L¨ªder en coreograf¨ªa emocional
El Atl¨¦tico sufre para derrotar al Villarreal y Simeone invoca la ayuda de la grada en la defensa del liderato Tras el gol de Ra¨²l Garc¨ªa, los visitantes dominan el encuentro
Desde la esquina, con un c¨®rner cabeceado por Ra¨²l Garc¨ªa y mucha coreograf¨ªa emocional, el Atl¨¦tico gestion¨® y conserv¨® su liderato. Fue dirigida la grada desde el sentimiento por Simeone. Metido en la piel de sus futbolistas, en la lectura de partidos a trav¨¦s del rival y de las se?ales que emiten los suyos, a la hora de juego intuy¨® que su equipo iba a sufrir, que necesitaba de la afici¨®n.
Brazos abiertos, empez¨® a espolear a las gradas, primero incitando al fondo sur, luego a la tribuna de su espalda y luego al fondo norte. Nadie funde a la grada con el equipo como su entrenador. La hinchada reconoce en ese hombre vestido de negro que vive, siente, vibra y padece al equipo y al escudo, sus propios sentimientos. Esta tercera defensa consecutiva del liderato tuvo una mixtura con mucho contraste. Frialdad en la pizarra y coraz¨®n caliente cuando el partido peor pintaba, cuando el manejo de la pelota por parte del Villarreal pod¨ªa generar un desencanto en una tarde en la que el Calder¨®n acogi¨® a 10.000 ni?os, que fueron instruidos en el arte de ganar desde el esfuerzo y tambi¨¦n el sufrimiento.
ATL?TIC0, 1; VILLARREAL, 0
Atl¨¦tico: Courtois; Juanfran, Alderweireld, God¨ªn, Filipe Luis; Mario Su¨¢rez, Koke; Ra¨²l Garc¨ªa, Diego Ribas (Sosa, m. 69), Cebolla Rodr¨ªguez (Tiago, m. 57); y Villa (Adri¨¢n, m. 62). No utilizados: Aranzubia; Ins¨²a, Miranda y Samuel S¨¢iz.
Villarreal: Asenjo; Mario Gaspar, Gabriel, Pantic, Jokic; Bruno Soriano; Joan Rom¨¢n (Aquino, m. 64), Trigueros (Jonathan Pereira, m. 68), Pina, Cani (Moi G¨®mez, m. 81); y Perbet. No utilizados: Juan Carlos; Nahuel, Bl¨¢zquez y Diego Jim¨¦nez.
Gol: 1-0. M. 14. Ra¨²l Garc¨ªa bate a Asenjo con un cabezazo.
?rbitro: Gil Manzano. Amonest¨® a Gabriel, Koke, Ra¨²l Garc¨ªa y Mario Su¨¢rez.
Unos 50.000 espectadores en el estadio Vicente Calder¨®n.
No ha dado tantos pelotazos en los ¨²ltimos dos a?os el Atl¨¦tico como este s¨¢bado en los ¨²ltimos diez minutos. Todos esos ademanes de su entrenador estaban justificados desde esa visi¨®n ag¨®nica que tuvo de que la incertidumbre dominar¨ªa el final del partido. Hac¨ªa tiempo que no se ve¨ªa a tanto aficionado en el Calder¨®n d¨¢ndose la vuelta, mes¨¢ndose los cabellos, mirando al cielo, implorando que no llegara un gol que les descabalgara de la posibilidad de seguir en la pelea por la Liga desde lo m¨¢s alto. Un desv¨ªo de Alderweireld hacia su propia puerta, ya en el descuento, contuvo la respiraci¨®n y puso el coraz¨®n en la boca al grader¨ªo. Entre esa muchachada asistente hubo quien cerr¨® los pu?os y jale¨® el final del partido, como hizo Simeone cuando el silbato de Gil Manzano le asegur¨® que ten¨ªa los tres puntos en el saco.
