Munir redime a Luis Su¨¢rez

Tuvieron que pasar 53 a?os para que el Barcelona tuviera su revancha frente al Benfica en Europa. Y por un capricho del destino tambi¨¦n fue en Suiza. En Nyon el Juvenil A del Bar?a se coron¨® como el primer campe¨®n de la UEFA Youth League, algo as¨ª como la Champions de los juveniles. Y los chicos de Jordi Vinyals vengaron al Barcelona de Ramallets y Luis Suarez que en 1961 se les escap¨® la primera final Europea contra los portugueses.

Hab¨ªa olor a gran partido. El Barcelona y el Benfica llegaban invictos a la final. Y los portugueses pareci¨¢n un coco serio tras despachar al Madrid con comodidad en las semifinales (4-0). Las declaraciones de intenciones entre los dos equipos estaban claras. La pelota era un tesoro que deb¨ªan que cuidar. Intentaban los azulgrana tejer f¨²tbol en la medular, pero las piernas andaban demasiado tensas. El juego no flu¨ªa y el cuadro portugu¨¦s se aprovech¨® de las impresiones de los chicos de Vinyals. Los portugueses se adue?aron del cuero. Y Gilson Costa y Rochinha le ganaban el duelo a Enguene y Kaptoum. Pero todo lo que escatimaba en el medio azulgrana, sobraba en ataque. Munir y Adama andaban encendidos. Y si ellos prend¨ªan la luz, se iluminaba el Bar?a.

Y as¨ª cay¨® la primera diana para los azulgrana. Munir apareci¨® por el carril del 7, se escurri¨® al lateral izquierdo, Raphael Ramos, y cuando parec¨ªa que llegaba al precipicio del campo, se escap¨® con una croqueta, con el sello de Iniesta, sobre la l¨ªnea, y con nada de ¨¢ngulo sac¨® un misil que el portero Gra?a escupi¨® al coraz¨®n del ¨¢rea. Le qued¨® un caramelo a Rodrigo Tar¨ªn para gritar el primer gol de la final. No cambi¨®, sin embargo, el guion del partido. El Benfica no acus¨® el golpe. No se desesperaron los de Lisboa, que enseguida le contestaron al Bar?a. Guedes, con un taconazo, filtr¨® un pase entre l¨ªneas para Bald¨¦ y Godswill se lo comi¨® al delantero. Penalti para los portugueses. Le quiso pegar tan fuerte el 7, que le termin¨® por doler al travesa?o. Ni eso despert¨® al Bar?a, que segu¨ªa demasiado encomendado a sus delanteros.

La pelota es la br¨²jula del Bar?a, sin ellos andan perdidos los chicos del Bar?a. Su mejor argumento era la calidad de Adama y Munir. La flecha de Hospitalet, que ya debut¨® con el equipo de Martino, iba sobrado. Larg¨® las riendas a toda su potencia y dej¨® por el camino a cuanta camiseta roja que se le apareci¨®. En el ¨¢rea clav¨® los frenos y esper¨® que llegu¨¦ Munir. El 9 solo tuvo que acomodar la pelota al rinc¨®n derecho de la porter¨ªa de Gra?a. El segundo grito de gol trajo tranquilidad a los azulgrana. Que antes de irse a la caseta, ya controlaban el partido.

No cambi¨® la partitura a la vuelta de los vestidores. Ortega se acomod¨® en el ecuador y mezclaba con los interiores. Pero duro un suspiro. M¨¢s con ambici¨®n que con f¨²tbol, el Benfica acorral¨® al Barcelona. Los juveniles de Vinyols juntaron las l¨ªneas y se aferraron al marcador y a las manos de su bueno portero camerun¨¦s, Ondoa. La impaciencia del Benfica y el contrataque, en las piernas de los ligeritos de arriba, eran las mejores armas de los azulgrana. Pero Munir ten¨ªa algo m¨¢s que decir. Desde el ecuador del campo sac¨® un disparo que se transform¨® en goleada. Al 9 grit¨® el gol con furia y se se?alaba el escudo del Barcelona de la camiseta. Parec¨ªa que quer¨ªa revindicar a una Masia golpeada, o mejor, parec¨ªa que redimir el orgullo Luis Suarez.