda del Masters 1000 de Indian Wells (6-3, 3-6 y 7-6 ante Dolgopolov) llev¨® a Rafael Nadal a reflexionar sobre lo que separa al jugador normal del genial. ?l, que es el n¨²mero uno y defend¨ªa el t¨ªtulo, cedi¨® tras firmar un ejercicio gris, que le vio lamentar m¨¢s errores no forzados que ganadores (23 a 17) y competir sin mordiente en el drive ni capacidad de desborde desde el fondo de la pista. Mejorado en el servicio pese a los tres breaks que concedi¨® en la primera manga, el campe¨®n de 13 grandes se neg¨® a utilizar los dolores de espalda que padece desde la final del Abierto de Australia como explicaci¨®n para la derrota en un duelo en el que mand¨® 4-2 y saque en el tie-break decisivo. Meditabundo tras capitular, el espa?ol hizo autocr¨ªtica para explicar las razones que le hab¨ªan llevado a caer contra el n¨²mero 31 y en su torneo fetiche sobre cemento, donde no perd¨ªa antes de semifinales desde 2004.

¡°Olvid¨¦monos de la espalda. No quiero hablar m¨¢s de ella porque est¨¢ bien. Las malas sensaciones estuvieron en mi drive y en mi rev¨¦s. Consegu¨ª los breaks suficientes para ganar el partido, pero no fui lo suficientemente s¨®lido desde la l¨ªnea de fondo¡±, explic¨® el mallorqu¨ªn, cuyo pr¨®ximo torneo deber¨ªa ser el Master 1000 de Miami (desde el 22). ¡°(...) No fui a por los puntos. Comet¨ª demasiados errores. Cuando juegas con alguien como Dolgopolov, la forma de pararle y molestarle es la solidez, jugar largo y con altura [que la bola pique mucho]¡±, describi¨®. ¡°Cuando juego una bola alta y me devuelven una pelota corta, apuesto por ganar el punto disparando un ganador o una bola que me abra la pista. (...) Si no hago eso, me convierto en un jugador realmente muy normal. Ya no soy un gran jugador. Lo soy cuando hago esas cosas, y en los ¨²ltimos dos d¨ªas no las he hecho¡±.

Nadal no quiso poner el acento en la espalda, pero los fantasmas que le rondan la cabeza ¡ª ?volver¨¦ a quedarme clavado, como en Melbourne? ?fue eso algo epis¨®dico, o hay una dolencia de base?¡ª han acabado por afectar a todo su juego. Igual que un virus, los problemas con el saque se han extendido al resto de su juego. El drive ha perdido filo. El rev¨¦s, consistencia. Falta chispa en las piernas. Sin un servicio que le d¨¦ ox¨ªgeno, el n¨²mero uno intenta sobrevivir con bolas altas que provoquen el fallo del contrario. Poco para su fant¨¢stico nivel de principios de curso y para el dorsal que defiende, por mucho que le sobren hambre y deseo, como demostr¨® al romper en blanco el saque de Dolgopolov cuando este sac¨® por el encuentro (5-3). ¡°Voy a descansar e intentar estar fresco mentalmente para Miami¡±, dijo Nadal, que emborron¨® en California su excepcional inicio de temporada (tres finales, para dos t¨ªtulos).

Ahora espera Miami. Luego, la gira europea de tierra. En medio, la meta de limpiar el juego, recuperar la claridad y volver a la senda que pis¨® con paso seguro hasta que lleg¨® el latigazo en la espalda de Melbourne. Otro reto para un tenista acostumbrado a escalar con ¨¦xito los Himalayas m¨¢s dif¨ªciles.