Triste empate para el Valencia

Los n¨²meros del f¨²tbol suelen ser mentirosos, muchas veces cuentan una realidad distinta, lo que importa suele ser el marcador, pero el empate sin goles entre el Valladolid y el Valencia termin¨® por ser el partido m¨¢s bonito que ha visto Zorrilla en mucho tiempo. Los dos equipos despacharon hora y media de f¨²tbol veloz, agresivo, peleado, intenso y lleno de ocasiones, con trabajo de sobra para las defensas y los porteros, con momentos brillantes, con errores de bulto en defensa, con ansiedad, sin ninguna serenidad, con mucho f¨²tbol, y, eso s¨ª, ni un solo gol.

El Valencia ha llegado al final del campeonato con poca cosa que contar, con un saco de lesiones, y con el peso de una derrota bochornosa en Europa y una remontada por delante que de algo de lustre a su temporada. No imaginaban ni Pizzi ni los suyos que lo que ten¨ªan delante era un partido jugoso, un rival con un boquete enorme entre los centrales y en el centro del campo, necesitado y hecho un flan en defensa. El partido comenz¨® a todo trapo y no fren¨®. Con los medios centros de adorno, el cuero viajaba a velocidad de v¨¦rtigo de un ¨¢rea a otra, sobre todo en direcci¨®n a la del Valladolid.

Alc¨¢cer avis¨®, Vargas tuvo dos, casi tan claras como las de Basilea y con su mismo final, Feghouli envi¨® las suyas a la grada. JIM, consciente de que los resultados de la jornada le enviaban otra vez al descenso, repiti¨® el esquema de la victoria ante el Almer¨ªa sin contar con que el Valencia, a¨²n con el perfil bajo de esta temporada, no es de los que busca refugios o faenas a medio gas, es de los que quieren sumar de tres en tres. Por debajo en n¨²mero y calidad en el medio donde mandaba Keita, al Valladolid todav¨ªa le alcanzaba para probar a Guaita, pero la derrota a los puntos comenzaba a ser clara.

El descanso le sirvi¨® a JIM para modificar su idea, rest¨® un delantero a su pareja, Manucho, y decidi¨® incluir una pieza en la banda izquierda, Bergdych. El dominio se equilibr¨®, pero resultaba imposible que desapareciese el estr¨¦pito, los dos equipos estaban lanzados y no iban a frenar hasta el final. Jaime ten¨ªa trabajo a destajo, el Valencia disparaba desde cualquier lugar y no reservaba ni un gramo de energ¨ªa para el jueves. Sin embargo, la necesidad est¨¢ sobre todo del lado del Valladolid y los de JIM comenzaron a buscar la victoria con desesperaci¨®n y con una hiperactividad que no fue capaz de desmontar la capacidad para aguantar del Valencia. El equipo de Pizzi se llev¨® un punto de Zorrilla, el mismo que al equipo de JIM le saca del descenso al menos por siete d¨ªas.

Triste empate para el Valencia