L¨¢grimas negras en Miribilla
Para ver llorar a un campe¨®n del mundo (?lex Mumbr¨²), a un exNBA (Ra¨²l L¨®pez), a dos campeones de la ACB (Hervelle, Grimau), hay que esperar a una derrota significativa, para llorar por desconsuelo, o a un homenaje (ya en desuso) para hacerlo por emoci¨®n. Tipos hechos y derechos, con la biograf¨ªa repleta de sabores y sinsabores, lloraron en Miribilla l¨¢grimas negras junto a 10.000 aficionados que se mov¨ªan en el estrecho alambre que separa la rabia de la decepci¨®n, dos sensaciones unidas por un mismo destino: hoy comienza una huelga que puede ser el principio del fin del baloncesto de ¨¦lite en Bizkaia. ?Por qu¨¦? Porque no hay dinero y porque la t¨¢ctica de huir hacia adelante ten¨ªa que romperse tarde o temprano. A cada vendaval econ¨®mico respond¨ªa el Bilbao Basket, de la mano de Gorka Arrinda, su due?o y precursor, con un ¨®rdago a la mayor presuponiendo que las instituciones no iban a defraudar a miles de aficionados y votantes. Y as¨ª fue durante a?os cuando conviv¨ªan el patrocinio privado y las ayudas p¨²blicas o cuando la Diputaci¨®n cerraba los ojos ante la deuda fiscal. A cada rev¨¦s econ¨®mico respond¨ªa el gestor del Bilbao Basket con un reforzamiento del equipo que elevase la ilusi¨®n y, por tanto hiciera m¨¢s dif¨ªcil el desahucio institucional. La t¨¢ctica estaba importando del movimiento sociol¨®gico del f¨²tbol, con aquellas manifestaciones ciudadanas tras el plan de saneamiento a las que se rindieron las m¨¢ximas instituciones p¨²blicas en una chapuza nacional de la que a¨²n siguen presas.
El error consisti¨® en considerar el f¨²tbol como un referente del baloncesto
El error consisti¨® en considerar el f¨²tbol como un referente del baloncesto, y m¨¢s a¨²n en Bizkaia, con el Athletic como monocultivo emocional y econ¨®mico. El entorno econ¨®mico hizo el resto. Cuando la crisis azot¨® a todos, el Bilbao Basket era un gigante en miniatura: deportivamente grande, institucionalmente peque?o. La huida hacia adelante acab¨® como Telma y Louise, con el precipicio delante y la polic¨ªa detr¨¢s: sin salida. Y par¨® en seco. Una temporada sin cobrar, y con atrasos pendientes de la temporada anterior es una losa demasiado grande, m¨¢s a¨²n cuando el patrocinio ya no se considera filantrop¨ªa sino un lujo que, obviamente, est¨¢ mal visto.
El caso del Blbao Basket no es sino un eslab¨®n en la cadena. El Euskaltel que naci¨® desde la Diputaci¨®n Foral, con el apoyo m¨¢s emocional que econ¨®mico de los aficionados, tambi¨¦n ha sucumbido a los nuevos tiempos. La idea del socio del ciclismo era tan rom¨¢ntica como ineficiente. Al final, la falta de patrocinador tambi¨¦n ha devorado al equipo m¨¢s longevo del ciclismo espa?ol en los ¨²ltimos tiempos (aunque ahora ha resucitado con los ojos entornados m¨¢s que abiertos). El balonmano, que tuvo en el Barakaldo en Bizkaia a un digno representante en la Liga Asobal hoy es un honorable vestigio que mantiene un rescoldo casi an¨®nimo. Lo mismo le ocurri¨® al Bidasoa de Ir¨²n (entonces Elgorriaga), campe¨®n incluso de Europa, que hoy resiste en la m¨¢xima categor¨ªa con un papel tan digno como secundario. El propio Gipuzkoa Basket estuvo al borde de la desaparici¨®n hace muy poco aquejado de los mismos males.
Curiosamente todo coincide con un resplandor del f¨²tbol en Euskadi, a trav¨¦s de las buenas campa?as del Athletic y la Real Sociedad, en Primera, y la magn¨ªfica trayectoria del Eibar en Segunda Divisi¨®n. Pero en muchos de los casos de declive (incluido el f¨²tbol cuando ha llegado el caso) tambi¨¦n se ha producido una gesti¨®n cuando menos manifiestamente mejorable, guiada por la convicci¨®n de que solo entre la ¨¦lite los equipos tienen futuro. El esfuerzo personal de los jugadores del Bilbao Basket ha sido encomiable: ha prevalecido la identificaci¨®n con el club, con la ciudad, con el p¨²blico y la buena relaci¨®n que manten¨ªan entre ellos, antes que la decisi¨®n individual sobre su futuro. Pero ante el precipicio han dicho basta: la apuesta no inclu¨ªa el suicidio colectivo. Por eso el domingo en Miribilla lloraron todos l¨¢grimas negras porque como canta Diego el Cigala sintieron que ¡°les hab¨ªan echado en el abandono¡±. A ellos y a los diez mil fieles que un d¨ªa sintieron reconocido su gusto por el baloncesto. Y todo a unos meses del Mundial de baloncesto por el que las instituciones s¨ª han invertido un gran pu?ado de euros para que Bilbao sea la sede de los EE UU, una sede con p¨²blico, pero sin equipo. Una sede hu¨¦rfana. Un desierto de l¨¢grimas negras.
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