Larrivey saca al Rayo del caj¨®n

Cuanto peor pintaba la escena, la fe del Rayo crec¨ªa. Como la de J¨¦mez, que asemej¨¢ndose a No¨¦ y el diluvio, de vuelta ahora en el cine, segu¨ªa fiel a su compromiso con el buen juego. Como si la situaci¨®n en la tabla no fuera un argumento suficientemente s¨®lido para replantearse el libreto. Tres victorias consecutivas han venido a conformar un arca en la que el Rayo ha conseguido escapar del descenso, lugar donde ha habitado 21 de las 28 jornadas de Liga, las ¨²ltimas 12 de manera consecutiva. Y lo hace precisamente tras derrotar a un rival de la cuerda, como el Almer¨ªa, al que mete de lleno en la lucha por la supervivencia en un grupo en el que cada jornada se re¨²nen m¨¢s equipos.

En la victoria del Rayo sobresali¨® la figura de Larrivey. El delantero se ha convertido en la figura que mejor encarna la resurrecci¨®n de un equipo confiado en s¨ª mismo. El argentino ha marcado cuatro goles en las tres ¨²ltimas victorias, y ha encandilado a una grada que corea su nombre cada vez que toca el bal¨®n.

Fue Bueno, sin embargo, quien adelant¨® a los locales con un cabezazo en un saque de esquina lanzado por Iago Falqu¨¦, otro de los jugadores que ha revitalizado ofensivamente al Rayo. Tras el gol, el Almer¨ªa, f¨ªsicamente capaz de mantenerle el ritmo a un partido de ida y vuelta, se desinfl¨® en el marcaje.

As¨ª lleg¨® el primer tanto de Larrivey, que solo tuvo que empujar a la red un centro raso de Falqu¨¦ desde la izquierda. Reaccion¨® pronto el Almer¨ªa gracias a un buen disparo desde la frontal del ¨¢rea de Soriano, que volv¨ªa a conectar a los andaluces al partido. Los de J¨¦mez, fieles a su comprensi¨®n del juego, ralentizaron el ritmo para dar una salida clara al bal¨®n y tratar de detener el empuje andaluz. Algo a lo que contribuy¨® definitivamente un nuevo tanto de Larrivey, esta vez tras recibir una asistencia de Jonathan Viera.

Si la afici¨®n del Rayo, en contra de lo que habitualmente sucede cuando los resultados no llegan, hubiera abandonado a su suerte al equipo, la alegr¨ªa rebosante del estadio de Vallecas no servir¨ªa para ilustrar de la manera m¨¢s expl¨ªcita posible que la convicci¨®n de su t¨¦cnico, unida a la aparici¨®n de una nueva referencia, no eran los desvar¨ªos de un iluminado. En las dos pr¨®ximas jornadas se medir¨¢ a Valladolid y Osasuna, otros rivales directos en la lucha por la supervivencia. Ante ellos podr¨¢ comprobar si lo levantado hasta ahora sigue resistiendo. En Vallecas est¨¢n convencidos.