El demonio se viste de blanco
Tras los tiempos de San Pep, las calamidades que ha tenido que soportar el Bar?a ¨²ltimamente recuerdan a las del Santo Job
![Bartomeu vota la reforma del Camp Nou.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/QDVZU3TCXW7Y3CVLW7434TITEU.jpg?auth=be7011a7620a6ae1bd7b27a0d8a6bffaae254c240704eaa4967999b7a718eb99&width=414)
¡°La mente hace su propio lugar, y en s¨ª misma puede hacer un cielo del infierno, y un infierno del cielo¡±.
John Milton, poeta ingl¨¦s
Job, como el Bar?a, lo ten¨ªa todo. Dinero, tierras, ovejas y una familia unida, feliz. Tambi¨¦n, una gran fe en Dios. A Satan¨¢s le irrit¨® el espect¨¢culo. Fue a hablar con Dios y, con el cinismo que le caracteriza, le dijo que Job confiaba en ?l solo porque todo le iba bien.
Ok, le contest¨® Dios. Pondremos la fe de Job a prueba y ya ver¨¢s t¨², oh malvado, que no es verdad lo que dices. Te doy libertad, le dijo Dios a Satan¨¢s, para que le sometas a todos los sufrimientos que salgan de tu maldita imaginaci¨®n y a¨²n as¨ª veras que me seguir¨¢ siendo fiel.
?Qui¨¦n ejerce el papel de Satan¨¢s en Can Bar?a? Los v¨®mitos de Messi apuntan a que se trata del aut¨¦ntico, del original
Satan¨¢s no se cort¨®. Mat¨® a los hijos de Job, a las ovejas, destruy¨® su casa, le cubri¨® el cuerpo de p¨²stulas que le picaban sin cesar.
Las calamidades que ha tenido que soportar el FC Barcelona ¨²ltimamente recuerdan a las del Santo Job. En tiempos de San Pep hab¨ªa conquistado la felicidad terrenal pero de repente se empezaron a acumular las desgracias. La grave enfermedad del entrenador, Tito Vilanova, y las lesiones de Puyol, Messi, Vald¨¦s, Piqu¨¦; la p¨¦rdida de Eric Abidal y Thiago Alc¨¢ntara; la llegada de Neymar; el dinero que se fue con las multas de Hacienda; y, esta misma semana, la matanza de los ni?os en su templo, la sagrada Mas¨ªa.
?Qui¨¦n ejerce el papel de Satan¨¢s en Can Bar?a? Los v¨®mitos de Messi apuntan a que se trata del aut¨¦ntico, del original. Todo indica que el 10 argentino ha recurrido al exorcismo sacramental. Pero como cualquiera con un m¨ªnimo de conocimiento de la fe cristiana sabe, Satan¨¢s se presenta en muchos disfraces.
Para los fieles de la iglesia cul¨¦ el demonio se viste de blanco. En ciertas instancias quiz¨¢ tengan raz¨®n. Por ejemplo, si el Real Madrid no se hubiera metido en la pugna por Neymar el Barcelona lo podr¨ªa haber fichado por los 25 millones de euros que val¨ªa, que fue lo que el Bayern Munich dio por Thiago, en vez de pagar cien.
En cuanto a las multas, siempre es posible que Hacienda sea territorio madridista, pero una madura reflexi¨®n conduce a la sospecha de que la enfermedad de Vilanova y las lesiones de los jugadores se deben m¨¢s a los infortunios del azar que a una poci¨®n mal¨¦fica confeccionada en las tinieblas del Bernab¨¦u.
El ¨²ltimo castigo ha sido la blasfemia de no solo dudar de la integridad moral de La Mas¨ªa, insinuando que es un centro para el abuso de menores y no un sano seminario para futuros misioneros, sino tambi¨¦n de prohibir el fichaje de jugadores adultos hasta junio de 2015 y el de ni?os extranjeros (sin excluir a los que provienen de La Mancha y Canarias) in secula seculorum.
Inevitablemente, dentro del club se ha llegado a creer que detr¨¢s de tanta maldad debe haber una mano merengue. La verdad delata una vez m¨¢s el provincialismo de la gran instituci¨®n catalana. Se trata de algo mucho m¨¢s grande, de alcance mucho m¨¢s universal, que la tediosa ri?a entre dos pueblos ib¨¦ricos. Se trata, sin ning¨²n disimulo, de la FIFA, el Gran Satan¨¢s cuya misi¨®n consiste no solo en azotar al club que ha exhibido el mejor f¨²tbol de los ¨²ltimos ¡ªy quiz¨¢ de todos¡ª tiempos, sino en destrozar el deporte en su totalidad.
El f¨²tbol es la ¨²nica religi¨®n que une al mundo entero. Esto claramente indigna a la FIFA y por eso est¨¢ iniciando su labor aniquiladora haciendo todo lo posible para arruinar la m¨¢xima fiesta futbolera, el Mundial. Por un lado elige el desierto de Catar como sede mundialista, por otro mira a otro lado cuando mil obreros extranjeros mueren en la construcci¨®n de los estadios catar¨ªes y, por otro, acaba con los sue?os de ni?os coreanos, africanos y argentinos deseosos de aprender a jugar al f¨²tbol en una de las ciudades m¨¢s bellas de la tierra. Mucha crueldad, la del Gran Satan¨¢s.
Pero, ?¨¢nimos!, las p¨²stulas Fiferas no ser¨¢n eternas. Hagamos un llamado tanto al Bar?a como a la gran tribu futbolera a seguir el ejemplo de Job, que mantuvo la fe y al final recuper¨® la felicidad. Paciencia nens, el Bien vencer¨¢ al Mal.
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