Vali¨® el gol de c¨®rner, la otra manera con la que el Atl¨¦tico conserv¨® ese primer puesto que defiende desde las entra?as. El recurso desde el bander¨ªn ya es tan habitual como evidente es que el bal¨®n parado es elemento m¨¢s troncal con aquel hist¨®rico equipo del doblete. Fue Ra¨²l Garc¨ªa el que, ayud¨¢ndose de un empuj¨®n a Mario, caz¨® impetuoso un globo a media altura lanzado desde el c¨®rner derecho por Koke. No se hab¨ªa cumplido el cuarto de hora, as¨ª que el l¨ªder se dedic¨® durante m¨¢s de una hora a administrar el resultado y el juego como pudo, sobre todo en esos instantes finales. No ten¨ªa la salida larga que le proporciona Diego Costa y no pudo desplegarse a la contra con la naturalidad con la que lo hace con su rompedor goleador en el campo. Tambi¨¦n porque el Villarreal se empe?¨® en dificultarle las salidas. Ya le encajon¨® en El Madrigal en la primera vuelta y volvi¨® a hacerlo durante muchos minutos en el Calder¨®n. Por entonces Simeone explic¨® que al equipo le falt¨® creatividad para poder estirarse. Una manera de reclamar a Diego. Estaba el mediapunta brasile?o en el campo, pero no el otro Diego, el que quema la hierba cada vez que le ponen un bal¨®n al espacio. Estaban Villa, que trat¨® de hacer da?o con desmarques en corto, y Ra¨²l Garc¨ªa. Ninguno de los dos tiene esa capacidad para estirar al equipo desde la velocidad. Inici¨® Diego el partido en la banda derecha, pero a los diez minutos su t¨¦cnico debi¨® observar debilidad en ese costado y le hizo permutar con premura el puesto con Ra¨²l Garc¨ªa. De alguna manera, la presencia de Diego obliga a El Cholo a jugar con los puntos d¨¦biles que pueden generar su alineaci¨®n.
No dio un paso en balde el equipo de Simeone, ni tampoco uno de m¨¢s para marcharse al ataque. Se midi¨® a un conjunto muy ordenado, desplegado en una l¨ªnea de cuatro, con Bruno como escoba por detr¨¢s de los cuatro centrocampistas, y un ¨²nico delantero, Perbet, de esos que juegan con el cuerpo a la espera de la llegada de la segunda l¨ªnea. Se le impuso Alderweireld, puntual en cada corte por colocaci¨®n. Jug¨® con mucho aplomo el central belga y cuando el partido cobraba visos de partida de ajedrez ejerci¨® de alfil con esos precisos balones en diagonal. Con ¨¦l no hay dudas de que el equipo no baja el nivel cuando tiene que jugar.
Le hizo comprender el Villarreal al Atl¨¦tico que no deb¨ªa perder la cabeza, que enfrente ten¨ªa a un equipo que tambi¨¦n se construye desde su dominio de los espacios. No se descompuso en ning¨²n momento el cuadro de Marcelino, que se hizo con el bal¨®n y el control de la pelota hasta encerrar al l¨ªder y hacerle sufrir. Hizo mucho da?o Pina, un mediocentro liberado entre l¨ªneas para engarzar juego. Con todo, no gener¨® ocasiones claras entre tanta circulaci¨®n, un disparo de Perbet que se fue alto si acaso, pero la amenaza fue constante.
Ni los cambios de Simeone, todos antes de la hora de juego, pudieron librar al Atl¨¦tico de ese sufrimiento y de la intranquilidad. Entr¨® Tiago por el Cebolla, Adri¨¢n por Villa y Sosa por Diego. Tres cambios consecutivos para intentar matar el partido desde una contra que nunca lleg¨®. Solo hubo un disparo de Ra¨²l Garc¨ªa desde la frontal a falta de diez minutos. De ah¨ª hasta el final el partido se le hizo largo a Simeone, a sus jugadores y a la hinchada. Voleones y m¨¢s voleones como s¨ªmbolo de ese sufrimiento ag¨®nico para alejar el peligro a la espera del pitido final m¨¢s agradecido por la grada en lo que va de temporada.
El 14? tanto de c¨®rner
Era el segundo partido del Atl¨¦tico en esta Liga sin Diego Costa y, como en Vigo (donde gan¨® 0-2 con goles de Villa), tambi¨¦n sobrevivi¨® a la ausencia de su goleador. Ra¨²l Garc¨ªa marc¨® su quinto tanto de cabeza en el campeonato, el 14? que anotan los rojiblancos tras un saque de esquina (8 en Liga, 3 en Copa y 3 en Champions), y sostuvo a los suyos al frente de la tabla.
Con su gol al Villarreal, Ra¨²l Garc¨ªa suma 16 y adelanta a Villa (15) como segundo m¨¢ximo artillero del Atl¨¦tico tras Diego Costa (33). Bast¨® el cabezazo del navarro para que los de Simeone se llevaran el partido en otra f¨¦rrea defensa de su ¨¢rea. El Atl¨¦tico ha dejado su puerta a cero en 25 partidos de esta temporada (17 de Liga).
Los rojiblancos alcanzaron as¨ª los 79 puntos en el campeonato (convirti¨¦ndose en el primer equipo que no sea Bar?a o Madrid que logra m¨¢s de 77 en una Liga de 20 equipos) y los 45 en el Calder¨®n (batiendo su r¨¦cord en casa: 44 en 2000-2001, en Segunda, y en 2012-2013).
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