Maldito recreo
El Madrid vuelve a sacudir al Schalke, pero un partido distendido queda marcado por la grav¨ªsima lesi¨®n de Jes¨¦ Cristiano y Morata, goleadores con un gran Bale como asistente
Lo que iba a ser un juego de ni?os lo fue para Cristiano, pero acab¨® mal para uno de ellos. De sopet¨®n, cuando el partido ni hab¨ªa espabilado, a Jes¨¦ le atropell¨® un tr¨¢iler llegado de Bosnia que pareci¨® todo un convoy. Kolasinac, lateral zurdo del Schalke, sobrecarg¨® al halag¨¹e?o jugador canario y, para mayor desgracia, el corpach¨®n del bosnio, por encima de los 80 kilos, cay¨® sobre la rodilla derecha del madridista. El diagn¨®stico, pesadumbre total: el ligamento cruzado astillado. Una baja para unos seis o siete meses como m¨ªnimo. Y justo cuando, a sus 21 a?os, el chico estaba m¨¢s cerca que nunca de la gloria. A su edad, y con su p¨¦treo forro muscular, Jes¨¦ tiene retorno. Cabe esperar con optimismo que lo suyo solo ser¨¢ un par¨¦ntesis. La desdicha de Jes¨¦ retras¨® la puesta en escena del Madrid, que dio la sensaci¨®n de quedar sonado, con la mente en el compa?ero desventurado. Y con todos en alerta, por si acaso alguien m¨¢s met¨ªa la pata.
MADRID, 3-SCHALKE, 1
Real Madrid: Iker Casillas; Nacho, Varane, Sergio Ramos (Carvajal, m. 69), Coentr?o; Illarramendi, Xabi Alonso (Casemiro, m. 46), Isco; Jes¨¦ (Bale, m. 8), Morata y Cristiano Ronaldo. No utilizados: Jes¨²s Fern¨¢ndez; Pepe, Marcelo y Di Mar¨ªa.
Schalke: F?hrmann; Hoogland, H?wedes (Papadopoulos, m. 58), Matip, Kolasinac; Ayhan (Annan, m. 80), Neust?dter; Obasi, Draxler, Meyer; y Huntelaar (Szalai, m. 46). No utilizados: Hildebrand; Max, Goretzka y Boateng.
Goles: 1-0. M. 21. Cristiano Ronaldo. 1-1. M. 31. Hoogland. 2-1. M. 74. Cristiano Ronaldo. 3-1. M. 75. Morata.
?rbitro: Sergei Karasev (Rusia). Amonest¨® a Illarramendi y Papadopoulos.
Unos 75.000 espectadores en el estadio Santiago Bernab¨¦u.
En un duelo que ya de por s¨ª presagiaba algo parecido a un partidillo, fue el relevo del canario el primero en enchufar a un Madrid sobrecogido, ensimismado. Bale meti¨® el turbo, Morata le dio carrete en la jugada en el balc¨®n del ¨¢rea y el gal¨¦s asisti¨® a Cristiano, que no discute con el gol ni en los encuentros de romer¨ªa. Muy meritoria la acci¨®n de Morata, que aguant¨®, se gir¨® y dispuso al gal¨¦s frente a la porter¨ªa. Y sobresaliente el de Cardiff, que favoreci¨® a CR con la pierna derecha. Bale, de lo mejor del Madrid hasta que Isco puso el intermitente y Ronaldo desenfund¨®, no tard¨® en sacar la cadena a Matip, que hab¨ªa perdido la pelota en el medio campo por una torpeza. El exjugador del Tottenham lleg¨® como un cohete al ¨¢rea del conjunto alem¨¢n y, esta vez con el empeine de su poderosa zurda, invit¨® a Morata al gol. A uno de esos tantos que el ariete canterano lleva marcando de carrerilla toda la vida. Pero ya se sabe, el f¨²tbol es un estado de ¨¢nimo y Morata est¨¢ desorientado tras su acuartelamiento de los ¨²ltimos tiempos tras un arranque de curso explosivo. Fue justamente Jes¨¦ quien le tom¨® la delantera como subalterno de ataque. El gol es tan misterioso que hasta abandona a sus mejores alumnos cuando estos pasan por el tobog¨¢n y pierden la relaci¨®n. Morata es un buen delantero en un club de excelencias donde ya antes se extraviaron Negredo o Soldado, por citar a los ¨²ltimos arietes de La F¨¢brica. Al final, como el gol tiene memoria, Morata, fall¨®n en lo suyo, tuvo premio y cerr¨® el marcador. Eso s¨ª, necesit¨® una doble ocasi¨®n en la misma jugada, precedida por un disparo al poste de Ronaldo y otra colaboraci¨®n del omnipresente Bale. Sin Jes¨¦, Morata tendr¨¢ que subir en el escalaf¨®n.
Antes del bingo de Morata, Isco dej¨® su huella, brotes de su gran clase y su aire de aladino cuando se aproxima al ¨¢rea, donde tantos se apagan. Sin alarmas a la vista, con el resultado cerrado desde Gelsenkirchen, el malague?o se liber¨® de la l¨ªnea de tres del medio, con Alonso (luego Casemiro) e Illarra se bastaron para torear al Schalke. A Isco no le van los amarres.
El canario se rompe el ligamento cruzado de la rodilla derecha. Unos seis meses fuera
Con el Madrid a sus anchas, Cristiano se desat¨® y despe?¨® al Schalke, un peso pluma en esta eliminatoria. La jugarreta de Sergio Ramos a su amigo Iker Casillas en el tanto del empate fugaz fue un espejismo. La ida y vuelta han dejado en muy mal lugar al tercer clasificado de la jugosa Bundesliga, y no digamos a su supuesta emergente estrella, Draxler, del que no hubo rastro alguno en Alemania o Chamart¨ªn. Con el Schalke en la Luna, Cristiano fue ya demasiado. Y Bale, que estuvo en todas. Con el 1-1 a¨²n, pele¨® y reba?¨® un bal¨®n en el medio que cay¨® a pies de ese portugu¨¦s que es por s¨ª mismo una marabunta. CR meti¨® marchas, los adversarios fueron doblados uno a uno y al llegar al ¨¢rea tir¨® de gatillo. Su gol n¨²mero 242 con el Madrid en 236 partidos. En cuatro temporadas y media ya est¨¢ en el olimpo blanco, igualado con el legendario Puskas y solo aventajado por colosos como Ra¨²l, Di St¨¦fano y Santillana, todos con una carrera mucho m¨¢s duradera en el Madrid. A¨²n pudo sumar m¨¢s de no haberse estrellado por segunda vez con los postes.
Este tipo no se sosiega ni en jornadas de ali?o. Busca r¨¦cords, adora competir, le gusta el juego y el espect¨¢culo le necesita como cabeza de cartel. Para ¨¦l, para Messi, para futbolistas as¨ª, el cl¨¢sico, por muy cl¨¢sico que sea, puede esperar. Tienen tiempo para todo. Demostrado qued¨® en Chamart¨ªn, donde si para Cristiano Ronaldo no hay recreo que valga, para Jes¨¦ fue maldito el dichoso patio.
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